Starmer anuncia un ejército de policías especializados para combatir los disturbios ultras

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Un coche en llamas, el lunes en la localidad británica de Middlesbrough.
Un coche en llamas, el lunes en la localidad británica de Middlesbrough. EUROPA PRESS

La Justicia inicia el procesamiento de los 378 detenidos por la ola de violencia que sacude el Reino Unido desde hace una semana

05 ago 2024 . Actualizado a las 22:03 h.

Keir Starmer no bromeaba cuando prometía mano dura contra el «matonismo de extrema derecha» que desde la semana pasada mantiene en vilo al Reino Unido. Así este lunes el primer ministro laborista anunció la creación de un «ejército permanente de policías especializados», el cual será desplegado en aquellas zonas donde se produzcan disturbios y desórdenes públicos como los que ya se han registrado en casi una veintena de ciudades y pueblos británicos, bajo la excusa de protestar contra el ataque a una clase de baile donde fallecieron tres niñas. «Contaremos con un ejército permanente de oficiales de servicio público especializados, de modo que tendremos suficientes agentes para lidiar con esto cuando los necesitemos», afirmó el premier luego de sostener una reunión con el gabinete de emergencias Cobra.

Los policías de servicio público especializados son funcionarios entrenados y equipados para garantizar la seguridad ciudadana en casos de alteraciones del orden público, se lee en la página web de la Policía Metropolitana de Londres, conocida como Scotland Yard. Sin embargo, el mandatario no informó cuánto agentes formarían parte de este «ejército». Pero además de reforzar la presencia policial, Starmer anunció que la justicia ya ha comenzado a procesar a algunos de los 378 detenidos por participar en los sucesos en los que mezquitas, bibliotecas, hoteles, bancos de comida, tiendas y vehículos policiales han sido incendiados o asaltados. La BBC informaba de al menos dos de los sospechosos se declararon culpables ante los jueces. Por su parte, la ministra del Interior, Yvette Cooper, aseguró que consiguieron hacer espacio en las superpobladas cárceles británicas para recibir a los «matones» que han sido arrestados.

Sin embargo, las medidas parecen no haber surtido el efecto deseado. Este lunes en la ciudad costera de Plymouth un espectáculo teatral fue suspendido, después de que las autoridades locales solicitaran a los residentes mantenerse alejados del centro, debido a que habían sido convocadas manifestaciones contra la inmigración y existía el riesgo de que las mismas pudieran degenerar en hechos de violencia.

Los Gobiernos australiano, nigeriano, indonesio y malayo instaron a sus ciudadanos residentes en el Reino Unido a evitar las zonas donde se desarrollen protestas.

 ¿Quiénes son los «matones»?

En varios de los disturbios se ha visto a una combinación peculiar de participantes, la cual va desde los infames hooligans (aficionados del fútbol radicalizados y violentos) hasta neonazis declarados. En los medios locales y las redes sociales ha quedado registrada la presencia de David Miles, miembro de Alianza Patriótica, una pequeña organización fascista, en una de las manifestaciones que devinieron en desórdenes en la localidad norteña de Southport, donde ocurrió el ataque contra la clase de baile.

Varios grupos han difundido bulos sobre que el autor del crimen fue un inmigrante, cuando en realidad se trata de un adolescente nacido en el Reino Unido. Por su parte, simpatizantes del neonazi Movimiento Británico se han dejado ver en otras ciudades británicas, lo mismo que miembros de la Liga de Defensa Inglesa. Esta última organización es dirigida por Stephen Yaxley-Lennon, alias Tommy Robinson, un supuesto activista contra la pederastia que mantiene un discurso islamófobo y quien ha sido condenado en varias ocasiones por distintos delitos.

Pese a que está fuera del Reino Unido, Robinson ha estado muy activo en las redes sociales y en los últimos días denunciando supuestos ataques perpetrados por bandas de musulmanes contra británicos blancos. «Mientras ustedes culpan a otros por sus errores, todo lo que están viendo son sus fallas», escribió.

Otro sospechoso habitual, pero que se había mantenido muy cauto, es el líder del eurófobo Partido de la Reforma, Nigel Farage. El ahora diputado exigió que se interrumpiera el receso de verano del Parlamento para que los diputados debatieran «insólitos niveles de violencia», los cuales atribuyó no a grupos extremistas, sino a la «incontrolada inmigración legal e ilegal».