Un reformista y un ultraconservador lucharán por la presidencia iraní
INTERNACIONAL
El aperturista Masoud Pezeshkian se impuso en la primera vuelta, pero no superó el 50 % de los votos por lo que deberá enfrentarse a Saeed Jalili en la segunda ronda
29 jun 2024 . Actualizado a las 21:09 h.El candidato reformista Masoud Pezeshkian se impuso en la primera vuelta de las elecciones en Irán, pero no superó el 50 % de los votos necesarios por lo que deberá acudir a la segunda ronda junto al ultraconservador Saeed Jalili. Pese a las constantes llamadas a votar por parte de las autoridades, los comicios solo registraron un 40 % de participación, la más baja de la historia de unas presidenciales en la república islámica. Este dato confirma la tendencia descendente en el voto en el país desde el 2021 y resulta preocupante para unas autoridades que consideran que una alta presencia de ciudadanos en los colegios significa un mayor apoyo al sistema.
La pobre cifra podría revertirse en la segunda vuelta del viernes, que revivirá el duelo del 2009 entre Mahmud Ahmadineyad y Mir Huseín Musavi, el pulso tradicional entre las dos grandes corrientes del sistema. En Irán nadie olvida que hace quince años aquellas elecciones movilizaron al 80 % de los votantes, acabaron con la denuncia de fraude por parte de los reformistas y dieron lugar a la revolución verde. Musavi vive desde entonces bajo arresto domiciliario. Fueron las mayores protestas de la historia del régimen islámico y la respuesta fue brutal.
El escenario es parecido, aunque hay que añadir una crisis económica provocada por las sanciones que asfixian a los iraníes y las protestas de hace dos años a causa de la muerte de Mahsa Amini a manos de la Policía de la Moral. Pezeshkian ha lanzado en campaña varios mensajes para dejar claro que no se repetirá la historia y llama a los suyos a respetar el resultado. Irán es un país complejo y en estas presidenciales se ha dado la paradoja de que Ahmadineyad y Musavi, protagonistas de 2009, han boicoteado el proceso, según indicaron varios expertos iraníes.
Perfiles opuestos
Pezeshkian, de 70 años, es un cardiólogo de formación que fue ministro de Salud y que ha recuperado el color verde de Musavi del 2009 para su campaña bajo el eslogan «Por Irán». Cuenta con el apoyo del expresidente Mohamed Jatamí y el exministro de Exteriores Javad Zarif. Además es partidario de relajar el control interno en temas como el uso del hiyab. En política internacional otorga el timón a Zarif, que mira a Occidente con la esperanza de resucitar el pacto nuclear para poner fin a las sanciones que ahogan la economía iraní.
Jalili, 59 años, es la cara más dura del régimen y se le considera el seguidor natural del camino iniciado por Ebrahim Raisí. Fue negociador nuclear entre el 2007 y el 2013, en los años más duros en el diálogo con las potencias mundiales. Jalili es partidario de mantener las medidas impulsadas por Raisi para el endurecimiento del control de la vestimenta de las mujeres a través del despliegue de la Policía de la Moral.
Su brújula internacional apunta a China y Rusia y, aunque también busca la fórmula de acabar con las sanciones, su aspiración es volver a negociar, pero desde una posición de fuerza.
El favorito, derrotado
El gran derrotado de la jornada electoral fue Mohamed Baqr Ghalibaf, a quien muchos daban por favorito, pero quedó muy alejado en el tercer lugar. El exalcalde Teherán pidió a sus seguidores que respalden a Jalili en segunda vuelta para que la corriente conservadora se mantenga en el poder y frene el avance del reformismo. Amirdaryoush Youhaei, analista de geopolítica de la Universidad de Teherán, considera que estamos «ante un escenario impredecible. Esto no es Arabia Saudí o Siria. Aquí, dentro de los límites, la gente vota y no sabe quién ganará».
Para Youhaei «la participación que interesa a las autoridades es la que se registre en la segunda vuelta, en la definitiva y la presencia de Pezeshkian, movilizará a los votantes reformistas y a todos aquellos que no quieren ver a Jalili en el poder. Su perfil es mucho más duro que el de Raisi en temas domésticos como la censura en internet o el uso obligatorio del velo. En política internacional un Oriente Medio con Trump, Netanyahu y Jalili es un escenario que se presenta muy complicado». Una de las grandes incógnitas es saber hasta qué punto esa gran parte de iraníes que no vota como manera de protesta contra el sistema decidirá hacerlo para quitar del poder a la corriente conservadora. Habrá que esperar al viernes para saber su decisión.