Israel mantiene su ataque a Rafah pese a los fallos judiciales y la condena internacional

Mikel Ayestaran ESTAMBUL / COLPISA

INTERNACIONAL

Una mujer recoge sus pertenencias en una tienda de campaña tras el ataque israelí del domingo.
Una mujer recoge sus pertenencias en una tienda de campaña tras el ataque israelí del domingo. HAITHAM IMAD | EFE

El Ejército toma el centro de la ciudad fronteriza con sus tanques mientras un bombardeo contra otro campo de desplazados mata a 21 personas

28 may 2024 . Actualizado a las 20:55 h.

Menos de 48 horas después de matar al menos a 45 personas y herir a 250 en un campo de desplazados de Rafah, los tanques de Israel llegaron este martes por primera vez desde el inicio de la guerra al centro de esta ciudad gazatí fronteriza con Egipto, según revelaron varios testigos a medios como Al Yazira. Ni la orden de la Justicia internacional de detener la ofensiva ni la condena de la comunidad internacional por la matanza de civiles del domingo son suficientes para que el Estado judío cambie de estrategia y frene que los militares penetren y se desplieguen a lo largo de la frontera con la intención de cortar los accesos de Hamás al país vecino.

Israel avanza y durante toda la madrugada del martes bombardeó de forma intensa la zona de Tal al Sultan, lugar de la matanza del domingo donde se encuentra el cuartel general de UNRWA, agencia de la ONU para los refugiados palestinos.

Esta ofensiva ha obligado al desplazamiento forzoso de un millón de personas en apenas tres semanas, según los datos de este organismo. La huida de Rafah «se produjo sin ningún lugar seguro a donde ir y en medio de bombardeos. La gente llega a zonas con falta de alimentos y agua, montones de desechos y condiciones de vida inadecuadas», denuncia UNRWA. El Ejército habla de «evacuaciones», no de desplazamientos forzosos, y en sus comunicados se refieren a las zonas sin ningún tipo de servicios a las que llegan los civiles como «zonas humanitarias».

La Justicia internacional ordenó detener la operación en Rafah por el alto riesgo para los civiles y, tras el ataque al campamento, un equipo de Al Yazira presente en Gaza denunció este martes un nuevo ataque que afectó a otro pequeño campamento con tiendas de campaña en Al Mawasi, otra de las «zonas humanitarias». Dejó al menos veintiún muertos.  El portavoz militar israelí dijo no tener constancia de este bombardeo.

Sin hospitales operativos

En Rafah no quedan hospitales operativos y el estado de los heridos es una de las grandes preocupaciones por la falta de medios para atenderles. Además de los combates, Israel mantiene cerrado el cruce de Rafah y esto impide la entrada de combustible, imprescindible para los generadores de los centros médicos.

Pero los frentes también se intensifican para un Benjamín Netanyahu que no ha cerrado la vía a la negociación con Hamás. El portal Axios desveló que Israel entregó el lunes a Catar, Egipto y Estados Unidos una propuesta actualizada sobre el acuerdo de rehenes en Gaza. Incluye la voluntad de ser flexible en cuanto al número de cautivos vivos que serán liberados en la primera fase del proceso y en cuanto a la voluntad de discutir la demanda de Hamás de una «calma sostenible» en la Franja. Tras la negociación fallida en El Cairo, ahora el escenario es Catar, donde será entregado el texto a los representantes del movimiento islamista palestino.

La matanza de civiles del domingo llevó a algunos representantes de Hamás a decir que esta acción congela cualquier opción de volver a la mesa negociación de forma inminente.

Netanyahu sufre la presión de las familias de los cautivos, que volvieron a sufrir el chantaje emocional por parte de Yihad Islámica con un vídeo protagonizado por el ciudadano israelí Sasha Popanov, secuestrado en el kibutz de Nir Oz el 7 de octubre. Popanov dice en la grabación que «en los próximos días oirán la verdad de lo que me pasó a mí y a los demás prisioneros en Gaza». Las familias culpan a Netanyahu de olvidar a sus seres queridos y anteponer la guerra a un acuerdo para poder traerles sanos y salvos de vuelta a casa.