¿Quién es Andréi Beloúsov, el nuevo ministro de Defensa de Rusia?

Rafael Mañueco MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Andrei Belousov, nuevo ministro de Defensa de Rusia
Andrei Belousov, nuevo ministro de Defensa de Rusia SPUTNIK | REUTERS

Putin ve en él a un gestor para una guerra larga y tecnológica y el Kremlin lo respalda por su destacado bagaje económico y logros como la fabricación masiva de drones

14 may 2024 . Actualizado a las 10:35 h.

«Es muy importante encajar la economía del bloque de las fuerzas armadas y de seguridad en la economía del país, encajarla de modo que se corresponda con la dinámica del momento actual», ha explicado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al ser interrogado sobre la inesperada designación como ministro de Defensa de Andréi Beloúsov, un economista de 65 años que ha supervisado hasta ahora todo el sector económico del Gobierno como primer viceprimer ministro.

Según Peskov, el presidente «ha decidido poner en Defensa a un funcionario civil debido a la necesidad de introducir innovaciones». «Quien esté más proclive a las innovaciones ganará en el campo de batalla», ha añadido antes de precisar que la designación «no modificará el sistema de coordenadas en la componente militar del departamento, ya que el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, que permanece en su cargo, es el responsable de ello». El portavoz presidencial subrayó además que el ministro de Defensa saliente, Serguéi Shoigú, «supervisará ahora desde el Consejo de Seguridad el funcionamiento del Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar de Rusia, continuando así su trabajo en un área que conoce muy bien desde dentro».

Beloúsov no ha tenido nada que ver nunca con el Ejército y ni siquiera hizo el servicio militar. Se licenció en la Facultad de Economía de la Universidad Estatal de Moscú Lomonósov con el título de «economista cibernético» y se dedicó durante cierto tiempo a la labor científica.

Hombre de confianza

De 1986 a 1990 trabajó en el Instituto de Economía y Previsión del Progreso Científico y Tecnológico de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética (URSS), y entre el 2000 y el 2006 dirigió el Centro de Análisis Macroeconómico y Previsión a Corto Plazo. En el 2006 fue nombrado viceministro de Desarrollo Económico, en el 2012 se convirtió en titular de esa cartera y, entre el 2013 y  el2020 fue el principal asistente económico del presidente Vladimir Putin. Según diversas fuentes, es uno de sus principales hombres de confianza y nunca ha sido pillado en ningún caso de corrupción.

Tras dejar la Administración del Kremlin, Beloúsov regresó al Gobierno en enero del 2020 en calidad de primer viceprimer ministro, responsable de todo el bloque económico, y así ha permanecido hasta que el presidente del país le ha situado ahora al frente de Defensa. Supervisó, en particular, la implementación de las principales áreas del desarrollo «socioeconómico», la política financiera, crediticia y monetaria unificada, la regulación estatal de las finanzas, los mercados, las actividades de seguros y auditoría, el sector del transporte, los así llamados «proyectos nacionales» y de infraestructura y las inversiones extranjeras. También los principales proyectos de innovación, incluida la fabricación masiva de aparatos aéreos de ataque no tripulados.

Peskov ha explicado que «el presupuesto del Ministerio de Defensa y del bloque de seguridad hasta hace poco rondaba el 3 %, luego creció hasta el 3,4 % y, más recientemente, hasta el 6,7 %. Esto, junto con todos los organismos encargados de hacer cumplir la ley, entre los cuales el Ministerio de Defensa ocupa posiciones clave, ya que es el responsable de realizar todos los pedidos en la industria». A juzgar por sus palabras, el gasto militar seguirá aumentando en adelante y Beloúsov, al parecer, es la persona ideal para dirigir una economía en pie de guerra y cercada por las sanciones occidentales.

El portavoz presidencial cree que su nombramiento tiene sentido «porque Rusia se estaba acercando a una situación similar a la de la Unión Soviética a mediados de la década de los ochenta, cuando las autoridades militares y de seguridad representaban el 7,4 % del Producto Interior Bruto». «Eso significaba que es vital garantizar que dicho gasto estuviera alineado y mejor integrado en la economía general del país».