


















Fervor popular en Copenhague ante la histórica abdicación de Margarita II, la última reina soberana de Europa
14 ene 2024 . Actualizado a las 20:24 h.Federico X de Dinamarca subió al trono este domingo, a los 55 años, tras la abdicación de su madre, Margarita II. Desde el balcón del castillo de Christiansborg, en Copenhague, el nuevo rey proclamó ante la multitud su deseo de ejercer como aglutinador de todo el país.
«Mi madre ha sido, como pocos, una con su reino. Espero ser un rey unificador», señaló en un breve discurso ante los miles de personas que llenaron las calles de la capital danesa el nuevo monarca, acompañado por su esposa, la reina Mary, y sus cuatro hijos, encabezados por el ya heredero al trono, Christian.
La subida al trono de Federico X se hizo efectiva en un Consejo de Estado al firmar Margarita II la declaración de la abdicación, tras haber anunciado por sorpresa la retirada a los 83 años en su tradicional discurso de Fin de Año. La reina adujo problemas de salud y la necesidad de abrir paso a la nueva generación.
La proclamación de Federico X comenzó a las tres de la tarde, hora local, duró unos minutos y se hizo de acuerdo con la tradición desde que el país se convirtió en monarquía constitucional en 1849: la primera ministra, Mette Frederiksen, fue la encargada de presentar a los daneses a su nuevo rey, tras haber agradecido su labor a la monarca saliente. «Su majestad Margarita II ha abdicado. Larga vida a su majestad el rey Federico X», dijo tres veces Mette Frederiksen.
Como «una regente fuera de lo usual» se refirió a su madre, que puso ayer fin a más de cinco décadas de reinado, Federico X, quien manifestó que necesitará, en el desempeño de las responsabilidades de su cargo, el apoyo de su «amada esposa», su «familia y eso que es más grande que todos nosotros».
El discurso del rey terminó con la elección del lema de su reinado, que será: «Unidos, comprometidos por el reino de Dinamarca». A continuación, salieron al balcón la reina Mary y sus cuatro hijos: Christian, de 18 años, Isabella, de 16, y los mellizos Vicente y Josefina, de 12. Hasta dos veces salieron a recibir los aplausos de daneses que llenaban la plaza de Christiansborg. Federico se llevó la mano al corazón y besó a la reina en la boca. Ninguna otra figura de la familia real es más popular que la recién proclamada reina Mary.
Afluencia continua de gente
Tras la proclamación, los nuevos reyes abandonaron el castillo en carroza, la que ocupó horas antes su madre para dirigirse a Christiansborg. Los actos del día se cerraron con la transferencia de estandartes reales del palacete de Christian IX, residencia de la monarca saliente, al de Federico VIII, donde viven los nuevos reyes daneses, ambos separados por unos cientos de metros.
Copenhague, especialmente su centro, registró desde primera hora una afluencia continua de gente, llegada en autobús, tren, transbordador, avión o coche desde todos los puntos de este país escandinavo con amplio respaldo a la monarquía. No cabía un alfiler en la plaza de Amalienborg, en ese trayecto de 1,5 kilómetros que seguía el recorrido de la carroza en la que llegó al palacio la reina Margarita y en la que dejaron Christiansborg, ya convertidos en reyes, Federico y Mary.
La abdicación de la reina Margarita es histórica. Desde que Dinamarca se convirtió en monarquía hereditaria en 1660, ningún rey había abdicado y el último precedente se remonta a 1146.

El adiós de la última soberana de Europa
S. RODRÍGUEZ, Madrid / Colpisa
Copenhague vivió la jornada con mayor afluencia popular de tiempos recientes, con la histórica abdicación de Margarita II, la monarca viva que ha estado más tiempo en el trono, la reina más longeva de Europa.
Margarita cedió la corona que portó 52 años a su hijo Federico y, con ello, deja al continente sin mujeres al frente de una casa real. Al abdicar, renuncia la reina a ser la autoridad suprema de la Iglesia de su país y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Margarita se convirtió a los 13 años en heredera, tras unas reformas que dejaron un articulado similar al que recoge la Carta Magna española, que da prevalencia al hombre. Dinamarca dio un paso más y decidió que la corona recaería en el primogénito, fuera hombre o mujer.
Europa vio el domingo despedirse a su última reina soberana. Tras su marcha, no quedan mujeres coronadas en un viejo continente que, si se cumple la lógica, llegará a contar con cinco reinas: Victoria de Suecia, Amalia de los Países Bajos, Isabel de los belgas, Ingrid de Noruega y Leonor de España.
El anuncio de su abdicación, en su discurso de Fin de Año, pilló a todos con el pie cambiado, pues, tras la muerte de Isabel II de Inglaterra, dejó caer que ella moriría también con la corona puesta.
Bastón en mano, no le quedan fuerzas para sostener ese peso. Qué papel institucional asumirá la reina Margarita —mantiene su título— es una incógnita.