Preocupación en Marruecos por el deterioro físico del rey Mohamed VI

Francisco de Andrés MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Mohamed VI posa con el equipo nacional de fútbol nacional, el pasado diciembre.
Mohamed VI posa con el equipo nacional de fútbol nacional, el pasado diciembre. - | EFE

La salud del monarca alauí es un secreto de Estado, pero comienzan a trascender las luchas palaciegas por la sucesión

05 jun 2023 . Actualizado a las 22:38 h.

El rey de Marruecos, Mohamed VI, se encuentra muy enfermo como ponen de manifiesto las últimas imágenes difundidas por los medios. La presencia del monarca alauí de 59 años en un acto de presentación a mediados de mayo de un coche cien por cien marroquí lo puso ya de relieve: del sobrepeso que le caracterizaba a aparecer extremadamente delgado y pálido. Alguna imagen posterior ha ratificado lo que la prensa española y africana venía anunciando desde hace tiempo.

Mohamed VI padece al parecer sarcoidosis, una enfermedad del sistema inmunitario que afecta en particular a los pulmones y los ganglios linfáticos, y produce dolores respiratorios, pérdida de peso y fatiga. Según el diario galo La Depeche, que ha consultado fuentes médicas francesas, solo la mitad de los enfermos tienen cura si logran contenerla en tres años; la sarcoidosis del rey alauí saltó a los titulares hace cinco años.

 

La salud del monarca marroquí es un secreto de Estado, al igual que sus dilatadas ausencias y desplantes en actos oficiales, desde que llegó al trono a la muerte de su padre Hasán II en 1999. Al principio, y dado el secretismo oficial y la reputación festiva del rey -propietario de doce palacios con más de un millar de sirvientes, y centenares de coches de lujo- las ausencias se atribuían a sus caprichos. En la década del 2010, la atención pública empezó en cambio a centrarse en su salud, a raíz de un aumento llamativo de peso y las escuetas informaciones de que había sido sometido a dos operaciones cardíacas.

Luchas internas por la sucesión 

En los mentideros de palacio han comenzado también a trascender las luchas internas por la sucesión. Sobre el papel, el camino está claro: el sucesor de Mohamed VI será su hijo varón, el príncipe heredero Mulay Hasán, que acaba de cumplir 20 años. No obstante, se menciona con frecuencia que el hermano del monarca, Mulay Rachid, intenta hacer prevalecer su derecho dada la juventud e inexperiencia de su sobrino.

La sucesión en Marruecos no es, hoy por hoy, una cuestión que inquiete a los observadores de los equilibrios políticos en la región, que apuntan a la existencia de una estructura y un cuerpo de altos funcionarios competentes que velan con exquisito celo por los intereses del país, más allá de las habilidades del monarca.

Así se entiende que, durante las más de dos décadas de reinado de Mohamed VI la política exterior haya mantenido un estricto rumbo nacionalista, como demostró primero la crisis de las islas Perejil, las tensiones también con España en torno a Ceuta y Melilla, y el pulso intransigente -librado hasta hoy con éxito- en torno al territorio del Sáhara Occidental, que Hasán II convirtió en provincia de Marruecos.

En política interior, el reinado de Mohamed VI ha sabido ir soltando lastre islamista con la concesión de derechos a la mujer y medidas de gracia hacia los disidentes. Esta actitud ha salvado a Rabat de las inclemencias de la llamada Primavera Árabe que hizo estragos en el resto de regímenes del norte de África.