Políticos de los Países Bajos temen por su vida

Johana Gil MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

La vice primer ministra Sigrid Kaag, en una de foto de archivo.
La vice primer ministra Sigrid Kaag, en una de foto de archivo. Robin van Lonkhuijsen

La vice primera ministra Sigrid Kaag se quiebra en público ante el miedo de sus hijas a que sufra un atentado después de 1.125 amenazas a líderes en el último año

31 may 2023 . Actualizado a las 20:12 h.

«¿Quién va a querer dedicarse a la política después?». Es la duda que le ha surgido a la diputada holandesa Wieke Paulusma, al igual que a varios miembros del Parlamento y ministros de los Países Bajos, después de ver el domingo como la vice primera ministra Sigrid Kaag se quebraba en público al ver un vídeo de sus dos hijas expresando su miedo por la seguridad de su madre. El temor de que las múltiples amenazas de muerte que la líder del partido D66 ha recibido se cumplan ha colocado en primer plano las intimidaciones que sufren decenas de legisladores en el país desde hace más de una década. El año pasado, se registraron 1.125 denuncias de amenazas a políticos, cifra que duplica la del 2021, según informa la Fiscalía.

Un hombre con una antorcha encendida frente a la puerta de la casa de Kaag en enero del 2022 colocó en un plano real los constantes mensajes enviados de manera anónima a través de las redes sociales contra los trabajadores del Estado.

Mientras muchos ciudadanos seguían la transmisión en directo de cómo el hombre, de 29 años, llegaba a la casa de la mandataria, donde vive con su marido y sus hijas, y gritaba consignas en su contra, la líder comprobaba que las amenazas estaban en su móvil. El sospechoso fue detenido y condenado a cinco meses de prisión, el castigo más severo concedido por este delito. 

Un grupo policial especial

El Equipo Especial de Políticos Amenazados (TBP), un grupo de policías creado para combatir esta violencia, revela que del millar de casos, 37 terminaron en un proceso penal y 127 están activos. «Desde la pandemia, la cantidad de amenazas ha aumentado considerablemente», advirtió Ruud Gründmann, líder del equipo TBP. «No solo en línea, también físicamente. La gravedad y la intensidad de los incidentes han cambiado. Los políticos y los ministros son cada vez más acosados y abucheados. Eso no siempre conduce a un informe, pero es típico de esta época», explicó.

De las 1.125 denuncias presentadas en el 2022, casi la mitad fueron del opositor y miembro del Parlamento Geert Wilders. El líder del Partido por la Libertad (PVV) vio un aumento en las amenazas en su contra desde el estreno en el 2008 de su película contra el Corán. La mayoría de las amenazas proceden del extranjero, en especial de Pakistán. Sin embargo, al menos unas 600 investigaciones han quedado estancadas porque Holanda no tiene un tratado con Islamabad para iniciar enjuiciamientos.

Desde niños de 11 años hasta exdeportistas profesionales están detrás de las amenazas, según la policía. El exjugador de críquet Khalid Latif, de Pakistán, puso un precio de 20.000 euros a la cabeza de Wilders. El ultraderechista ha debido restringir su movilidad al máximo. Es el único político que tiene guardaespaldas desde hace más de 16 años. Pero la coacción llega en mayor volumen vía Twitter.

La cuenta de Wilders fue suspendida por error y restaurada días después con una disculpa, debido a su furibunda reacción a un vídeo en el que unas personas pisoteaban fotografías suyas manchadas con pintura roja y en las que aparecía escrito «Kill it» (matadlo). Ante la «persecución» digital, la presidenta del Parlamento neerlandés, Vera Bergkamp, ha enviado este miércoles una carta a la compañía de Elon Musk pidiendo detener los recientes tuits que contenían «llamamientos a la violencia y hasta al asesinato» de congresistas.

Pero los mensajes intimidatorios no son nuevos. La princesa Catalina Amalia de Orange también ha sido víctima de este delito. La Mocro Maffia, el grupo de narcotraficantes más peligroso, la puso en el punto de mira y tuvo que confinarse en el palacio real.