Lula rehabilita a Maduro en una cumbre que busca relanzar la integración regional

pedro garcia otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Maduro, junto al presidente de Bolivia, Luis Arce, y el brasileño Lula da Silva
Maduro, junto al presidente de Bolivia, Luis Arce, y el brasileño Lula da Silva André Borges | EFE

Da Silva pidió «renovar el compromiso con una integración sudamericana desideologizada»

31 may 2023 . Actualizado a las 08:25 h.

Nicolás Maduro vuelve a ser, al menos en apariencia, miembro de pleno derecho del bloque de presidentes sudamericanos tras formar parte, sorpresivamente, de la cumbre sudamericana impulsada por el presidente brasileño, Lula da Silva, y celebrada ayer en Brasilia.

Aunque hasta el viernes nada hacía indicar que Maduro formaría parte de esta reunión, a la recepción con honores de jefe de Estado ofrecida por Lula a su homólogo venezolano le siguió la participación del mandatario en la cumbre de presidentes, incluso con la presencia de líderes que lo han cuestionado frontalmente, como el chileno Gabriel Boric, el ecuatoriano Guillermo Lasso y el saliente presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez. Tanto Boric como el uruguayo Luis Lacalle Pou se mostraron, sin embargo, críticos con las declaraciones de Lula de la víspera en las que atribuyó a la «narrativa» la visión de Venezuela como un régimen autoritario. «No es una narrativa, es una realidad», dijo el mandatario chileno.

En el encuentro (al que solo ha faltado la también cuestionada presidenta peruana Dina Boluarte), Da Silva pidió «renovar el compromiso con una integración sudamericana desideologizada», e impulsar la creación de un mercado energético integrado, una moneda común y la preparación de una «hoja de ruta» para relanzar la unión sudamericana en un plazo de 120 días.

«Mientras estemos desunidos no haremos de Sudamérica un continente desarrollado en todo su potencial. La integración debe ser un objetivo permanente. Dejar que las divergencias se impongan sería muy costoso, además de desperdiciar lo mucho que ya hemos construido juntos», dijo el presidente brasileño en la presentación de la reunión, única parte que transmitió la televisión del país.

«No es narrativa, es realidad»

Mientras, la intervención de Lula la víspera, en la que dijo que la percepción sobre que el Gobierno venezolano es una dictadura son la consecuencia de una «narrativa» alentada desde Estados Unidos, causaron indignación en la oposición brasileña y venezolana, y también en oenegés de derechos humanos, tanto venezolanas como internacionales.

Los senadores Flavio Bolsonaro (hijo del expresidente) y Hamilton Mourão (vicepresidente de su Gobierno), tacharon de «vergonzoso» el recibimiento de Maduro en el palacio de Planalto. A su vez, Sergio Moro, juez del caso por el que Da Silva fue a la cárcel y ministro de Justicia de Bolsonaro, indicó que llamó personalmente a varios expresidentes latinoamericanos para manifestarle que Lula «no representaba la posición de Brasil».

En tanto, Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch, indicó que Da Silva «debería entender que si quiere que Brasil tenga un rol de liderazgo frente a Venezuela debe empezar por un diagnóstico acertado, y no falseado, de la realidad. El autoritarismo en Venezuela no es una ‘narrativa construida'. Es una realidad incuestionable».

Finalmente, el opositor Juan Guaidó, recientemente exiliado indicó que Da Silva «olvida a los asesinados, a las víctimas, la destrucción del Amazonas y a los millones de migrantes. Actitudes negacionistas de jefes de Estado son aval para que individuos como Maduro sigan actuando con impunidad».