La jefa del Ejecutivo conservador pretende aumentar los poderes del primer ministro para mejorar la gobernabilidad
09 may 2023 . Actualizado a las 22:11 h.Giorgia Meloni se siente fuerte. Seis meses después de su llegada al poder, la líder del ultraderechista Hermanos de Italia (HdI) sigue en lo más alto de las encuestas sin que se hayan abierto grietas en la coalición conservadora que sostiene al Ejecutivo, por lo que considera que ha llegado la hora de responder a una de sus más ambiciosas promesas electorales: reformar la Constitución para mejorar la gobernabilidad en Italia.
Con una duración media de 13 meses entre los Gabinetes de las últimas décadas, todos los partidos coinciden en denunciar este problema, aunque difieren en las eventuales soluciones. Meloni abrió este martes el melón de la actualización de la Carta Magna con la ronda de contactos con los partidos que mantuvo en la Cámara de los Diputados de Roma.
Sin desvelar todas sus cartas, la primera ministra presentó su plan para dar paso a una suerte de semipresidencialismo que facilite el ejercicio de gobierno, dificultando así que se produzcan las crisis políticas que acaban provocando las caídas de los sucesivos Ejecutivos.
En esta reforma constitucional también podría tener cabida la elección directa por parte de los ciudadanos del presidente de la República, el fin del bicameralismo perfecto para agilizar los trámites parlamentarios y el aumento de la autonomía de las regiones. Los partidos de la oposición, salvo excepciones, están en contra del semipresidencialismo al temer que pueda propiciar los abusos de autoridad.
Pesa en estos miedos el precedente del dictador y padre del fascismo, Benito Mussolini, hasta el punto de que la estructura institucional italiana se construyó tras la Segunda Guerra Mundial con un delicado equilibrio entre los distintos poderes para evitar que surgiera un nuevo caudillo. Meloni propone abrir una nueva época que acabe con la ingobernabilidad estructural que genera el actual sistema.
«Hablar de todo»
«El famoso dicho de que ‘hay que cambiar todo para que nada cambie' no es aceptable», señaló la jefa del Ejecutivo, advirtiendo que está dispuesta a «hablar de todo», pero no a aceptar «intentos de retraso». Dejó así claro que no le temblará el pulso si tiene que aprovechar la mayoría parlamentaria de la coalición conservadora para sacar adelante la reforma constitucional sin contar con los partidos de la oposición.
En cualquier caso, un apoyo a esos cambios le podría venir de la formación centrista Tercer Polo, que se mostró favorable a acabar con el bicameralismo perfecto y a aumentar los poderes del jefe del Ejecutivo. La ronda de contactos con las fuerzas políticas propició el primer encuentro privado entre Meloni y Elly Schlein, la nueva líder de la oposición tras su victoria en las primarias del izquierdista Partido Democrático