Rusia acusa a Ucrania de intentar asesinar a Putin en un ataque con drones contra el Kremlin

Pablo Medina MADRID/LA VOZ

INTERNACIONAL

Reuters

Moscú dice que el presidente ruso no ha resultado herido y que sigue trabajando con normalidad

04 may 2023 . Actualizado a las 12:08 h.

A una semana de la celebración del Día de la Victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial y con la contraofensiva ucraniana a la vuelta de la esquina, Rusia acusó a Kiev de intentar matar al presidente Vladimir Putin en un ataque con drones contra el Kremlin.

Acusaciones que Ucrania se apresuró a negar rotundamente. «Nosotros no atacamos a Putin ni a Moscú, solo luchamos en nuestro territorio, defendemos nuestros pueblos y ciudades», dijo Zelenski en Helsinki en una rueda de prensa conjunta con los líderes de Finlandia, Dinamarca, Suecia, Noruega e Islandia.

«No hemos atacado a Putin, lo dejamos para un tribunal», dijo Zelenski en referencia a los esfuerzos ucranianos para que la comunidad internacional encuentre mecanismos para enjuiciar al líder ruso por la agresión militar contra Ucrania.

La noticia del bombardeo con drones, ocurrido sobre las 2.30 horas, saltó con un comunicado difundido por el servicio de prensa de presidencia y la difusión de vídeos mostrando cómo uno de los dos drones disparados contra el Kremlin era derribado y sus fragmentos caían e incendiaban la cúpula del palacio del Senado, edificio que aloja las dependencias del jefe del Estado. 

«El régimen de Kiev ha llevado a cabo esta noche un intento de atacar la residencia del presidente». «Fue un ataque terrorista planificado y un atentado contra la vida del presidente de la Federación Rusa», añadía.

Según la versión de Moscú, «dos drones se dirigieron al Kremlin», pero «gracias a las adecuadas acciones del Ejército y los servicios especiales mediante el uso de sistemas de radares, los aparatos atacantes han sido eliminados», sin dejar ni víctimas ni daños materiales. Además, aclaró que Putin no se encontraba en el extenso complejo.

Horas después, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, especificó que el presidente estaba en el momento del impacto en su residencia de Novo-Ogariovo.

También dejó claro que lo sucedido no alteraba en absoluto los planes en relación con el desfile militar del 9 de mayo. «Tendrá lugar. No hay cambios en el programa», aseguró el portavoz presidencial citado por los medios de comunicación rusos.

El Kremlin advirtió de que Rusia «se reserva el derecho a tomar medidas de represalia donde y cuando lo considere oportuno». Un hecho que da por sentado el principal asesor del presidente ucraniano, Mijailo Podolyak: «Rusia está preparando claramente un ataque terrorista a gran escala», insinuando que puede tratarse de un ataque de falsa bandera o del trabajo clandestino de «fuerzas de resistencia local».

Lo que sí hizo Rusia este miércoles fue bombardear de forma masiva la ciudad parcialmente ocupada de Jersón, dejando 16 civiles muertos. Por su parte, Ucrania destruyó un depósito de combustible en la localidad de Volná, en la región rusa de Krasnodar, a 10 kilómetros del puente que cruza a Crimea.

La cúpula política rusa exigió inmediatamente venganza. El presidente de la Duma (Cámara Baja), Viacheslav Volodin, sostuvo que el supuesto intento de asesinato de Putin «es un ataque a Rusia», y exigió demandar «el uso de armas capaces de detener y destruir el régimen terrorista de Kiev». Por su parte, el expresidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, llamó a «eliminar físicamente» a Zelenski.

Dificultades de ejecución

Precisamente llevar un ataque tan preciso sería muy difícil por el trabajo extraordinario que deberían llevar a cabo los servicios de inteligencia ucranianos y sus aliados, con la complicación de que Putin tiene despachos idénticos en toda Rusia para dificultar cualquier intento de atentado, según declaró a The New York Times Gleb Karakulov, un excapitán que fue responsable de proteger a Putin y que ahora vive exiliado en EE.UU.

Un ataque contra el Kremlin sería un ataque audaz y peligroso de Kiev, con consecuencias imprevisibles. Estados Unidos no recibió una advertencia previa del supuesto bombardeo y sus agencias de inteligencia trataban este miércoles de determinar qué sucedió realmente.

Un supuesto intento de asesinato del dirigente de un país entra dentro de los parámetros de las guerras. En los primeros días de la invasión, el presidente checheno, Razmán Kadírov, preparó y envió a un «escuadrón de la muerte» compuesto por unos 400 miembros de fuerzas especiales chechenas y se desplegaron los spetsnaz (soldados de élite rusos) con el objetivo de localizar y matar a Zelenski. Finalmente, el escuadrón checheno fue eliminado en la ciudad de Hóstomel.