Airbus y Air France, absueltos del siniestro del vuelo Río-París con 228 muertos en el 2009

La Voz AGENCIAS

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Airbus A350 de la aerolínea Air France
Airbus A350 de la aerolínea Air France Regis Duvignau | Reuters

Un tribunal de París no ve responsabilidad de las dos compañías en la caída del avión comercial en el Atlántico, en uno de los peores accidentes aéreos de los últimos veinte años

17 abr 2023 . Actualizado a las 19:55 h.

El Tribunal de París ha absuelto este lunes a Airbus y Air France por el caso del accidente de un vuelo Río de Janeiro-París que se estrelló en el Atlántico del 1 de junio del 2009 y causó la muerte de sus 228 ocupantes. Al término de una instrucción que se prolongó durante trece años, ambas compañías acabaron en el banquillo acusadas de homicidio involuntario en uno los peores siniestros aéreos de los últimos veinte años. El juez enumeró varios actos de negligencia por parte de ambas compañías, pero afirmó que «no llegaban a la certeza necesaria para establecer una responsabilidad firme» por el siniestro de Francia.

Después de tres meses de proceso a finales del 2022, la Fiscalía se había alineado en su alegato con el grueso de las tesis de las dos multinacionales al considerar que era «imposible de demostrar» la culpabilidad del accidente, lo que enfureció a asociaciones de víctimas como Ayuda y Solidaridad AF447.

La presidenta del Tribunal, Sylvie Daunis, sostuvo la absolución al señalar, en la lectura de la sentencia, que «no hubo un nexo seguro de causalidad entre las imprudencias/negligencias y el accidente». 

El constructor aeronáutico Airbus y la aerolínea Air France se arriesgaban a pagar una multa de 225.000 euros cada una y a soportar un alto coste de imagen y reputación, teniendo en cuenta que las dos son referencias de su sector y cotizadas en bolsa.

La clave del juicio fue saber si el accidente se debió a una falta de preparación de los pilotos, atribuible a Air France; a un fallo del dispositivo de medición de la velocidad, que sería responsabilidad de Airbus; o si, como se barajó durante la instrucción, todo se debió a una impericia de los pilotos, fallecidos en el siniestro.

Precisamente el medidor de velocidad del avión, que se estropeó al quedar congelado en medio de una tormenta en el Atlántico, ha sido una de las claves del proceso.

Con este dispositivo obstruido, los pilotos perdieron la orientación hasta precipitarse en el agua. El comandante del vuelo, el más experimentado de la tripulación, estaba durmiendo cuando ocurrió el siniestro.

Airbus se había defendido del mal funcionamiento de su dispositivo alegando que el modelo de medidor Pitot, de la compañía francesa Thales, que utilizaba el avión siniestrado, estaba en fase de sustitución por los Goodrich, de fabricación estadounidense.

La peor tragedia aérea en Francia

Las 228 personas, 216 pasajeros y 12 tripulantes, que iban a bordo murieron después de que el avión fuera sacudido por una tormenta y cayera al océano Atlántico en las primeras horas del 1 de junio del 2009.

A bordo del A330 registrado como F-GZCP viajaban personas de 33 nacionalidades, incluidas 72 francesas y 58 brasileñas. Se necesitaron dos años para recuperar los cuerpos y las cajas negras de la cabina, ubicados a una profundidad de unos 4.000 metros.

Los investigadores determinaron que la tripulación se vio sobrepasada después de que los tubos de control de velocidad Pitot del Airbus A330 se congelaran y ya no proporcionaran lecturas claras. El accidente fue el más mortífero en la historia de Air France.