La llegada de migrantes y la declaración del estado de emergencia dividen a los italianos

Valentina Saini VENECIA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Migrantes desembarcando, este miércoles, en el puerto italiano de Catania
Migrantes desembarcando, este miércoles, en el puerto italiano de Catania ORIETTA SCARDINO | EFE

Mientras una parte de la sociedad exige «mano dura» y la intervención de la UE, desde las oenegés piden que se dé un trato digno a los solicitantes de asilo

13 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Como hizo el entonces primer ministro Silvio Berlusconi en el 2011, Giorgia Meloni decretó el martes el estado de emergencia en materia de inmigración, «para dar respuestas más eficaces y oportunas a la gestión de los flujos». Para un diputado de derechas, que pide el anonimato porque no está autorizado a hablar de estos temas con los medios, «Meloni no tenía otra opción. El riesgo de que a Italia llegue un tsunami de inmigrantes es muy real». Según el Ministerio del Interior, cerca de 31.000 inmigrantes irregulares desembarcaron en el país transalpino en lo que va de año, frente a casi 8.000 en el mismo período del 2022: un aumento considerable, sobre todo para una líder que ganó las elecciones del pasado otoño con una campaña basada, entre otros temas, en la lucha contra la inmigración irregular.

«Estamos llenos de inmigrantes: los veo en la calle, fuera de los supermercados, en los centros comerciales», se queja Paolo, un trabajador de 50 años en el centro de Venecia. «Meloni tiene razón, necesitamos medidas extraordinarias para detener esta invasión». En la cercana ciudad de Vicenza, Laura, comerciante de mediana edad, confiesa que «la inmigración irregular me preocupa, pero me preocupan más las facturas». Para Giorgio, autónomo de 30 años, «cuando estaba en la oposición, Meloni atacó a todos los gobiernos sobre los inmigrantes; igual ahora se está dando cuenta de que los flujos migratorios no dependen de quién mande en Roma, sino de lo que ocurra en África».

Cuestión de edades

Según Giacomo Cervo, coordinador de la rama juvenil del partido Izquierda Italiana en el nordeste, los mayores están más preocupados que los jóvenes: «Los jóvenes se fijan en el tema, pero están lejos de los tonos apocalípticos con que suele ser abordado. Creo que el estado de emergencia no es más que una maniobra para demostrar que el Gobierno tiene la intención de usar mano dura».

En palabras de Andrea Ceron, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Milán, «la retórica de la emergencia es una característica clásica de todos los populistas: presentar cualquier situación como crítica y, por tanto, necesitada de soluciones especiales y extraordinarias». Para el académico, «centrarse en la cuestión de la inmigración irregular es crucial para que el Gobierno evite un colosal daño de imagen». El martes, el ministro de Políticas para el mar, Nello Musumeci, destacó «la gravedad de un fenómeno que registra un aumento [de llegadas] del 300 %» y que Italia, por sí sola, poco puede hacer, ya que la solución al problema «está vinculada a una intervención consciente y responsable de la UE».

Puede parecer irónico que la derecha italiana, que hasta hace un par de años arremetía contra la UE (en algunos casos deseando incluso abandonar el euro), mire ahora a Bruselas en busca de salvación. Pero, como dice el diputado de derechas a La Voz, «Meloni es una europragmática: frente a fuerzas enormes como el bum demográfico en África, hay poco que Italia, España, incluso Alemania, puedan hacer solas».

El estado de emergencia agilizará los trámites para ofrecer a los inmigrantes soluciones de acogida «con estándares adecuados». Los cinco millones de euros dedicados permitirán también aumentar las estructuras para la repatriación de migrantes sin derecho a permanecer en Italia, reforzando las actividades de identificación y expulsión.

Pero para Riccardo Noury, portavoz de Amnistía Internacional Italia, las medidas urgentes del Gobierno «deberían centrarse más bien en el refuerzo de las instalaciones de acogida, que deben estar adecuadamente equipadas para asistir a migrantes y solicitantes de asilo, con especial atención a los grupos vulnerables».