Bolsonaro regresa a Brasil y avisa a Lula: «No va a hacer lo que quiera con el futuro de la nación»

R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Bolsonaro, a su llegada este jueves al aeropuerto internacional de Brasilia desde Florida.
Bolsonaro, a su llegada este jueves al aeropuerto internacional de Brasilia desde Florida. STRINGER | REUTERS

El expresidente se enfrenta a una decena de investigaciones en los tribunales ordinarios y en Supremo

30 mar 2023 . Actualizado a las 21:44 h.

El expresidente Jair Bolsonaro ya está en Brasil después de permanecer 89 días en Estados Unidos y tras varios anuncios de regreso fallidos. Llegó con la tarea de recomponer a la derecha y en ese papel envío un primer mensaje al actual jefe de Estado, Lula da Silva: «No va a hacer lo que quiera con el futuro de la nación». El palacio del Planalto ha optado por ignorar la vuelta del líder ultraderechista y evitar así amplificar las repercusiones.

El protocolo de seguridad impuesto por el Gobierno frustró una bienvenida solemne en el aeropuerto internacional de Brasilia, en donde aterrizó en un vuelo comercial a las 6.30 hora local y su entrada triunfal en un vehículo descapotable en la sede del Partido Liberal (PL).

Su regreso no movilizó a multitudes, pero algunos centenares de seguidores se dieron cita en el aeropuerto, vigilados por más de cien agentes. Con un chaleco antibalas por debajo de la ropa —como suele hacer en todas sus apariciones públicas— abandonó el avión escoltado por la Policía Federal y fue conducido por una ruta alternativa a la sala principal, según O Globo.

 «El capitán ha vuelto»

En la sede del PL fue recibido al grito de «el capitán ha vuelto» por congresistas y líderes de la formación allí reunidos. Tras un encuentro, Jair Bolsonaro pronunció un breve discurso salpicado con críticas al Gobierno de Lula, a quien evitó citar por su nombre, informa Efe. Recordó que la mayoría conservadora del Parlamento será la oposición a Lula. «Tenemos el balón en nuestro tejado», dijo.

Ante un futuro político todavía por definir, su primera misión será movilizar al electorado de cara a las elecciones municipales del 2024. El presidente del PL, Valdemar Costa Neto, anunció que Bolsonaro y su esposa Michelle recorrerán el país a partir del segundo semestre de este año con la aspiración de conquistar «el 60 % de las alcaldías». «El jefe aquí es Valdemar», respondió el expresidente, quien se dijo dispuesto a «cumplir con la misión». 

Investigaciones abiertas

Bolsonaro, sin embargo, tendrá sus primeros compromisos ante los tribunales. Está investigado en una decena de procesos que tramitan en la Justicia ordinaria y en otros cinco que están en el Tribunal Supremo. En la investigación del asalto de los bolsonaristas a las sedes de los tres poderes el 8 de enero para forzar un golpe de Estado, Bolsonaro figura como sospechoso de haber incitado esa rebelión y pudiera ser llamado a declarar en cualquier momento por el Supremo.

Antes, el 5 de abril, deberá presentarse ante la Policía Federal para esclarecer su conducta con las joyas y demás obsequios que recibió de Arabia Saudí (valorados en tres millones de euros) cuando era presidente y que no entregó al Estado una vez que dejó el poder, como establece la ley.

Bolsonaro descartó que Michelle vaya a ser candidata para las elecciones del 2026, tal y como ha sonado en las últimas semanas ante el riesgo de una inhabilitación. «No tiene experiencia», dijo.

Tres meses fuera del país

El líder de la ultraderecha puso rumbo a Orlando (Florida) el pasado 30 de diciembre dos días antes de la investidura de Lula y con la clara intención de no entregarle el poder. Los tres meses que ha pasado fuera de Brasil han dado para mucho: primero tuvo que ser hospitalizado por unos ya recurrentes problemas abdominales de aquella puñalada que sufrió en el 2018, poco después sus seguidores asaltaron las instituciones del Estado y por último el escándalo de las joyas saudíes.

Su estancia en Estados Unidos también ha servido para tejer relaciones con la ultraderecha internacional. A principios de marzo participó en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), la mayor reunión anual de la derecha estadounidenses, donde recibió el reconocimiento de Donald Trump.