Balance agridulce del giro español en su política para el Magreb

Ricard G. Samaranch MADRID / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Protesta en Madrid contra la decisión del Gobierno español de apoyar las tesis de Marruecos sobre el Sáhara Occidental
Protesta en Madrid contra la decisión del Gobierno español de apoyar las tesis de Marruecos sobre el Sáhara Occidental Fernando Sánchez | EUROPAPRESS

Se cumple un año de la carta en la que España cambió su postura sobre el Sáhara

19 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace justo un año, Marruecos filtró una carta del presidente Pedro Sánchez dirigida al rey Mohamed VI en la que imprimía un giro a más de cuatro décadas de política exterior española respecto al conflicto del Sáhara Occidental. Gracias al apoyo a las tesis marroquíes en el Sáhara, España puso fin al conflicto diplomático que Rabat abrió tras la visita meses antes del líder del Frente Polisario para recibir tratamiento sanitario. Sin embargo, aquella decisión provocó una nueva querella, esta vez con Argelia, principal valedor del Polisario, que rompió el Tratado de Amistad bilateral, y ha bloqueado las importaciones de productos españoles.

En declaraciones a La Voz, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha hecho una lectura muy positiva de la nueva política española hacia el Magreb. «Hemos superado una crisis profunda en las relaciones con Marruecos y hemos puesto las bases para que sea la última. Los frutos de nuestra política son numerosos, en términos de flujos económicos con Marruecos, de cooperación en inmigración, en la lucha antiterrorista. Un país siempre debe de tratar de tener las mejores relaciones con sus vecinos», sostiene Albares.

La mejora en las relaciones con Rabat es indudable, como demostró la reunión de alto nivel (RAN) celebrada a principios de febrero, la primera desde el 2015 y en la que se firmaron casi una veintena de acuerdos de colaboración bilaterales. Además, la Moncloa exhibe con satisfacción la reducción de las llegadas a las costas españolas de inmigrantes irregulares procedentes de Marruecos tras sellar el deshielo.

Según Albares, la caída este último año se acerca al 70 % en Andalucía, y supera el 80 % en las islas Canarias, mientras que en la ruta balcánica el incremento es del 150 %. Sin embargo, la cooperación en el ámbito migratorio no ha estado exenta de polémicas, entre ellas, la muerte de decenas de migrantes frente la valla de Melilla, sobre todo por la violencia de la policía marroquí, una actitud que no fue condenada con contundencia por las autoridades españolas.

Precisamente, la situación de Ceuta y Melilla es uno de los asuntos en los que la nueva relación con Marruecos deja un sabor más agrio. Pese a que el Ejecutivo español anunció que se abrirían aduanas comerciales entre las dos ciudades españolas y Marruecos antes de la RAN, a día de hoy aún no existe una fecha para la normalización de las relaciones comerciales, clave para la economía local de Ceuta y Melilla. «La reapertura la estamos haciendo de forma gradual, y avanzamos tan rápido como podemos», comenta el ministro de Exteriores.

Mientras, el Frente Polisario y Argelia presionan para un retorno a la posición de neutralidad, con la velada esperanza de un cambio político en España tras las elecciones generales de finales de año. Recientemente, el presidente Abdelmayid Tebún declaró que las relaciones con España «están congeladas, pero no canceladas», y definió como un «acto hostil» el giro en el Sáhara Occidental.