Macron abre una crisis política al imponer por decreto la reforma de las pensiones

Asunción Serena PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

Diputados muestran carteles contra la jubilación a los 64 años durante la intervención de la primera ministra, Elisabeth Borne.
Diputados muestran carteles contra la jubilación a los 64 años durante la intervención de la primera ministra, Elisabeth Borne. PASCAL ROSSIGNOL | REUTERS

El Goberno de Elisabeth Borne se arriesga a caer ante las mociones de censura anunciadas por los partidos de la oposición

16 mar 2023 . Actualizado a las 21:55 h.

Finalmente el presidente Emmanuel Macron no ha querido arriesgarse a que la reforma clave de su segundo mandato, la reforma de las pensiones, fuera rechazada por la Asamblea Nacional. Para eludir el voto de los diputados, ordenó este jueves a su primera ministra, Elisabeth Borne, recurrir al artículo 49.3 de la Constitución para adoptar la ley por decreto.

Una medida que abre paso a la presentación de mociones de censura por la oposición que pueden propiciar la caída del Gobierno. Además de abrir una crisis política, Macron no va a calmar las tensiones sociales surgidas desde la presentación de una reforma que es rechazada por dos tercios de franceses y que ha logrado crear una unión sindical inédita en los últimos años.

Laurent Berger, líder de la CFDT, un sindicato que siempre se ha mostrado partidario de la negociación antes que del enfrentamiento señaló que «el Gobierno muestra que no tiene la mayoría para aprobar el aumento en dos años de la edad legal de la jubilación». Añadió que el compromiso político «ha fracasado» y que es necesario «escuchar a los trabajadores cuando se pretende modificar su trabajo».

Nada más conocerse la decisión del Gobierno de recurrir al 49.3, tuvieron lugar manifestaciones espontáneas en diversas ciudades como Burdeos, Lyon o Marsella. En París, en la plaza de la Concordia, miles de personas se concentraron frente a la Asamblea Nacional, determinadas a seguir movilizadas contra la reforma de las pensiones. Los sindicatos ya han anunciado una convocatoria para el próximo jueves.

Antes de que comenzara el voto en la Asamblea, Macron decidió convocar un Consejo de Ministros en el Elíseo, como obliga la ley, para poder activar el artículo 49.3. Poco después, Borne entró en el hemiciclo para anunciar la decisión del Ejecutivo. En el interior había una gran tensión. Los diputados de la izquierdista La Francia Insumisa acogieron a la primera ministra cantando la Marsellesa, blandiendo pancartas en las que habían escrito «64 años, no» y pidiendo su dimisión a gritos.

Borne no se dejó amilanar y pronunció un breve discurso en el que denunció a «los que han hecho todo lo posible para que este texto no pase, llegando a multiplicar los insultos» y señaló que habían tomado esta decisión porque planeaba la duda sobre algunos votos, un reproche velado a Los Republicanos. «No podemos arriesgarnos a que se hundan 175 horas de debates, a dejar de lado los compromisos construidos entre las dos Cámaras, ni a apostar sobre el futuro de nuestras pensiones» concluyó.

Once veces

En menos de un año, se ha visto obligada a recurrir once veces al 49.3, muestra de la situación de debilidad de Emmanuel Macron en la Asamblea. En los pasillos del palacio Borbón, los partidos de la oposición anunciaron la necesidad de presentar una moción de censura. «Hay que censurar al Gobierno», afirmó la ultraderechista Marine Le Pen «nosotros depositaremos la nuestra y votaremos todas las que se presenten».

El presidente de Los Republicanos, Eric Ciotti, anunció que su partido no votará las mociones de censura, pero alguno de sus diputados no excluye apoyar la que presente el grupo de independientes de centroderecha Liot.

También La Francia Insumisa se mostró favorable a votar esta moción, «no tenemos ningún problema, es Liot quien la presenta».

Las mociones deben presentarse antes de las 15.00 horas del viernes, y votadas antes de 48 horas, aunque puede retrasarse por el fin de semana.

¿Qué propone la reforma de las pensiones? 

Estas son las claves de la iniciativa de la impopular reforma de las pensiones aprobada  este jueves mediante un mecanismo constitucional que permitió al Ejecutivo francés eludir un incierto voto de la Asamblea Nacional.

EQUILIBRAR EL DÉFICIT DEL SISTEMA

Potencial déficit. La justificación de la reforma dada desde el principio por el Gobierno de Macron es garantizar el equilibrio financiero en el horizonte del 2030, ante el potencial déficit en los próximos años por el envejecimiento de la población, que supone un mayor número de jubilados y menos cotizantes.

El Consejo de Orientación de las Pensiones (COR, un órgano oficial consultivo) calcula que ahora y hasta el horizonte del 2027-2028, el déficit de ese régimen será de entre 9.000 y 11.000 millones de euros anuales, una cifra que aumentará a 16.000 para el 2032. En términos relativos, eso significará un agujero de entre cinco y ocho décimas del producto interior bruto (PIB).

RETRASAR DOS AÑOS LA EDAD MÍNIMA DE JUBILACIÓN

A los 64 años. Para compensar ese déficit, la principal medida consiste en retrasar progresivamente hasta el 2030 la edad mínima de jubilación en dos años, de los 62 actuales a 64.

En paralelo, se acelerará el aumento de 42 a 43 años del período de cotización necesario para cobrar una pensión completa, un aumento que previsto en la reforma anterior, durante el mandato del presidente socialista François Hollande (2012-2017): se aplicará en el 2027 y no en el 2035.

Lo que no cambiará con la ley adoptada por el Parlamento son los 67 años de máximo para tender derecho a una pensión completa si no se ha cubierto el período completo de cotización.

CARRERAS LARGAS

Cambios de cotización. El Gobierno diseñó un dispositivo de «carreras largas», que se ha ampliado durante la tramitación parlamentaria, para que quienes empezaron a trabajar muy jóvenes (antes de los 21 años) y cubran el período completo de cotización no se vean particularmente penalizados por el retraso de la edad mínima a los 64 años.

Con ese dispositivo podrán jubilarse anticipadamente (por ejemplo a los 60 años, si empezaron su vida laboral a los 17), siempre que tengan 43 años de cotización, aunque en algunos casos serán 44.

BONIFICACIÓN PARA ALGUNAS MADRES

Hasta el 5 %. Para compensar el efecto negativo sobre ellas del retraso de la edad de jubilación, las mujeres que hayan cotizado 43 años antes de cumplir 64 y que además acumulen trimestres a cuenta de su maternidad, de haber adoptado o de haber dedicado ese tiempo a la educación de sus hijos, tendrán una bonificación de hasta el 5 % en su pensión.

laS PENSIONES MÁS BAJAS

Revalorización. Las pensiones más bajas se revalorizarán y, para quienes hayan cubierto el período de cotización con el sueldo mínimo, la pensión mínima subirá hasta cerca de 1.200 euros netos en 13 mensualidades, lo que equivale al 85 % del salario mínimo actual (1.353 euros al mes).

En el sector privado, el cálculo de la pensión se hace sobre la base de los 25 mejores años y en el público sobre los últimos seis meses.

SUPRESIÓN DE REGÍMENES ESPECIALES

Fin de los privilegios. Se prevé la extinción de la mayor parte de los regímenes especiales, en particular en el sector de la energía, en la entidad del transporte metropolitano de París RATP o en el Banco de Francia, aunque se mantendrán los privilegios para los empleados actuales.

En concreto, la llamada «cláusula del abuelo» implica que en esas empresas solo se someterán al régimen general los trabajadores contratados a partir del momento en que entre en vigor la reforma, que debería ser el próximo mes de septiembre.

LOS TRABAJADORES DE MÁS EDAD

Favorecer la actividad. Uno de los temores del retraso de la edad de jubilación es agravar todavía más un problema particularmente serio en Francia, la baja tasa de actividad de los trabajadores más mayores, que muchas veces están en paro o inactivos.

Para evitarlo, las empresas de más de 300 empleados tendrán que publicar cada año una lista de indicadores sobre el empleo de los mayores de 55 años, con acciones para mantenerlos trabajando.

Si esos indicadores no mejoran en tres años, habrán de definir un plan de acción negociado con los representantes del personal, pero finalmente no habrá sanciones para garantizar su cumplimiento.

Además, se ha creado un nuevo contrato indefinido dirigido a los mayores de 60 años que hayan estado más de un año en paro, con exenciones en el pago de una parte de las cotizaciones durante un año.