Georgia retira la ley de agentes extranjeros, pero la protesta continúa

Brais Suárez
brais suárez OPORTO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Un manifestante armado con un palo en una protesta en Tiflis
Un manifestante armado con un palo en una protesta en Tiflis ZURAB JAVAKHADZE | REUTERS

El Kremlin asegura que «no está envuelto de ninguna manera» en la elaboración de la legislación

10 mar 2023 . Actualizado a las 08:15 h.

Dos días de protestas con miles de manifestantes, 133 detenidos y severas críticas desde la Unión Europea fueron necesarios para que el partido de Gobierno en la exrepública soviética de Georgia, Sueño Georgiano, cejara en su intención de aprobar la «ley sobre agentes extranjeros», con resonancias a un texto similar que Moscú utiliza para reprimir a todo tipo de voces opositoras.

«Hemos tomado la decisión de retirar incondicionalmente el proyecto de ley que apoyábamos», explicó en un comunicado Sueño Georgiano, que también acusó severamente a sus opositores: «La máquina de mentiras consiguió presentar el proyecto de ley de una manera negativa y confundir a parte de la población. Fue tachada con una falsa etiqueta de ‘ley rusa' y la aprobación en primera lectura se presentó (…) como un distanciamiento del curso europeo». Así, pretenden insistir «en explicar mejor a la sociedad por qué se aprobó este proyecto y por qué es importante fomentar la transparencia», con lo que cabe esperar iniciativas en la misma dirección.

Tendrán mucho que explicar. Aunque aseguran que la ley se basa en la legislación estadounidense, el concepto de «agente extranjero» tiene fuertes resonancias históricas con el espionaje y el enemigo estatal, algo que se remite a la época estalinista. De hecho, los medios que quedarían sujetos a la medida consideraron que la propia terminología es ofensiva, pero, sobre todo, temen que una ley semejante a la adoptada por el Kremlin en el 2012 tome una deriva como la de Moscú. El Gobierno ruso la fue endureciendo hasta una versión que ya no exige financiación extranjera, sino simplemente que una persona u organización sean consideradas de «influencia extranjera», lo que les obliga a justificar sus gastos y empezar sus publicaciones con un aviso oficial sobre su clasificación.

Ante estos hechos y las reacciones desencadenadas, el portavoz de Vladimir Putin, Dmitri Peskov, aseguró este jueves que el Kremlin «no está envuelto de ninguna manera» en la elaboración de la ley.

Por el momento, la oposición desconfía del anuncio oficial de Sueño Georgiano y asegura que seguirá protestando: «Que expliquen cómo retiran jurídicamente el proyecto», aseguró el líder opositor en declaraciones recogidas por Efe. Cuentan con el apoyo de la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, y del representante de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell. Todos quieren garantizar un rumbo occidental del país y critican la cercanía de Sueño Georgiano a Moscú.