La inteligencia de EE.UU. atribuye el ataque contra el Nord Stream a proucranianos

miguel palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Un vigilante camina junto a unas tuberías pertenecientes al gasoducto Nord Stream 2, en la localidad alemana de Lubmin
Un vigilante camina junto a unas tuberías pertenecientes al gasoducto Nord Stream 2, en la localidad alemana de Lubmin FABRIZIO BENSCH | REUTERS

«The New York Times» señala que se trata de un grupo opositor a Putin

08 mar 2023 . Actualizado a las 08:16 h.

Rusia culpó primero a los británicos y después a los norteamericanos. Para Estados Unidos, el primer sospechoso fue Moscú, en una operación que habría tenido más de espectáculo que de lógica. Ahora, según oficiales de la Administración norteamericana con acceso a nueva información de inteligencia, el rastro apunta a que un grupo «proucraniano» estaría detrás del sabotaje de los gasoductos Nord Stream 1 y 2.

La nueva información señala, según las fuentes consultadas por The New York Times, que los responsables son opositores a Vladimir Putin. Destacan que no hay manera de garantizar la afiliación de los culpables. Podrían ser ucranianos, dicen, pero también rusos. Sí afirman con rotundidad que ninguno de los implicados tenía nacionalidad estadounidense o británica, como afirmaban desde el Kremlin.

La información disponible no ofrece evidencia de que el atentado esté relacionado en forma alguna con el Gobierno y la inteligencia ucranianos. Nada demuestra que el equipo de Volodímir Zelenski estuviese al tanto del sabotaje o tomase parte en su organización. Con todo, aún no se puede descartar. Tanto las autoridades alemanas como las suecas, al frente de sendas investigaciones sobre el suceso, dijeron anteriormente que el atentado contó «probablemente» con el apoyo de algún «actor estatal», dada su sofisticación.

Desde la Casa Blanca y los servicios de inteligencia estadounidenses destacan que la confianza de la Administración Biden en sus aliados ucranianos ha aumentado en los últimos meses. Con todo, el Gobierno y la inteligencia ucranianos no siempre han tenido a EE.UU. al tanto. Así fue con el atentado que acabó con la hija del ideólogo neofascista ruso Alexander Dugin, Daria Dugina, cuando una bomba estalló en los bajos de su coche en agosto del 2022, un mes antes de las explosiones del Nord Stream. En EE.UU. consideran que el atentado contó con autorización de alguien en el Gobierno de Zelenski, pese a los desmentidos de Kiev.

La explosión subacuática que fracturó tres de las tuberías de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 tuvo lugar el 26 de septiembre. Josep Borrell, máximo representante de la diplomacia europea, decía entonces que el sabotaje que tuvo lugar en el mar Báltico había sido «un acto deliberado». Según las estimaciones, la reparación del Nord Stream tras el sabotaje podría llegar a costar 500 millones de dólares por tubería.

El proyecto del Nord Stream nació a finales de los años 90 con la participación de la empresa gasística rusa Gazprom. Fue recibido en la esfera internacional con reticencia tanto por la posibilidad que abría para Rusia de puentear a los países de tránsito de las demás conexiones gasísticas del este de Europa, como por el incremento de la dependencia energética alemana que podría ocasionar. A pesar de ello, el Nord Stream 1 entró en funcionamiento en el 2011 tras una inauguración que contó con la presencia de la entonces canciller alemana Angela Merkel.

La segunda conexión gasística, el Nord Stream 2, nunca llegó a estar operativa; el canciller Olaf Scholz bloqueó su certificación tras la oficialización de la anexión rusa de las regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk el 22 de febrero del 2022. Dos días después, las tropas rusas invadían Ucrania.