Una comisión parlamentaria ve indicios de que Boris Johnson mintió a los diputados sobre el Partygate

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

HENRY NICHOLLS | REUTERS

Si tras su segunda declaración se confirma que engaño a los Comunes puede perder su escaño

03 mar 2023 . Actualizado a las 21:18 h.

La sombra del Partygate vuelve a perseguir a Boris Johnson. Un informe preliminar de una comisión parlamentaria ha encontrado evidencias de que el ex primer ministro mintió a los diputados cuando declaró que no era consciente de que las fiestas en el 10 de Downing Street, en pleno confinamiento por el covid-19, violaran las restricciones sanitarias vigentes entonces. 

«Hay evidencia de que la Cámara de los Comunes puede haber sido engañada», se lee en el informe de 24 páginas publicado este viernes. «Las pruebas sugieren con rotundidad que las infracciones de las normas habrían sido obvias para Johnson en el momento en que se celebraban estos encuentros» ilegales, agrega el texto, en el cual se citan mensajes y correos electrónicos compartidos por distintos funcionarios de Downing Street. En uno de ellos, un funcionario habría dicho al entonces mandatario en noviembre del 2020, cuando se celebró una de las polémicas fiestas, al entonces mandatario: «Esta es probablemente la reunión con menor distanciamiento social del país en este momento».

El informe se da a conocer menos de 24 horas después de que Johnson reapareciera públicamente para criticar el acuerdo que el primer ministro Rishi Sunak firmó con la UE para cerrar la disputa sobre el protocolo del brexit para Irlanda del Norte. Y a quince días de que el expremier comparezca ante la Comisión de Privilegios de los Comunes, que está investigando si en realidad mintió al Parlamento cuando negó que las polémicas fiestas hubieran violado las restricciones impuestas por su propio Gobierno para frenar el coronavirus. 

En el supuesto de que la comisión —presidida por una laborista, aunque con mayoría conservadora— declare que el expremier mintió podría suspenderlo o incluso destituirlo como diputado.

Johnson no tardó en responder a las acusaciones, que consideró como parte de un plan «orquestado» por Sue Gray, la funcionaria de la Oficina del Gabinete a quien él mismo le encomendó la tarea de investigar lo ocurrido, para perjudicarlo. La imparcialidad de Gray está en cuestión después de que esta misma semana renunciará a su puesto en el Gobierno y se convirtiera en la jefa de Gabinete del líder laborista, Keir Starmer.

Asimismo, Johnson insistió en su tesis de que creía que las reuniones eran legales. «No hay absolutamente nada que demuestre que algún asesor o funcionario me dijera que algún evento podría ir contra las normas», señaló.