Casi seis meses han pasado desde la publicación de mi último texto en La Voz de Galicia. Mi rutina universitaria no me deja tiempo para escribir con el ritmo que mantenía durante los primeros meses de la guerra. En vísperas del 24 de febrero, día en el que se cumple un año de la invasión, estas son mis reflexiones sobre estos 365 días.
Desde el principio debo confesar que mi vida ha cambiado menos de lo que esperaba. Ahora vivo con mi esposa en otra ciudad y trabajo en otra universidad, pero estamos en Ucrania, en nuestro país, estamos juntos y puedo dar clases, realizar nuevos proyectos de investigación y pasar algún ratito hablando con mis colegas sobre literatura y filosofía. En estos tiempos esto es un lujo.
Sin embargo, la tragedia vive en nosotros. La gente prefiere no hablar sobre sus sentimientos, pero el dolor silenciado persiste en los corazones. Lo absurdo de lo que está pasando no sale a la superficie, pero se acumula en lo profundo, en la consciencia y la inconsciencia individual y colectiva.
Distingo dos tipos de absurdo. El primer absurdo es una realidad «irracional, arbitraria o disparatada», como nos explica el diccionario de la RAE. No nos dejan en paz las preguntas sin respuesta. ¿Cómo en el siglo XXI puede ocurrir que un hombrecito envejecido y calvo haya tomado como rehenes a 140 millones de individuos y que estos estén dispuestos a morir y soportar no solo privaciones (los rusos saben hacerlo muy bien), sino las miles de muertes diarias de maridos, hermanos y padres? o ¿de qué manera se reconcilian dos estrategias opuestas de Occidente respecto a Ucrania, si hasta diciembre del 2022 con una mano financiaba al régimen de Putin (como lo hizo durante décadas antes de la guerra) y con la otra suministraba armas para combatir a las tropas rusas? ¿Y por qué estas armas llegan tan lentamente, si los aliados nos desean la victoria?
Otro absurdo es la heroicidad de los ucranianos. Es nuestra fe casi unamuniana en la victoria. Nadie creía en nosotros hace un año. Ahora lo sabemos. Nadie pensaba que encontraríamos fuerzas para resistir. Muchos todavía tienen dudas. Son los cansados del primer absurdo —ellos quieren que todo se acabe lo antes posible aun cuando tengamos que ceder los territorios ocupados por los invasores. ¡Qué absurda es esta idea!—.
El primer absurdo produce el otro absurdo. Mijáil Buznik, uno de los protagonistas de mi diario que vive en Moscú, me preguntó el miércoles por teléfono: ¿Cuánto durará el absurdo de la guerra? «Vamos a calcular —respondí —. Dividimos los 400.000 soldados rusos que ahora están en Ucrania entre los 850 soldados que nuestro Ejército mata cada día, y tendremos 470,58 días. «¿Y si Putin moviliza un millón más? Aunque nos queda vivir en el absurdo toda una eternidad, la victoria será nuestra».
Oleksandr Pronkevych catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv
Anteriores entregas
5 de septiembre La Universidad Petro Mohyla, Lomonósov y los cohetes C-300
3 de septiembre A mi diario
31 de agosto La tarea para el año académico 2022-2023
28 de agosto Arturo Pérez-Reverte en la guerra ucraniana
27 de agosto El regusto del Día de la Independencia
25 de agosto La bandera ucraniana en los murales
23 de agosto Mijaíl Buznik
22 de agosto En vísperas del Día de la Independencia
20 de agosto Otras dos bombas en la Universidad Petro Mohyla
18 de agosto Dos cohetes han caído en la Universidad Petro Mohyla
17 de agosto Asol ya es otra
16 de agosto La guerra como cotidianidad
15 de agosto ¡Dios mío! ¿Habéis visto esto?
14 de agosto El teatro sádico de la guerra
11 de agosto La «mancha negra» para la Universidad Petro Mohyla
9 de agosto Maik Yohansen
7 de agosto Las profesoras refugiadas
5 de agosto La Pasionaria del equipo Shakespeare
4 de agosto La Casa de los Oficiales de la Marina
2 de agosto Sobre el hombre inútil
31 de julio ¡Viva la universidad de Cádiz!
29 de julio Las historias de los muñecos
27 de julio El Renacimiento fusilado
26 de julio Ligero de equipaje
25 de julio El festival de cine en los sótanos
24 de julio Los efectos de la guerra en el medio ambiente
22 de julio Salvando al soldado gato
21 de julio La boa y el elefante
19 de julio ¿Será Ucrania una nueva Atlántida?
17 de julio Historia de Ucrania en cuatro mapas
16 de julio El terror aéreo
14 de julio Masyanya. Episodio 162
13 de julio Natalena Koroleva, la escritora ucraniana española
12 de julio «Ukraïner» en español
10 de julio David y Goliat
7 de julio ¿Por qué Mariúpol ha sufrido tanto?
6 de julio Conversación bajo la tormenta bíblica
5 de julio Iya kiva
4 de julio Saludos desde el sur de Ucrania
3 de julio Esqueletos en el armario
2 de julio ¿Adónde hemos llegado?
1 de julio Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana
30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas
28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara
27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022
26 de junio Ucrania renovará Europa
23 de junio La noche antes del examen
22 de junio El regreso a Europa
21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo
20 de junio Cuando el helecho florece
18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra
17 de junio Los dibujos animados contra la guerra
16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes
15 de junio El vals de la despedida
12 de junio Ucrania en la revista TTAK
10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania
9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?
7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?
5 de junio Pushkin ha vuelto
4 de junio Escuchen las voces de Ucrania
3 de junio El verano de nuestra victoria
2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv
31 de mayo ¿Es Rusia fascista?
30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos
29 de mayo Lesya Ukrainka
27 de mayo La guerra y el tiempo
26 de mayo Releyendo mi diario
25 de mayo Moisés
24 de mayo ¿Adiós Pushkin?
22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística
21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania
20 de mayo El genocidio en Ucrania
18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»
17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra
16 de mayo Nostalgia
14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)
13 de mayo Mi Galicia
12 de mayo Un congreso cultural pospuesto
11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido
9 de mayo Gregorio Skovorodá
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)