Biden, en el discurso de la Nación, a los republicanos: «El conflicto no nos lleva a ninguna parte»

Miguel Palacio LA VOZ | WASHINGTON

INTERNACIONAL

Joe Biden en el discurso del estado de la Unión
Joe Biden en el discurso del estado de la Unión CASA BLANCA | EUROPAPRESS

El presidente de Estados Unidos destaca en el discurso de la nación los dos éxitos fundamentales de su legislatura: un sólido desempeño económico y la consecución de acuerdos entre demócratas y republicanos

08 feb 2023 . Actualizado a las 11:05 h.

En un discurso del estado de la Unión que se extendió durante algo más de una hora, Joe Biden alabó los que considera los dos éxitos fundamentales de lo que lleva de legislatura: un sólido desempeño económico y la consecución de acuerdos entre demócratas y republicanos. 

En el que era su tercer discurso del estado de la Unión, Joe Biden tomó la palabra poco después de las nueve de la noche. Después de los saludos protocolarios a los invitados, y las chanzas de rigor, el presidente de EE.UU. se dirigió al líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. «No quiero arruinar tu reputación, pero espero con ganas trabajar contigo». Con esta invitación Biden introducía la que sería una de las claves de su intervención: la necesidad de acuerdos con la oposición republicana para avanzar su agenda política: «El conflicto no nos lleva a ninguna parte».

El discurso del presidente subrayó la importancia de la colaboración entre los dos grandes partidos norteamericanos. Lo hizo primero recordando las «más de 300 leyes» surgidas del consenso bipartidista firmadas desde que asumió el cargo, y después llamando a propios y ajenos a continuar buscando acuerdos para enfrentar los principales problemas del país. E invitó a los estadounidenses de a pie a reconectar también: «Tenemos que vernos unos a otros no como enemigos, sino como compatriotas americanos».

Al principio de su intervención Biden destacó el buen desempeño económico de la potencia norteamericana durante los dos primeros años de su mandato. Hoy, con la inflación en retirada y un desempeño sólido del mercado laboral el presidente sacó pecho. Prometió Biden, además, seguir en la senda de un cierto proteccionismo económico, heredado directamente de su predecesor y apuntalado por la crisis del covid-19. «Queremos que el primer paso de las cadenas de producción se encuentre en América» dijo el presidente.

Joe Biden también se reservó un gesto para los padres de Tyre Nichols, el joven afroamericano muerto tras la paliza propinada por cinco policías en Memphis, que asistían al discurso desde el palco de la primera dama. «Lo que le pasó a Tyre pasa demasiado a menudo. Tenemos que hacerlo mejor». Y dirigiéndose a los miembros del poder legislativo añadió: «Haced algo, haced algo».

Entre los desafíos que el futuro reserva a los dos próximos años de la Administración Biden, el mandatario destacó la protección de ciertos beneficios sociales, la gestión de la crisis migratoria, la violencia con armas de fuego, el aborto y la reforma de la policía. Biden, además, instó a los norteamericanos a sentirse partícipes de la historia. «Depende de nosotros, el pueblo». 

Uno de los problemas que el presidente dijo querer atajar es el de la desaparición de la clase media. «Porque cuando a la clase media le va bien, los menos afortunados tienen una escalera que pueden subir y los ricos todavía tienen de sobra». Para Biden, esa reconstrucción de la clase media tiene como pasos iniciales la subida de impuestos a las grandes fortunas y a las recompras de acciones por parte de las empresas.

Incidió en que el actual sistema impositivo «no es justo»: «Yo soy capitalista. Pero simplemente paga lo que te toca», sostuvo. «Ningún multimillonario debería pagar menos impuestos que un profesor o un bombero», añadió. Así  propuso cuadriplicar el impuesto sobre la recompra de acciones corporativas para incentivar a largo plazo las inversiones. 

Lo cierto es que para lograr lo que fue uno de los mantras repetidos a lo largo de todo el discurso, «acabemos el trabajo», Biden necesita de una mayoría republicana que promete ponérselo difícil. Si bien el presidente arrancó un puñado de aplausos de la oposición en torno a temas muy concretos —la epidemia del fentanilo, el apoyo a las personas mayores, la protección del Medicare— la realidad del partido republicano en 2023 no invita al optimismo. El propio Kevin McCarthy, con el que Biden decía querer trabajar, tuvo que pasar por 15 votaciones para asegurarse el cargo, previas concesiones al ala más derechista del Partido Republicano.

Al mismo tiempo, la respuesta oficial del Partido Republicano estuvo a cargo de Sarah Huckabee, actual gobernadora de Arkansas y ex jefa de prensa de la Casa Blanca de Donald Trump hasta el 2019. Ella dio voz a una facción importante del Partido Republicano con la que Biden también tendrá que verse las caras de aquí a 2024. «Estamos bajo ataque en una guerra cultural izquierdista que no empezamos y en la que nunca quisimos luchar» dijo la republicana tras el discurso del presidente.