Bolsonaro pide un visado de turista por seis meses para poder seguir en Estados Unidos

Héctor estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Seguidoras de Bolsonaro, frente a la casa en la que el exmandatario permanece alojado en Reunión (Florida)
Seguidoras de Bolsonaro, frente a la casa en la que el exmandatario permanece alojado en Reunión (Florida) CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH | EFE

Había asegurado que regresaría a Brasil a finales de enero

01 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Jair Bolsonaro había dicho que regresaría a Brasil a finales de enero, e incluso admitió a la CNN que estaba pensando adelantar su viaje. Pues bien, o el expresidente se lo ha pensado mejor o mentía. Su abogado anunció ayer que había solicitado el visado de turista por seis meses a EE.UU., país donde está el líder ultraderechista desde dos días antes de ceder su cargo al izquierdista Lula da Silva, el pasado 1 de enero.

«No hay previsión para su regreso. Él sabrá cuándo lo hace. Puede ser mañana, puede ser en unos seis meses, o puede no regresar nunca, yo no lo sé», había dicho este sábado su hijo y senador, Flávio Bolsonaro, destacando que el exmandatario no tiene miedo a las investigaciones judiciales que afronta por, entre otros asuntos, haber supuestamente favorecido el asalto a las sedes de los tres poderes brasileños, perpetrado por sus seguidores más radicales el 8 de enero.

El letrado de Bolsonaro no especificó con qué permiso se encuentra su cliente en EE.UU., pero la mayoría de la prensa apunta a que tendría un visado reservado a jefes de Estado, que apenas tiene un mes de duración y que habría expirado, por tanto, este lunes.

De ahí la petición de su abogado para conseguir un visado de turista que le permita seguir en la residencia donde se hospeda en Orlando, una casa en un barrio residencial, sin valla que la separe de la calle, prestada por un luchador de artes marciales mixtas.

No lo tendrá fácil el letrado. Un grupo de 42 legisladores del Partido Demócrata pidieron hace tres semanas al presidente Joe Biden que cancelase el permiso de estadía de Bolsonaro.

«Derrotamos a un presidente, pero aún no derrotamos al fascismo», señaló ayer Lula, que este miércoles cumple su primer mes tras su vuelta al poder en el país.

No ha sido un inicio sencillo. El líder izquierdista tuvo que hacer frente a un caos generalizado por las protestas callejeras en favor de Bolsonaro, desactivadas tras el asalto a las sedes del poder.

Ha sido criticado también por su política económica ambigua, sin decretar una subida del salario mínimo pero, al tiempo, criticando la independencia del Banco Central brasileño y los objetivos de inflación, posturas que crearon inquietud en los mercados.

Lula ha afrontado además una crisis humanitaria en el Amazonas, que afecta a los indígenas yanomami, en críticas condiciones de salud debido a la contaminación por mercurio de las aguas de sus comunidades tras el establecimiento de minas de oro ilegales.

Con su lema «Brasil está de vuelta», en política internacional restableció relaciones con Venezuela, reingresó a su país en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y se negó esta semana, ante el canciller alemán, Olaf Scholz, a enviar municiones a Ucrania, asegurando que «Brasil es un país de paz» y mostrando su predisposición a hablar con China para ayudar a buscar el fin de la guerra.