Jueves negro para Macron ante la jornada de huelgas por la reforma de las pensiones

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Una pancarta con el rostro de la primera ministra Borne y Macron, en una manifestación contra la reforma de las pensiones en la ciudad de Rennes, el pasado 10 de enero.
Una pancarta con el rostro de la primera ministra Borne y Macron, en una manifestación contra la reforma de las pensiones en la ciudad de Rennes, el pasado 10 de enero. STEPHANE MAHE | REUTERS

La movilización será importante porque el retraso de la edad de jubilación ha logrado poner de acuerdo a todos los sindicatos.

15 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Emmanuel Macron estará en Barcelona el 19 de enero, donde presidirá junto a Pedro Sánchez la 27.ª cumbre hispano-francesa, pero el presidente de la República francesa va a estar muy pendiente de lo que pase en las calles de Francia. Los sindicatos han organizado para ese día una gran jornada de huelgas y manifestaciones para mostrar su descontento contra la reforma de las pensiones anunciada esta semana, y que el jefe del Elíseo califica de «indispensable y vital».

El Ejecutivo considera que si no hacen nada, el déficit de la caja de las pensiones podría alcanzar los 20.000 millones de euros en el 2030, pero los sindicatos prometen un jueves negro, y la movilización será una de las mayores porque el retraso de la edad de jubilación ha logrado poner de acuerdo a todos los sindicatos.

En París, la empresa de transporte público, la RATP está especialmente afectada por la reforma porque también incluye la desaparición de los regímenes especiales de jubilación que disfrutan hasta ahora, y el sector petrolero de la CGT ha anunciado seis jornadas de huelga hasta el 6 de febrero con la intención de paralizar los envíos de carburantes y, «si es necesario, las instalaciones de refinería». Las federaciones de energía se reúnen este lunes para decidir el alcance de su movilización, en el sector del transporte ferroviario dicen estar «preparados para lanzar la batalla necesaria» y, en la misma línea, los sindicatos de conductores de camiones y ambulancias están dispuestos a un movimiento «ilimitado».

La reforma de las pensiones es un proyecto que Macron acariciaba desde que fue elegido por primera vez en el 2017, pero tuvo que posponerlo ante la crisis del covid-19.

Sin mayoría en el Parlamento

En este segundo intento, los puntos clave de la reforma son el retraso de la jubilación a los 64 años a partir del 2030 y acelerar la prolongación del tiempo de cotización hasta los 43 años desde el 2027. Pero en esta ocasión, el presidente francés tiene un problema añadido, y es que no dispone de mayoría absoluta en el Parlamento.

Su segundo quinquenio como presidente de la República está siendo más duro que el primero ya que entonces su partido dominaba la Asamblea Nacional, pero ahora está experimentando lo que significa gobernar y reformar con una mayoría relativa.

En las últimas semanas, su primera ministra, Elisabeth Borne, se ha visto obligada a echar mano del artículo 49.3 de la Constitución en diez ocasiones para aprobar los presupuestos sin discusión en el hemiciclo, arriesgándose a someterse a otras tantas mociones de censura que, de momento no han salido adelante.

En esta ocasión, la primera ministra ha convencido a Macron para dar tiempo a la concertación, y ha logrado convencer al partido conservador, Los Republicanos, para que voten la reforma, pero la última palabra la tendrán los ciudadanos el próximo jueves, si deciden movilizarse o no.

Para evitar una nueva crisis como la vivida con los chalecos amarillos, Emmanuel Macron debe esperar una baja movilización el próximo 19 de enero, pero también deberá limitar las consecuencias de la inflación sobre los hogares y las empresas a la vista de la prolongación de la guerra en Ucrania, así como un posible corte general de electricidad, aunque este escenario catastrófico parece que se va alejando.