A dos años de la salida del Reino Unido de la UE, el 57 % cree que la decisión ha sido un error y ha traído más problemas que beneficios
15 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Los británicos estarían cumpliendo en este 2023 medio siglo en la Unión Europea. Sin embargo, se adentran al que será su tercer año fuera del club comunitario. Y a medida que pasa el tiempo y se comienzan a sentir los efectos de la decisión crece el número de ciudadanos que consideran que el brexit fue un error, porque ha generado más problemas que beneficios. Al menos así lo aseguran las encuestas.
Un sondeo de la firma Opinium publicado esta semana reveló que el 57 % de los británicos consideraba que el divorcio de los Veintisiete había sido un error. Un dato que contrasta con el de doce meses atrás, cuando una mayoría aún consideraba que la salida del bloque era lo correcto. Al sumergirse en los resultados del estudio demoscópico se observa que la decepción ha comenzado a embargar incluso a los votantes del gobernante Partido Conservador, formación que impulsó el referendo de junio del 2016 en el que por estrecho margen ganó la salida de la UE.
Uno de cada tres simpatizantes tories (33 %) rechaza el brexit porque no ha arrojado los beneficios esperados y, por el contrario, ha provocado muchos trastornos. Además, el 39 % de los votantes conservadores admiten estar preocupados por los problemas provocados por el Protocolo para Irlanda del Norte.
A un 36 % le alarma los trámites burocráticos que están padeciendo las empresas británicas para comerciar con las compañías de la UE. Y, por último, un 33 % admitió estar frustrado por las dificultades para conseguir trabajo en la otra orilla del canal de La Mancha. Este sondeo casi coincidió con la publicación por el diario londinense The Guardian de una información que asegura que 2.250 británicos han sido expulsados de distintos países comunitarios desde que finalizó el período de transición en diciembre del 2020, debido a que no cumplían con los requisitos migratorios para residir en dichos Estados.
¿Qué ha cambiado?
Las promesas, sobre todo económicas, que se vendieron con el brexit no se han materializado, pero sí se están comenzando a dejar sentir las consecuencias que muchos advirtieron y que fueron ignoradas por los votantes.
«Seis años después no se ha acabado con los trámites burocráticos que dinamizarían la economía», escribió el exministro thatcherista y proeuropeo Michael Heseltine en un reciente artículo. «La economía del Reino Unido es un 5 % más pequeña, según el Centro para la Reforma Europea, de lo que habría sido sin el brexit», agregó.
Heseltine recordó que el control de las fronteras fue una de las grandes banderas para defender el divorcio. Sin embargo, la cifra récord de 45.700 migrantes que en el 2022 lograron cruzar ilegalmente el canal de La Mancha es otra prueba de que «el pueblo británico fue engañado».
¿De vuelta?
Otra encuesta elaborada por la empresa Savanta ComRes publicada a principios de mes arrojó que un 66 % de los británicos votarían a favor de regresar a la club europeo, en el supuesto de que se celebrase un nuevo referendo sobre el asunto. No obstante, esta posibilidad se antoja remota, por no decir imposible.
«Yo voté por el brexit y creo en el brexit», soltó en noviembre pasado el primer ministro Rishi Sunak, durante un discurso ante la poderosa Confederación Británica de la Industria (CBI). Incluso descartó «inequívocamente» cualquier posibilidad de alinearse con la legislación comunitaria.
Entre la oposición, tampoco se divisan grandes cambios. El líder laborista, Keir Starmer, ha negado que, de llegar al Gobierno, vaya a pedir el reingreso en el mercado único europeo y ha prometido que buscará «hacer que el brexit funcione». Y, si esto no fuera suficiente, en días pasados asumió el eslogan de los brexiters de «retomar el control», como argumento para poner en marcha una descentralización administrativa del Reino Unido.