Orbán usa el Catargate para cargar contra el castigo de la UE a Hungría

Marcelo Nagy BUDAPEST / EFE

INTERNACIONAL

El presidente del Consejo Europeo,  Charles Michel, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, durante la cumbre de la pasada semana.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, durante la cumbre de la pasada semana. YVES HERMAN | REUTERS

El ultranacionalista busca deslegitimar la decisión de Bruselas de congelar los fondos europeos a su país por violaciones del estado de derecho y corrupción

18 dic 2022 . Actualizado a las 17:36 h.

El Catargate, el caso de corrupción que ha sacudido el Parlamento Europeo, ha sido un regalo para el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, en su campaña para deslegitimar las críticas de la Unión Europea a su Gobierno.

«Este es el aspecto del Estado de derecho en Bruselas». Así comentó el miércoles Orbán en su cuenta de Twitter la imagen de las maletas y bolsas llenas de dinero incautadas por la policía belga.

Los fajos de billetes esparcidos sobre la mesa en la fotografía son los supuestos sobornos recibidos por parlamentarios europeos para favorecer a Catar. Un millón y medio de euros fueron intervenidos al exeurodiputado italiano Pier Antonio Panzeri y a una de las vicepresidentas de la Eurocámara, la socialdemócrata griega Eva Kaili, que ha sido suspendida. 

Memes contra Bruselas

«Esto le llegó en un momento muy oportuno. Orbán ahora puede apuntar a que en otros lugares también hay corrupción y que Bruselas, así como toda la UE, está contagiada», explica Bulcsú Hunyadi, analista del Instituto Political Capital. El experto destaca que la Eurocámara siempre ha sido la institución más severa en las críticas a Hungría.

El lunes, Orbán tuiteó un meme de gente riéndose a carcajadas al oír la frase «El Parlamento Europeo está seriamente preocupado por la corrupción en Hungría». El regodeo del primer ministro magiar es compartido por otros populistas europeos.

El escándalo llega cuando el Gobierno de Orbán ha sido puesto bajo estricto control comunitario y ha visto congelados 6.300 millones de euros de fondos europeos por violaciones del estado de derecho y corrupción. Hungría ocupa el puesto 73 en el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional, el peor de los Estados miembros de la UE después de Bulgaria, y al mismo nivel que Ghana, Kuwait y Senegal.

Orbán podría incluso aprovecharse del escándalo a nivel europeo reforzando los mensajes populistas contra la élite comunitaria y hacer frente común con otras formaciones y líderes euroescépticos. 

Parafraseando a Trump

«Llegó la hora de drenar el pantano en Bruselas», aseguró Orbán en un breve vídeo. Este es el mismo mensaje que Donald Trump —un estrecho aliado de Orbán— lanzó durante la campaña a las presidenciales de EE.UU. del 2016, cuando proclamaba que había que drenar el pantano de corrupción de la cúpula política de Washington. Para Hunyadi, esto no es otra cosa que un «teatro político», ya que tanto Trump como Orbán son parte de la élite. «El que ahora se presenta como el crítico de la corrupción, no solo es parte de la élite, sino que también es parte de la corrupción», enfatizó el analista.

Otros miembros del Gobierno también se han burlado de la situación en las redes sociales. El secretario de Estado de Comunicación, Zoltán Kovács, incluso citó un diálogo de La Guerra de las Galaxias entre el emperador Palpatine y Darth Vader. «Emperador Palpatine: Hay una gran perturbación en la fuerza. Darth Vader: Lo he sentido», comentaban, los dos líderes del imperio. 

Estos mensajes en gran parte son para la opinión pública húngara, «para minimizar o relativizar los argumentos de que Hungría no recibe los fondos europeos por la corrupción», sostiene Hunyadi. El analista afirma que la oposición ahora podría aprovecharse de la situación, con una campaña para no dejar que el tema de la corrupción cambie de foco y se desplace a Bruselas.

«En el régimen de Orbán la corrupción no tiene consecuencias, mientras que en Europa sí», ha afirmado en este sentido András Fekete-Györ, diputado del partido liberal Momentum.

La Comisión Europea exige a Orbán, entre diversos requisitos, luchar con más eficacia precisamente contra la corrupción en Hungría para desbloquear fondos que mantiene congelados.