Bajmut, el objetivo «simbólico» de Putin

Miguel Pérez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Un médico atienda a un soldado ucraniano herido en un hospital de campaña de Bajmut, en la región de Donetsk
Un médico atienda a un soldado ucraniano herido en un hospital de campaña de Bajmut, en la región de Donetsk LEAH MILLIS | REUTERS

El Ejército del Kremlin intenta cercar esta ciudad estratégica de la región de Donetsk, convertida en una «picadora de carne» por la brutalidad de los combates

04 dic 2022 . Actualizado a las 18:14 h.

La conquista de Bajmut, un nudo estratégico de comunicaciones que se le ha resistido desde el inicio de la guerra, se ha convertido en la meta inmediata del Ejército ruso. Así parece deducirse de los movimientos de tropas que este sábado trataban de rodear por el norte y el sur esta ciudad de Donetsk, y que a ojos de algunos estrategas occidentales resultan casi desproporcionados por el volumen de recursos utilizados y la dureza de los combates. «Hay una posibilidad realista de que la captura de Bajmut se haya convertido principalmente en un objetivo simbólico y político para Rusia», declaró este sábado el Ministerio de Defensa británico en base a los informes de los analistas.

Según estos, «las fuerzas rusas continúan invirtiendo una gran parte de su esfuerzo militar general y potencia de fuego a lo largo de un sector de aproximadamente quince kilómetros de longitud en el frente atrincherado de la ciudad. Frente a los análisis del propio Kiev en relación a lo «insignificante» de la plaza para la conquista del Dombás, Moscú ofrece un relato diametralmente opuesto. Considera que la toma de Bajmut no solo fortalecería su posición en la región, sino que amenazaría Kramatorsk y Sloviansk, dos bastiones del Ejército local a los que se llega por una red de carreteras que estaría bajo control ruso.

Situación «desesperada»

La situación en Bajmut es «desesperada», según las manifestaciones de los militares y los equipos de rescate. El constante duelo de artillería al que se someten las tropas de los dos bandos y los ataques frontales con los que los invasores calibran la resistencia de las fortificaciones defensivas han derivado en una matanza que incluso se dirime cuerpo a cuerpo. Las trincheras se han vuelto apenas practicables por el barro. Algunos medios calculan que todos los días se producen no menos de 250 bajas en el frente por la crudeza de los combates. Y los ucranianos, que llevan nueve meses defendiendo la posición, opinan que lo que quieren hacer en realidad las fuerzas invasoras, nutridas en esta zona por numerosos mercenarios de la compañía Wagner, es aplastar por completo su infraestructura.

El propio presidente, Volodímir Zelenski, reconoció este sábado tras una reunión con sus oficiales que el escenario en esta parte crítica de Donetsk es «el más doloroso» y uno de los más dramáticos desde el inicio de la guerra. «Estamos haciendo todo lo posible para ayudar a nuestros muchachos. Nuestros héroes, que sostienen la defensa allí, merecen el mayor agradecimiento», exclamó en su discurso nocturno habitual.

«Será expulsado»

La violencia es de tal envergadura que medios militares rusos se ufanan de que Bajmut sea conocida como la «picadora de carne». El Estado Mayor, según revelan informaciones periodísticas, ve muy factible la captura de Sloviansk y Kramatorsk, aunque «primero tendremos que tomar Bajmut y sus alrededores» «El enemigo [ucraniano] se verá obligado a retirarse de los campos y las plantaciones forestales cubiertas de maleza a las zonas urbanas. O será expulsado», subrayaron fuentes militares rusas tras anunciar la captura de una nueva población cercana: Kurdyumovka. «Desde allí, incluso se pueden ver las afueras de Kramatorsk: esto es un poco más de 30 kilómetros en línea recta», añaden.

Los analistas creen que el empeño del Kremlin en este enclave obedece a la necesidad de su presidente, Vladimir Putin, de ofrecer a los rusos (y a la comunidad internacional) una victoria que pueda hacer pasar como significativa del poder de su Ejército y de que la invasión no va tan mal como indican las contraofensivas recientes de las tropas ucranianas. Sin embargo, este triunfo no escondería los apuros que las fuerzas rusas pasan en Jersón para mantener sus posiciones al borde del Dniéper o las feroces refriegas en Zaporiyia, donde las autoridades prorrusas empiezan a planificar una evacuación parcial de civiles y los rusos construyen nuevas defensas fortificadas en una lucha constante contra las lluvias y el fango. Kiev ha concentrado sus bríos en este territorio e incluso piensa no solo en recuperar Zaporiyia, sino avanzar hasta el mar de Azov a cien kilómetros de distancia.