La OTAN descarta que la explosión en Polonia fuera «un ataque deliberado»

OLATZ HERNÁNDEZ BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

Biden, Scholz, Sánchez, Macron, Sunak y Trudeau, junto a varios ministros de Exteriores, hablan del misil en la cumbre del G20, en una imagen tomada por el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit
Biden, Scholz, Sánchez, Macron, Sunak y Trudeau, junto a varios ministros de Exteriores, hablan del misil en la cumbre del G20, en una imagen tomada por el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit BPA | REUTERS

La investigación preliminiar apunta a que el misil procedía del sistema antiaéreo ucraniano. Zelenski insiste en culpar a Rusia

17 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras unas primeras horas en las que parecía que Occidente podría verse abocado a la guerra, después de la explosión de un misil en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania, las investigaciones preliminares apuntan a que todo fue un terrible accidente. Los servicios de inteligencia estadounidenses y la OTAN no creen que el misil que mató a dos personas en la localidad de Przewodów fuera parte de «un ataque deliberado» contra territorio aliado. «Lo más probable es que el proyectil forme parte de la defensa antiaérea ucraniana», aseguró ayer el secretario general de la Alianza Atlántica.

Y es que el incidente tuvo lugar en medio de una ola de ataques aéreos rusos de gran magnitud sobre la parte occidental de Ucrania, que tenían como objetivo infraestructuras. Al parecer, el artefacto que impactó en territorio polaco se habría activado para defender el espacio aéreo ucraniano. «Pero la culpa no es de Ucrania. El responsable último es Rusia», destacó Stoltenberg.

Los embajadores de la OTAN se reunieron de emergencia en Bruselas para evaluar el incidente, que en un primer momento fue atribuido a Rusia por países como Ucrania, Lituania, Letonia y Estonia. Tras la reunión, sin embargo, la Alianza concluyó que lo ocurrido «no tiene las características de un ataque contra un aliado» por lo que no se activará el artículo 4 de los tratados, lo que llevaría a la OTAN a iniciar consultas para responder a un ataque enemigo.

Stoltenberg reafirmó su solidaridad y la de los socios de la alianza con Polonia, pero apuntó que «la OTAN está preparada para accidentes de este tipo y para asegurar que, si ocurren, no escalen a algo que esté fuera de control», al tiempo que llamó una vez más a la prudencia.

El presidente Joe Biden siguió muy de cerca los acontecimientos y lanzó a primera hora de la mañana a sus colegas de la OTAN, reunidos en la cumbre de Bali, las primeras conclusiones de los servicios de inteligencia, que apuntaban a que el cohete procedía de las baterías antiaéreas ucranianas y no de la artillería rusa. El presidente americano insistió igualmente en el carácter preliminar de los datos recabados, durante la reunión convocada de urgencia. 

El Kremlin alaba a EE.UU.

Tras conocerse la noticia, Moscú desmintió su responsabilidad en lo ocurrido y destacó que se las imágenes difundidas muestra fragmentos de misil S-300 del arsenal ucraniano. Tras calificar de «histérica» la reacción de Polonia y de otros países al incidente, avaló la «reacción contenida y más profesional de Estados Unidos y su presidente», en palabras del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

La Alianza no cree que Rusia esté preparando un ataque a gran escala contra su territorio. Pero desde sus cuarteles generales, la OTAN hizo hincapié en que el episodio registrado en Przewodów demuestra «los peligros que conlleva la guerra en Ucrania». Esa amenaza potencial para los aliados justifica el refuerzo de la capacidad miliar en el este de Europa.

Zelenski insiste en culpar a Rusia y pide acceso al lugar 

Contradiciendo a sus socios internacionales, el presidente Volodímir Zelenski insiste en que el misil caído en Polonia procedía de Rusia y no de Ucrania. «No tengo ninguna duda de que no fue nuestro misil», aseguró en una intervención televisada ayer por la tarde, y añadió que no pone en cuestión alguna los informes de su personal militar. «No tiene sentido desconfiar. Pasé la guerra junto a ellos», zanjó.

Zelenski subrayó que la investigación sobre lo ocurrido no ha acabado y pidió a Polonia que permita a los representantes ucranianos acudir al lugar de los hechos para llevar a cabo sus propias pesquisas. «¿No podemos presentar las conclusiones finales? Creo que es justo», valoró. Poco antes, el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Oleksiy Danilov, ha pedido acceso inmediato al lugar en el que impactó el misil.

El G20 aísla a Putin e incluye el término guerra para condenar la invasión rusa

 

A. Hermosín

El G20 concluyó este miércoles con una declaración donde la mayor parte de sus miembros condenan la guerra de Ucrania, en una cumbre que elevó el aislamiento diplomático de Rusia y que al mismo tiempo rebajó la confrontación entre los distintos bloques de países.

Una «mayoría» de los integrantes del G20 rechazó la invasión rusa del país vecino y llamó a la retirada inmediata de tropas de ese país de territorio ucraniano, en un comunicado que no obstante admite que hubo «otras posturas» sobre la situación en Ucrania durante las discusiones en la isla indonesia de Bali. 

Malabares verbales

Con estos malabares verbales y tras largas y duras negociaciones diplomáticas, el grupo de los Veinte logró sacar adelante una declaración conjunta que parecía imposible antes de la cita de Bali, que llegaba entre temores de una nueva guerra fría y que además se vio alterada por el incidente en Polonia de la víspera.

La declaración de Bali incluye una mención explícita a la guerra de Ucrania, algo que hasta ahora rechazaban Rusia, China o la India, y que se consiguió encajar en el comunicado conjunto con el citado matiz de que los países siguen enrocados en sus posturas y aludiendo a una resolución previa de la ONU.

La mención a la guerra fue de hecho el párrafo «disputado» del documento, según dijo el líder de Indonesia, Joko Widodo, quien ocupa la presidencia de turno del G20, en una rueda de prensa al término de la cumbre. «Hablamos de ello hasta la medianoche, y, finalmente, la declaración de Bali se logró consensuar y salió adelante», destacó.

Distintas fuentes diplomáticas explicaron que un amplio grupo de países, entre ellos los de la UE y EE.UU., presionaron al máximo al resto de integrantes del G20 para lograr incluir esa alusión a la guerra, bajo la amenaza de que sin ella la cumbre terminaría sin acuerdo alguno. El G20 «tenía la responsabilidad de enviar un mensaje muy claro a Rusia y al mundo» contra la guerra y de «evitar la división de sensibilidades», dijo al término de la cumbre el presidente francés, Emmanuel Macron, quien añadió que el comunicado final así lo recoge.