Españoles en el Halloween trágico de Seúl: «Vimos los primeros cadáveres en el suelo, un amigo intentó reanimar a dos personas y no lo consiguió»
INTERNACIONAL
Varios testigos relatan cómo vivieron el momento de la estampida mortal en Itaewon, que ha causado al menos 154 muertos y más de 130 heridos
31 oct 2022 . Actualizado a las 08:49 h.El barrio de Itaewon, en Seúl, aún está despertando de la pesadilla que convirtió una fiesta de Halloween la noche del sábado en una trampa mortal para cientos de personas, la mayoría jóvenes y adolescentes.
«Yo estaba con mis amigos en Itaewon. Cuando llegamos allí cerca de las diez menos cuarto de la noche, como una hora y media antes de que empezara la avalancha, ya había mucha gente. La calle donde se produjo el accidente estaba abarrotada, era imposible cruzarla. De hecho, intentamos avanzar tres metros para llegar a uno de los clubes más famosos de la zona, pero no pudimos. Nos tuvimos que dar la vuelta», relata Javier Aldea, madrileño de 20 años que estudia Periodismo en Seúl a través de un programa de movilidad internacional de la Universidad Francisco Vitoria.
«Algunos de mis compañeros salieron agobiados del mogollón, porque no se podía estar. Por nuestra parte, fue una mala decisión intentar cruzar esa calle, pero rectificamos a tiempo», continúa el estudiante, que logró salir a tiempo de la ratonera en la que se produjo la estampida. «No se produjo una estampida como tal, como la que se puede recordar, por ejemplo, del Madrid Arena. Realmente, fue un proceso mucho más lento. Esa calle ya estaba colapsada [antes del accidente]», subraya Javier.
Según el relato que ofrece a este diario, el colapso se fue agravando en una calle «en pendiente» que no favorecía la descongestión. «Creo que el colapso más grande debió de pasar cuando cayeron las primeras personas. No lo podría asegurar, pero creo que algunas personas debieron de estar atrapadas unos 40 minutos en la misma calle», señala.
La puerta del club donde Javier se proponía disfrutar del sábado de Halloween que acabó en tragedia, en las que eran las primeras celebraciones multitudinarias en la zona desde el 2019, hace esquina con la calle donde tuvo lugar el amontonamiento mortal: «El ambiente cuando nosotros salimos fuera era completamente catastrófico. Salimos y vimos los primeros cadáveres en el suelo, las camillas entrando en las ambulancias, efectivos policiales... Sobre todo, vimos mucho caos, mucho caos entre la gente que intentaba localizar a sus amigos». La cobertura en esos momentos era muy deficiente, lo que hacía prácticamente imposible contactar con alguien desde la zona de la estampida, asegura.
«Uno de mis amigos tuvo la mala suerte de presenciar ese momento de cerca -prosigue Javier-. De hecho, él intentó reanimar a dos personas que estaban allí y no lo consiguió». No había capacidad para ayudar a la gente, afirma. «Había un desfibrilador para cada diez o quince personas. Como se puede ver en las imágenes, en los primeros instantes había más ciudadanos que sanitarios en la zona».
Corea del Sur amaneció el domingo profundamente consternada por la tragedia que sacudió las inmediaciones del hotel Hamilton, zona en la que Lydia Rodríguez, una joven mexicana que vive en Seúl y que trata de asimilar lo sucedido, había quedado para salir con sus amigas. Era la primera vez que iba a Itaewon. «Lo vi todo. Estuve todo el día [por el domingo] temblando, sin comer. Mi cuerpo ha reaccionado muy mal a esto», explica Lydia, que estaba enfrente de la calle en pendiente donde se produjeron el mayor número de muertes. Ella llegó a la zona sobre las diez y vio cómo «empezaron a sacar los cuerpos. Primero fueron cinco cuerpos, y un minuto después empezaron a sacar más y más». Lydia logró contactar por teléfono con sus amigas. «Y nos vimos en el metro, pero tratar de pasar era horrible. Nos hacían a un lado», recuerda en shock.
«Yo estaba justo ahí. Comenzó en la entrada del metro, en esa calle, que tiene una esquina que sube, una pendiente; toda la calle entera es la famosa calle de Itaewon», relata a RTVE otra de las españolas que vivieron la tragedia en Corea del Sur que ha causado ya 154 muertos y más de 130 heridos. Según esta española testigo de la avalancha mortal, «se formó un embudo que hacía imposible ir hacia detrás o ir hacia delante. Hubo un momento en el que estaba superaplastado todo el mundo, casi sin respiración. Desde atrás empujaban bastante y delante no se movían. Entonces, si alguien caía al suelo, era imposible ayudarle; no había manera, porque te seguían empujando desde atrás».
Otros testigos, informa Europa Press, describieron que las personas quedaban amontonadas en «capas» de hasta cinco y seis niveles.
En declaraciones a RTVE, Xavier Bush, mallorquín que trabaja en una multinacional en Seúl y estaba en el momento del accidente en la zona, relata: «Vi gente corriendo y mucha otra tirada en el suelo, sin moverse, y gente a la que hacían el masaje cardiopulmonar». Al joven español, que vivió la estampida desde el interior de un bar en una de las calles afectadas, le impactó sobre todo ver «cómo amontonaban a los muertos con bolsas en la cara». Él se libró por diez minutos de ser engullido por la marea humana en la ratonera en que se convirtió Itaewon.
Las autoridades de Seúl anunciaron hoy que se investigan más de 270 casos de desapariciones de personas relacionadas con esta estampida durante las celebraciones de Halloween.
Entre los 76 heridos en la avalancha, veinte de ellos extranjeros, hay 19 en estado grave, por lo que se teme que el balance final de víctimas mortales siga aumentando, según informó el departamento de bomberos del distrito de Yongsan.