Scholz y Macron liman asperezas, pero las divergencias persisten

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, este miércoles, antes de su reunión en el palacio del Elíseo
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, este miércoles, antes de su reunión en el palacio del Elíseo HANDOUT | REUTERS

Las políticas europeas de energía y defensa elevan la tensión entre París y Berlín

26 oct 2022 . Actualizado a las 19:41 h.

El canciller alemán, Olaf Scholz, fue recibido este miércoles por el presidente francés, Emmanuel Macron, al pie de las escaleras del palacio del Elíseo. Fue un gesto de atención hacia el jefe de Gobierno alemán, igual que las sonrisas que ambos esbozaron durante unos segundos ante los fotógrafos. Pero los dos líderes desaparecieron rápidamente tras la puerta del palacio, sin prolongar esos instantes ante las cámaras, muestra de que no tenían ningún mensaje de buena sintonía que ofrecer y de que querían pasar rápidamente a discutir los asuntos de discordia que han surgido entre los dos países.

La reunión de por sí era la señal elocuente de las fuertes tensiones que han surgido entre Francia y Alemania durante los últimos meses. Porque lo que estaba previsto era una cumbre ministerial franco-alemana, pero en ambas orillas del Rin consideraban que no había elementos que discutir y los alemanes anularon la cita alegando problemas de agenda de dos de sus ministros para conciliar la reunión de ambos Gobiernos con su vida familiar.

Tras el encuentro de este miércoles entre Emmanuel Macron y Olaf Scholz, que duró tres horas, el Elíseo anunció que se han creado grupos de trabajo sobre energía, defensa e innovación, que son los principales puntos de discordia entre París y Berlín. 

Sin declaraciones a la prensa

Tanto la cancillería alemana como la presidencia francesa coincidieron en destacar el diálogo «amistoso» y «constructivo» entre los dos líderes. Aunque la ausencia de declaraciones a la prensa tras la cita se interpreta también como una señal de distanciamiento porque Berlín había anunciado con anterioridad la celebración de una rueda de prensa conjunta posterior al encuentro, pero París no lo ha considerado oportuno.

Es un detalle simbólico, pero que muestra la tensión generada en torno a la estrategia a seguir frente a la subida de precios de la energía, la construcción de una defensa europea o el recurso a la energía nuclear, temas de fricción entre los dos países y que la invasión rusa de Ucrania ha exacerbado.

Además, en Francia no ha sentado bien que el pasado 29 de agosto, Scholz pronunciara un discurso sobre el futuro de Europa sin hacer referencia al motor franco-alemán, ni a los proyectos de cooperación en materia de industria de armamento, y defendiendo la idea de una ampliación de Europa hacia el este, que dejaría a Francia en la periferia de la Unión.

Aun así, los lazos entre París y Berlín no están rotos. El canciller alemán y el presidente francés han acordado mantener contactos antes y después de la próxima visita de Scholz a China y del viaje de Macron a Estados Unidos, aunque todavía no han fijado fecha para la celebración de la postergada cumbre entre los ministros de Francia y Alemania.