Macron agita el fantasma de un adelanto electoral para salvar la reforma de las pensiones

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Macron, durante una reunión este jueves con la primera ministra Elisabeth Borne (izquierda).
Macron, durante una reunión este jueves con la primera ministra Elisabeth Borne (izquierda). BENOIT TESSIER | REUTERS

Cumplirá su amenaza si hay una moción de censura de la oposición

30 sep 2022 . Actualizado a las 09:08 h.

El Gobierno francés comienza la semana que viene una nueva ronda de negociaciones con la patronal, los sindicatos y los grupos parlamentarios para intentar alcanzar un consenso sobre la reforma de las pensiones. Es una promesa de campaña de Emmanuel Macron a la que no está dispuesto a renunciar, y cuyo principal objetivo es retrasar progresivamente la edad de jubilación hasta los 65 años.

El presidente de la República reunió la noche del miércoles a representantes de los partidos que le respaldan para definir el método a seguir, ya que unos quieren darse tiempo para la concertación y otros prefieren avanzar rápido. Finalmente, Macron ha optado por negociar, aunque hay temas sobre los que no admitirá discusión, como la edad de jubilación, aunque si podrán estudiarse casos específicos de trabajos más duros o vidas laborables largas. El proyecto de ley debe ser aprobado este invierno, y aplicado a partir del próximo verano. Pero el Gobierno solo dispone de una mayoría relativa en la Asamblea Nacional, y podría verse obligado a echar mano de un decretazo, el artículo 49.3 de la Constitución que permite al Ejecutivo adoptar un texto sin voto, salvo que haya una moción de censura.

En ese caso, podría ocurrir que se unieran todos los grupos de la oposición para aprobar la censura y provocar la caída del Gobierno. Emmanuel Macron cuenta con esa posibilidad, y por ello, ha dicho a sus tropas que si esa ocasión se presenta, está dispuesto a disolver la Asamblea. «Si votan una moción de censura, disuelvo inmediatamente», habría dicho el presidente durante la cena del miércoles en el palacio del Elíseo, según numerosos medios de comunicación. El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, encargado de liderar las nuevas concertaciones, confirmó la información: «Macron se apoyaría en los franceses, y estos decidirían cuál es la nueva mayoría que quieren».

El jefe de Estado galo no está dispuesto a renunciar a llevar a cabo la reforma, después de fracasar durante su primer mandato, y por eso busca crear una mayoría en la Asamblea, agitando el fantasma de la disolución. Como La Francia Insumisa y la Reagrupación Nacional ya han dicho que se preparan para votar en contra y que están dispuestos a votar la moción de censura que presente su adversario, el presidente de la República no quiere que los conservadores se vean tentados a unirse a los extremos del hemiciclo para provocar la caída del gobierno. Macron espera que la amenaza de la disolución de la Asamblea convencerá a los 59 diputados de Los Republicanos, para que apoyen un proyecto del que, ideológicamente no están muy alejados.

Con la celebración de nuevas elecciones todos los partidos podrían salir perdiendo, salvo la ultraderechista Marine Le Pen, que podría apoyarse en la dinámica creada por los resultados de las elecciones en Suecia e Italia.