Un atentado en un centro educativo en Kabul deja 19 muertos, la mayoría chicas

La Voz KABUL/EFE

INTERNACIONAL

Alrededores del hospital Mohamed Alí Jinah, donde se atiende a los heridos del atentado.
Alrededores del hospital Mohamed Alí Jinah, donde se atiende a los heridos del atentado. STRINGER | REUTERS

La zona en la que se produjo el ataque está mayoritariamente poblada por la castigada minoría hazara

30 sep 2022 . Actualizado a las 13:18 h.

Al menos diecinueve personas murieron y otras treinta resultaron heridas este viernes tras un atentado suicida en el interior de un centro educativo en el oeste de Kabul, donde residen principalmente miembros de la atacada minoría chií hazara, cuando cientos de alumnos de ambos sexos se encontraban en el edificio, según el portavoz de la Policía de Kabul, Khalid Zadran. Testigos oculares afirmaron a Efe que el atacante detonó sus explosivos en la sección femenina del aula. 

La explosión tuvo lugar en el interior de una de las aulas durante un examen de práctica para preparar las pruebas de acceso a la universidad, cuando el centro educativo se encontraba abarrotado de estudiantes, añadió Zadran.

«Solemos pedir a los centros educativos que informen a las fuerzas de seguridad de los distritos policiales antes de llevar a cabo estos programas especiales», dijo. Malavi Shamsullah, el jefe de la Policía del Distrito 13 de la capital afgana, donde tuvo lugar el suceso, elevó en declaraciones a Efe el número de heridos a «30 ó 40».

Imágenes del atentado compartidas en redes sociales muestran el aula con los pupitres y el techo destrozados por la explosión. La clase, con cientos de alumnos, estaba dividida en dos, segregada por sexos. Dos puertas llevaban a la zona masculina, otra a la femenina. Mohammad Zahoor se encontraba allí en medio del examen de preparación a la universidad cuando ocurrió el atentado.

Primero escucharon un tiroteo, pero no le dieron demasiada importancia al pensar que era lejano, hasta que se percataron que había un atacante en el centro y acababa de matar a dos guardias de seguridad. «Los estudiantes empezaron a gritar y correr, y de repente el hombre armado entró en la clase por la puerta de las chicas (...) y se inmoló entre las estudiantes», explicó a Efe Zahoor. «Se inmoló entre las chicas y la mayoría de las víctimas son también chicas», insistió el joven.

Condena internacional y talibán

El atentado ha suscitado la condena del Gobierno interino de los talibanes, que han prohibido la educación secundaria femenina pero permiten la formación en los estudios universitarios.

«El Emirato Islámico de Afganistán (como se autodenomina el Gobierno talibán) considera un gran horror el ataque de hoy contra un centro educativo (...) y lo condena con firmeza», dijo en Twitter el principal portavoz de los fundamentalistas, Zabihullah Mujahid, al tiempo que prometió «detener y castigar» a los autores.

En el ámbito internacional, Unicef se declaró «consternada por el horrible ataque», mientras que la embajadora de Estados Unidos en Afganistán, Karen Dicker, lo calificó de «vergonzoso».

Ataques contra los hazaras

El ataque, que tuvo lugar esta mañana en el barrio hazara de Dasht-e-Barchi, no ha sido reivindicado por el momento por ninguna formación terrorista, aunque el grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha reclamado en el pasado numerosos atentados en Afganistán contra esta minoría, a la que considera apóstata.

Los ataques contra estudiantes de la minoría hazara se han repetido durante los últimos años en Afganistán. El último, el pasado abril, que causó al menos 6 muertos y 25 heridos, aunque el control de los talibanes a la información impedía obtener una cifra clara, con algunos testigos elevando las víctimas.

En mayo del 2021 un atentado contra una escuela femenina en el barrio de Dashte Barchi dejó 110 muertos, en su mayoría niñas, y 290 heridos. Meses antes, otro ataque en octubre de 2020 contra un centro educativo de esta minoría causó 24 muertos y 57 heridos.

Desde su llegada al poder en agosto de 2021, los talibanes han lanzado varias operaciones contra el EI en varios puntos del país, deseosos de demostrar que su regreso había supuesto también el fin de la violencia.

La garantía de la seguridad y el control del yihadismo fue una de las grandes reivindicaciones de los talibanes en los territorios bajo su control durante la guerra con el Gobierno depuesto y las fuerzas internacionales.