Carlos III quiere una coronación más modesta que la que protagonizó su madre en Westminster en 1953

Agencias LONDRES

INTERNACIONAL

El rey Carlos III, el pasado lunes, acompañado por su hijo Guillermo, durante el funeral de Estado de la reina Isabel II
El rey Carlos III, el pasado lunes, acompañado por su hijo Guillermo, durante el funeral de Estado de la reina Isabel II POOL | REUTERS

La ceremonia, prevista para junio del 2023, también se celebrará en la abadía donde se ofició el funeral por Isabel II

21 sep 2022 . Actualizado a las 18:12 h.

El rey Carlos III planea una coronación más modesta que la que tuvo su madre, la reina Isabel II, en 1953, según informa el diario The Mirror y recoge Efe.

Se espera que Carlos III sea coronado el año próximo tras ascender al trono a la muerte de Isabel II, el pasado día 8 en el castillo de Balmoral, Escocia.

Según pudo saber el Mirror de fuentes de la Casa Real británica, esta coronación, para la que todavía no se ha fijado una fecha, será más corta y menos costosa, frente a la pompa que rodeó la de su madre el 2 de junio de 1953 en la abadía de Westminster, en Londres, tras suceder a su padre, Jorge VI, el 6 de febrero de 1952.

Carlos III también será coronado en la abadía de Westminster, pero las fuentes reales consultadas por el diario indicaron que el monarca quiere la ceremonia se adapte al mundo moderno.

No obstante, la ceremonia, que se estima que se podría celebrar en junio del 2023, debe mantenerse fiel a las antiguas tradiciones de la Corona británica.

Además, los tabloides indican que el número de miembros que integrarán en esta nueva etapa la familia real y que protagonizarán la agenda pública podría reducirse a siete: el rey Carlos; la reina consorte, Camila; los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina; la princesa Ana y los condes de Wessex, Eduardo y Sofía.

Como es tradición, las coronaciones de los nuevos monarcas británicos tienen lugar meses después de su ascenso efectivo al trono, en señal de respeto al rey fallecido. 

Regreso a la normalidad

Las banderas de los edificios oficiales británicos volvieron a ondear el martes en lo alto de los mástiles, después de doce días a media asta por el fallecimiento de la reina Isabel II. Fue el símbolo más evidente del regreso a la normalidad tras casi dos semanas de luto nacional.

El fin del duelo decretado por el Gobierno trajo también de regreso el ambiente reivindicativo por la crisis que padece el país, motivada sobre todo por los altos precios de la energía. No en vano, la emoción popular por la muerte de la monarca había dejado en suspenso el descontento social. Las huelgas han vuelto al Reino Unido. Entre ellas, la que reanudarán los maquinistas de tren la próxima semana, bajo la amenaza de sumir al país en el caos del 1 al 5 de octubre, según informa Colpisa.

De vuelta a la realidad, son muchas las preguntas que ahora emergen en la sociedad británica. Entre ellas, el coste del grandioso funeral de Estado y los cambios que pondrá en marcha en la monarquía y en sus finanzas Carlos III, menos popular que su madre, pero decidido a modernizar la institución.