Bukele optará a la reelección, pese a que la Constitución salvadoreña se lo prohíbe

Héctor Estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en junio del 2022.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en junio del 2022. JOSE CABEZAS | REUTERS

El mecanismo utilizado para volver a presentarse es muy similar al ya empleado por los izquierdistas Daniel Ortega o el derechista Juan Orlando Hernández

16 sep 2022 . Actualizado a las 22:00 h.

Con un sonoro aplauso se dio carpetazo en El Salvador a los artículos de la Constitución que prohíben la reelección presidencial inmediata. Así celebraron los altos cargos políticos el anuncio del presidente, Nayib Bukele, de volver a presentarse a las elecciones, a pesar de que la Carta Magna del país centroamericano lo impide expresamente. «Luego de conversarlo con mi esposa Gabriela y con mi familia, anuncio al pueblo salvadoreño que he decidido correr como candidato a la Presidencia de la República», dijo el dirigente en la noche del jueves, día en que se conmemoraba el 201 aniversario de la independencia. «De seguro más de algún país desarrollado no estará de acuerdo con esta decisión, pero no son ellos los que decidirán, sino el pueblo salvadoreño», agregó Bukele.

El mecanismo utilizado para volver a presentarse, a pesar de la prohibición expresa, es muy similar al ya empleado por los izquierdista Daniel Ortega (Nicaragua) y Evo Morales (Bolivia) o el derechista Juan Orlando Hernández (Honduras). La sala de lo Constitucional del Tribunal Supremo, elegida en el 2021 por la Asamblea Legislativa, de abrumadora mayoría oficialista, falló, el pasado 3 de septiembre, que la decisión de que un presidente continúe en el cargo recae en los electores, anulando así las disposiciones al respecto de la Carta Magna. Los opositores a Bukele han denunciado que esos magistrados funcionan al dictado del presidente.

El mandatario salvadoreño ha dado el paso, como también lo hicieron otros líderes latinoamericanos, en un momento de gran popularidad (algunos sondeos le dan hasta el 90 %,), después de poner fin, en el 2019, al bipartidismo de la conservadora Arena y el izquierdista FMLN, agrupaciones vistas por la mayoría de ciudadanos como corruptas e ineficientes.

Parte importante de la popularidad de Bukele se debe al espectacular descenso de los asesinatos. Desde que a finales de marzo se impusiera el estado de excepción en El Salvador se han detenido a más de 50.000 personas sospechosas de formar parte o colaborar con las pandillas urbanas. Diversas oenegés han denunciado violaciones a los derechos humanos en esos arrestos, mientras la caída del crimen aumenta considerablemente la popularidad del presidente.

«Absolutamente predecible. Ese fue siempre el plan original. Hoy surge un nuevo Hugo Chávez», criticó José Miguel Vivanco, expresidente de Human Rights Watch para las Américas.

«Una candidatura inconstitucional, que transgrede en todo sentido nuestra democracia. Hoy se confirma lo que tanto hemos denunciado, un proyecto personal a costa de los salvadoreños», censuró Carlos García Saade, dirigente de la opositora Arena, mientras algunas organizaciones anunciaban manifestaciones.