Dimite la ministra de Salud de Portugal desbordada por la crisis sanitaria

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Marta Temido, exministra de Salud portuguesa
Marta Temido, exministra de Salud portuguesa PEDRO FIUZA / ZUMA PRESS / CONTA | EUROPAPRESS

Costa concluirá la reforma del Sistema de Salud antes de elegir sustituto

30 ago 2022 . Actualizado a las 21:29 h.

Aguantó la presión del covid-19, pero la ministra de Salud de Portugal, Marta Temido, no pudo con el desgaste al que ha estado sometida durante los últimos meses debido a los problemas de falta de médicos y medios que arrastra el Sistema Nacional de Salud (SNS), un modelo cuya reforma, diseñada por ella misma, espera ser aprobada en septiembre. Pero al parecer lo que aceleró su dimisión fue la muerte estos días en Lisboa de una mujer embarazada por un paro cardíaco cuando era trasladada de hospital al no haber plaza para su bebé en el servicio de neonatos del centro al que acudió de urgencia. En su renuncia, que fue comunicada a los medios a primera hora de la madrugada del martes, la ministra entiende que «no cumple las condiciones para el cargo». Y por eso se va.

La marcha fue aceptada por el primer ministro, António Costa, quien se encargó de comunicarlo al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa. Y fue Costa quien, en unas declaraciones realizadas este martes por la tarde, admitió que para la hasta ahora titular de la cartera de Salud, el fallecimiento de la mujer embarazada en Lisboa fue la «gota que colmó el vaso». Pero esa opinión es algo que no comparte el presidente de la Ordem dos Médicos de Portugal, Miguel Guimarães, quien recordó que no es la primera vez que se dan casos como ese. De ahí que, a su juicio, la marcha de Temido responde al hecho de que no fue capaz de hallar soluciones a los «gravísimos problemas del SNS».

Colapso en la sanidad

El estado de crisis que vive el sistema sanitario portugués no es nuevo. Como tampoco es novedad que un ministro de Salud dimita en Portugal acorralado por las críticas de la Ordem dos Médicos o la de Enfermeros. «La crisis del SNS es algo que suele agravarse todos los años durante el mes de agosto, sobre todo cuando los médicos, que en Portugal tienen un gran peso, realizan campañas de desgaste», explica el politólogo António Costa Pinto, para quien la marcha de la encargada de pilotar la sanidad portuguesa, sumada a las polémicas protagonizadas por los titulares de Finanzas y de Infraestructuras, deja al descubierto «los problemas de descoordinación que hay dentro del Gobierno de Costa».

Más allá de eso, la realidad es que los servicios de urgencias están colapsados, sobre todo los de obstetricia, ginecología y medicina interna. Por no hablar de las largas listas de espera en cirugía. Y hay otro dato que ilustra lo que está ocurriendo: Portugal cerró el 2020 como el año con mayor mortalidad en el país de los últimos 20 ejercicios. Un 20 % de esas muertes fueron debidas al covid; el resto, motivadas por patologías diagnosticadas tarde porque la gente no acudía al hospital.

Entre las razones que explican ese embudo en el SNS está la fuga de facultativos a la sanidad privada o al extranjero. Eso es algo que ya denunciaba el decano de la Ordem dos Médicos a principios de este mes en una entrevista en CNN Portugal, donde decía que hay muchos más médicos que se van que hace cinco o diez años. «Cuando asumí la presidencia en el 2017, el número de vacantes abiertas para la especialidad era de unas 1.550. El último mapa de vacantes, que aún no es público, habla de 2.020», explicaba entonces.

Además, achacaba parte de culpa del colapso a que no se ha revisado la remuneración media de los facultativos desde hace unos 13 años. Por no hablar de lo que cobran por las horas extras: entre unos 12 y 17 euros en la pública, mientras que en la privada reciben más del doble. Y luego está el debate sobre la formalización de conciertos entre la sanidad pública y privada, un movimiento al que el Gobierno de Costa es reticente. Desde el sector médico dicen que por una mera cuestión de ideología.

El relevo

La incógnita ahora es saber quién sustituirá a Marta Temido, aunque el reemplazo no será inmediato. De hecho, desde el Gabinete de Costa avanzaron que «el Gobierno proseguirá con las reformas en curso teniendo en vista fortalecer el SNS y la mejora de los cuidados de salud prestados a los portugueses». De ahí que, como avanzó António Costa, la elección del nuevo ministro «no será rápida». Antes habrá de concluir las reformas del SNS que comenzó Marta Temido para, como dijo Costa, «no perder más tiempo» en su implementación.

Marta Temido, una gestora derrotada por la realidad

m. c.

«El futuro es algo que siempre es muy amplio y nunca se sabe lo que nos puede traer». Hace justo un año, Marta Temido (Coímbra, 1974) abría la puerta en el 23.º Congreso Nacional del PS a presentarse como candidata a la dirección del partido. Ministra de Salud desde el 2018 con António Costa, antes que afiliada a la formación, contaba con el apoyo del doctor Costa quien, justo unos días antes, no descartaba que podía ser su sucesora en un par de años. Ese es el tiempo que ha de pasar como militante antes de poder postularse al puesto. Mientras, añadía el primer ministro entonces, tendría que dedicarse «a trabajar».

Temido se ganó el favor de la opinión pública y de Costa durante la pandemia y llegó a ser uno de los miembros del Gabinete mejor valorados. De ahí que el partido la fichara para presentarla como candidata por Coímbra en las elecciones de enero, tras las que salió elegida diputada. Pero esa popularidad no la logró entre los miembros del sector sanitario. Aunque el fuerte de esta doctora en Salud Internacional y licenciada en Derecho es la administración y gestión hospitalaria, ni la Ordem dos Médicos de Portugal ni los sindicatos de sanitarios veían con buenos ojos su trabajo al frente de un sector limitado por la falta de medios materiales o personales debido a los bajos salarios que favorecían la fuga de facultativos.

No le gusta ocultar la realidad y lo demostró en gestos como cuando en enero del año pasado planteó tener que enviar pacientes a centros de otros países ante el colapso de los hospitales portugueses debido al covid-19. O cuando en junio pasado pidió disculpas ante la Comisión de Salud en el Parlamento luso por los fallos en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Parece que aquellas disculpas no le bastaron porque, superado el covid, la realidad que no ha podido gestionar ha acabado derrotándola.