Y después de la visita de Pelosi, ¿qué?

lorena cantó PEKÍN / EFE

INTERNACIONAL

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi
La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi Kim Min-Hee POOL | EFE

El polémico viaje de la demócrata a Taiwán sirve en bandeja a Pekín argumentos para aumentar la presión militar sobre la isla, según los analistas

04 ago 2022 . Actualizado a las 21:46 h.

Un incremento considerable de la presencia militar de China en el estrecho de Taiwán y el uso de tácticas de guerra híbrida contra Taipéi son las más posibles consecuencias de la fugaz y controvertida visita a Taiwán de la presidenta del Legislativo estadounidense, Nancy Pelosi.

«Esta crisis acelera la percepción de que el riesgo de un conflicto en la presente década es cada vez más alto. China sabe que Taiwán no solo es irrenunciable en su proceso de modernización, sino que es también la estocada con la que podría poner fin a la hegemonía de EE.UU. en la región y en el mundo», afirmó Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política china.

Para los expertos, Washington no ha hecho sino servir en bandeja a Pekín los argumentos para aumentar la presión militar sobre Taiwán, un territorio sobre el que China reclama la soberanía y que considera una provincia rebelde desde que en 1949 los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí tras perder la guerra civil contra los comunistas.

«Cabe esperar de China que intente aprovechar la crisis en dos sentidos: primero, incentivar medidas militares y políticas que refuercen la soberanía reclamada sobre la isla, lo que puede incluir acciones más comprometidas de su Ejército por aire y mar, afectando al espacio aéreo de Taiwán o a la línea media del Estrecho que hasta ahora han sido respetadas», señaló Ríos.

Hong Kong como guion

El experto cree que China podría «adoptar medidas legislativas» como una ley de unificación, e incluso un calendario específico para ella, y apuntó a lo ocurrido en Hong Kong en los últimos dos años como «el guion para hacerse con el control de la situación». «Si allí [tras las protestas prodemocracia] no hubo una masacre represiva tampoco va a haber en Taiwán acciones militares desproporcionadas. Pero sí reacción cualitativamente significativa», dice.

«Lo que para Pelosi es una acción simbólica, de la que se han distanciado en su partido y en el propio Taiwán quienes pueden simpatizar con EE.UU., brinda a China la posibilidad de realizar otra vuelta de tuerca sobre la isla, alejando el fantasma de mostrarse débil y afinando en la respuesta», arguye Ríos.

Mientras, Shiany Pérez-Cheng, analista asociada al laboratorio de ideas británico Resilient Futures, opinó desde Taipéi que «las medidas que va a tomar China contra Taiwán no van a ser de guerra convencional [el caso de Ucrania], sino de zona gris con tácticas de guerra híbrida», lo que supone «sanciones contra exportaciones, ciberataques y aumentar aún más la presión en la arena internacional».