Lavrov abandona la reunión del G20 ante el vacío de Occidente

rafael m. mañueco MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a su llegada la reunión del G20 en Bali (Indonesia)
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a su llegada la reunión del G20 en Bali (Indonesia) DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Su presencia generó fuertes críticas por la invasión de Ucrania

09 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya se veía venir el jueves, cuando comenzó en Bali (Indonesia) la reunión de ministros de Exteriores del G20, que la presencia del jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, en el foro iba a ser tensa. Los llamamientos a que Moscú ponga fin de inmediato a la guerra en Ucrania, los múltiples reproches, la negativa a entrevistarse con él de los ministros occidentales y hasta el rechazo a que apareciera en la foto de familia hicieron que Lavrov pusiera pies en polvorosa a y abandonase el encuentro de forma precipitada. Ni siquiera participó en la sesión vespertina, ni tampoco en la cena oficial. Así al menos se aseguró desde la delegación de la Unión Europea.

Los altercados comenzaron en cuanto llegó el jueves a Bali. Mientras posaba junto a la ministra de Exteriores de Indonesia, Retno Marsudi, alguien preguntó gritando que «¿cuándo pararán la guerra?», a lo que Lavrov no respondió. Él mismo hizo el comentario siguiente a periodistas que le dijeron de todo en la cumbre de forma «frenética»: «Nos instaron a detener esta operación y alcanzar un arreglo pacífico, pero les pedí que aclarasen lo que quieren. Si son conversaciones de paz, los que las interrumpieron fueron los ucranianos. Pero si lo que desean es la victoria de Ucrania sobre Rusia en el campo de batalla, entonces no hay nada de qué hablar».

Marsudi, la anfitriona del encuentro, señaló que «es nuestra responsabilidad terminar la guerra y resolver nuestras diferencias en la mesa de negociaciones, no en el campo de batalla». El alto representante de la UE, Josep Borrell, por su parte, afirmó que «una respuesta rápida a muchos de estos problemas sigue estando en manos del presidente Putin, quien debe detener esta guerra y evitar una catástrofe alimentaria y energética mundial».

La foto de familia se frustró cuando, según la agencia japonesa Kyodo, los ministros de Exteriores del G7 se negaron a fotografiarse con Lavrov. Al parecer, la iniciativa partió del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken. «No puedo estar al lado de alguien que bombardea Ucrania, ataca a niños, adultos, civiles», manifestó, por su parte, la ministra alemana, Annalena Baerbock.

Conducta «poco respetuosa»

Lavrov salió de la sala inmediatamente después de su intervención. En el orden de palabra le seguía Baerbock. Borrell dijo a los periodistas que Lavrov habló y no esperó a escuchar a los demás, conducta que calificó de «poco respetuosa». Antes de tomar el micrófono, el ministro ruso había estado sentado con las delegaciones de Arabia Saudí y México.

La intervención más dura la protagonizó el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, también sin Lavrov presente: «Después de todo lo que ha hecho Rusia en los últimos seis meses solo debe acudir a un lugar, al Tribunal Penal Internacional». Lavrov se perdió también el discurso de Blinken, que instó a Moscú a desbloquear los puertos ucranianos para permitir la exportación de cereales. Lavrov mantuvo reuniones en Bali solamente con sus homólogos chino, indio, argentino y brasileño. También con la ministra indonesia y departió brevemente con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, mientras estuvieron sentados juntos, pero sin organizar un encuentro formal.