Las muertes de Iván Márquez y Gentil Duarte descabezan a las disidencias de las FARC

Héctor Estepa
Héctor ESTEPA BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Iván Márquez junto a varios excomandantes en agosto del 2019 cuando decidió volver a las armas.
Iván Márquez junto a varios excomandantes en agosto del 2019 cuando decidió volver a las armas. Efe

La inteligencia colombiana confirmó ayer el fallecimiento de uno de los guerrilleros. El otro fue asesinado un mes antes

06 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las disidencias de las FARC se quedan sin jefes. Fuentes de los servicios de inteligencia colombianos confirmaron ayer a los medios la muerte de Luciano Marín, alias Iván Márquez, tras sufrir un atentado en Venezuela, país en el que se había refugiado durante los últimos tres lustros. Marín era el segundo rostro más conocido de la otrora guerrilla dominante en el país cafetero.

«Él ha estado en Venezuela protegido por Nicolás Maduro, eso lo sabe todo el mundo», dijo este fin de semana el presidente colombiano, Iván Duque, cuando comenzaron a llegar informaciones sobre la muerte del excomandante.

Márquez ingresó en las redes de apoyo de las FARC en 1977 y con el paso del tiempo se convirtió en uno de los mayores ideólogos de la extinta guerrilla. Tuvo un fugaz paso por el Congreso como miembro de la Unión Patriótica, en los 80, y causó mucha polémica en el 2007 cuando apareció junto a otros dos comandantes y a la política Piedad Córdoba en una foto tomada en el palacio de Miraflores de Caracas, durante una reunión con el expresidente Hugo Chávez.

Fue el líder del equipo negociador de las FARC en La Habana. El avión que le llevó a esa ciudad salió de Venezuela. Firmó el pacto de paz y obtuvo un puesto como senador en el 2018, pero nunca tomó posesión y volvió a la clandestinidad. Son conocidas sus diferencias con Rodrigo Londoño, alias Timochenko, líder de la guerrilla en el proceso que llevó a su disolución y que sigue alineado de lleno con la paz, como el 90 % del antiguo grupo subversivo.

Márquez reapareció en agosto del 2019, anunciando, en un vídeo, la creación de una nueva guerrilla continuadora de las FARC, la Segunda Marquetalia. Lo hizo rodeado de los excomandantes disidentes alias Jesús Santrich, Edinson Romaña y El Paisa.

Su intención era unir el grupo a otro capitaneado desde dos años antes por alias Gentil Duarte, que nunca firmó la paz. No solo no lo consiguió, sino que entró en guerra con esa guerrilla, que le consideraba un traidor por haber liderado el proceso en La Habana.

En el lapso de poco más de un año han muerto en territorio venezolano todos los líderes de la Segunda Marquetalia y el mes pasado también fue asesinado Duarte, en un halo de misterio. Algunas informaciones apuntan a la guerra entre los dos grupos como causa de los atentados contra los comandantes, pero otros (incluido Márquez) señalan a la acción de comandos colombianos, o a grupos de mercenarios por las altas recompensas ofrecidas.

Ambos grupos están ahora descabezados. En el mundo guerrillero los reemplazos suelen ser veloces, pero hay expertos que apuntan que, debido a los fuertes golpes recibidos recientemente, la Segunda Marquetalia podría incluso desaparecer.

Petro pide al ELN un alto el fuego bilateral

El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, pidió ayer al Ejército de Liberación Nacional (ELN), la mayor guerrilla de Colombia tras la desmovilización de las FARC, que decrete un alto el fuego. «El mensaje que yo he lanzado, no solo al ELN, sino a todas las agrupaciones armadas es que llegó el momento de la paz», señaló el líder izquierdista. «Solicito el cese al fuego, que será bilateral», añadió.

La víspera, el comandante del ELN, Antonio García, dijo que espera «un gran diálogo nacional» y la negociación con el nuevo Gobierno.