Xi Jinping celebra el 25 aniversario de la recuperación de Hong Kong

MARÍA PUERTO PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente chino, Xi Jinping, ayer de visita en Hong Kong.
El presidente chino, Xi Jinping, ayer de visita en Hong Kong. INFORMATION SERVICES DEPARTMENT | EFE

La excolonia británica camina con paso acelerado a convertirse en otra provincia de China

01 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Una alfombra roja y un organizado grupo de jóvenes blandiendo banderas recibieron a Xi Jinping en su visita de dos días a Hong Kong para celebrar el 25 aniversario del traspaso de poder de la ciudad a la soberanía china. Es el primer viaje que realiza el presidente chino fuera del continente desde que empezó la pandemia en el 2020. «Después del viento y la lluvia, Hong Kong se ha levantado de las cenizas y muestra una fuerte vitalidad»: con estas palabras Xi Jinping ha descrito la situación de Hong Kong en su primer discurso. La velada y poética alusión a los disturbios del 2019 y la crisis provocada por el covid- 19 ha ido acompañada de una firme defensa de la política de «un país, dos sistemas».

Un país (China) y dos sistemas (capitalista y comunista) fue la fórmula imaginativa acordada entre Pekín y Londres para la devolución de Hong Kong. Con este compromiso, el 1 de julio de 1997 la hasta entonces colonia británica pasaba a ser la Región Administrativa Especial de Hong Kong, bajo soberanía china. El acuerdo estipulaba que durante 50 años el territorio mantendría el sistema capitalista, la independencia del poder judicial, ciertas libertades y autonomía de Pekín.

Sin embargo, el principio de «un país, dos sistemas» ha empezado a desintegrarse antes de llegar a la mitad de su duración. Derechos básicos consolidados como la libertad de prensa o reunión se recortan. El sistema político no ha avanzado hacia elecciones más democráticas con sufragio universal como se pactó en el acuerdo. Al contrario, Pekín impone abiertamente a su candidato y los partidos prodemocracia han desaparecido de la vida política.

La antigua excolonia británica camina con paso acelerado a convertirse en una provincia más de China bajo «un solo sistema», el que impera en la República Popular. El arma definitiva para controlar Hong Kong ha sido la Ley de Seguridad Nacional, que entró en vigor en el 2020. Penaliza la secesión, subversión, el terrorismo y la connivencia con fuerzas extranjeras. El texto es lo suficientemente ambiguo para que cualquier comentario en las redes sociales crítico contra el gobierno se pueda calificar de subversión y hablar con periodistas extranjeros sea delito de contactar con un agente extranjero.

Represión actual

La legislación ha acabado con la libertad de prensa y ha llevado a la cárcel o al exilio a prácticamente todo el movimiento prodemocracia, incluidas figuras relevantes como Joshua Wong. En 1997 pocos confiaban en que Hong Kong pudiera avanzar hacia un sistema democrático. Pero políticos como Martin Lee, fundador del Partido Demócrata de Hong Kong, eran optimistas. Entonces declaró a la prensa: «Esperamos que Hong Kong y China puedan progresar juntos». En la actualidad, Martin Lee, de 84 años y uno de los redactores de la Constitución, está condenado a 14 meses de prisión por organizar una manifestación y no hay representación demócrata en el parlamento local.

John Lee, el policía que será jefe de Gobierno en Hong Kong 

El exjefe de seguridad de Hong Kong, responsable de la represión policial durante las masivas manifestaciones del 2019, es el nuevo jefe de gobierno de la excolonia. John Lee, de 64 años, jurará hoy su cargo tras ganar unas elecciones en las que fue el único candidato al que el gobierno de Pekín dio el visto bueno para presentarse. No tiene experiencia en el campo de la gestión económica, pero en cambio puede presumir de una larga hoja de servicios en las fuerzas policiales y siempre ha mostrado fidelidad al gobierno de Xi Jinping.

Su nombramiento demuestra que Pekín ha priorizado la seguridad y la lucha contra la disidencia, antes que la recuperación económica de Hong Kong. Lee fue jefe de Seguridad Nacional entre el 2017 y el 2021. Este último año se convirtió en el número dos de la jefa del ejecutivo, Carrie Lam, un cargo que le ha servido para visibilizar su posición de sucesor, pero no para ganar popularidad. Su nombre en cantonés es John Lee Ka-chiu y entre sus detractores se ha ganado el apodo de Pikachu, un personaje de la caricatura Pokémon, porque se le acusa de ser una mascota obediente del gobierno de Xi Jinping.

En el 2019 no solo dirigió la polémica respuesta policial a las manifestaciones más importantes en la historia de la excolonia británica, ya que también fue la cara del gobierno en las ruedas de prensa. Siempre defendió la actuación violenta de los antidisturbios y la utilización de balas de goma, cañones de agua y espray de pimienta.

Proviene de una familia humilde y entró en la policía a los 19 años. Un perfil muy alejado de los hombres de negocios o funcionarios de carrera que hasta ahora han dirigido el gobierno de Hong Kong.