«Brexit»: año y medio de desilusión

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Los ya veteranos emigrantes Josefina, José Ramón, Asunción, Ana (con su nieto), José, Manuel y Juan, en el Brio Tapas Bar de Bedford Road, en la zona Clapham, en el que Juan trabaja de cocinero
Los ya veteranos emigrantes Josefina, José Ramón, Asunción, Ana (con su nieto), José, Manuel y Juan, en el Brio Tapas Bar de Bedford Road, en la zona Clapham, en el que Juan trabaja de cocinero SANTI GARRIDO

Entrar en el Reino Unido es ahora más complejo y todo sube, pero abunda el trabajo

12 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En un apartado de la web del Ministerio de Trabajo y Economía Social aún figura que «la emigración española en el Reino Unido es un fenómeno difícil de cuantificar, por cuanto ni el registro consular es obligatorio ni las autoridades de inmigración compilan datos disgregados por países de los residentes procedentes de países de la UE». Esta es una de las muchas pequeñas y grandes cosas que el brexit cambiará: el control detallado de cada persona que estaba y que accede ahora para trabajar. De momento hay que quedarse con los datos del INE: en el Reino Unido hay 15.892 gallegos, más de nueve mil de ellos de la provincia de A Coruña, y también en su gran mayoría vinculados al área consular de Londres, seguidos de la de Manchester y Edimburgo.

Este mes se cumple año y medio de la marcha de la UE del Reino Unido, aunque el punto de arranque haya que situarlo en aquel otro junio de hace seis años con la votación que dio la victoria al no a Europa. Dieciocho meses después de esa insularidad administrativa, ¿cómo está afectando el brexit a esos apenas 16.000 gallegos? Tras conversaciones con decenas de ellos en los últimos días, en un Londres aún con la resaca del jubileo de la reina; un Londres de política ruidosa y calles amables y muy silenciosas, enormemente verdes en sus miles árboles y en la movilidad eléctrica, la respuesta no puede ser más que depende.

Depende, sí, de cada caso. Existe un sentimiento mayoritario de decepción o frustración. Una constancia de que se ha ido mucha gente, españoles y de otros países. De que todo ha cambiado, pero por lo general es difícil disociar qué parte le toca al brexit y cuál a la pandemia. El sector sanitario o el de la hostelería han vivido esos cambios de un modo diferente a la construcción, por ejemplo. Hay mucho trabajo, poco personal, y conseguir ahora un contrato desde el extranjero es mucho más complejo. Volvieron los pasaportes, los visados, los requisitos.

Víctor Hugo López Borges
Víctor Hugo López Borges SANTI GARRIDO

Los más veteranos saben bien qué es esto porque lo vivieron en los años 60 y 70, cuando llegaron. Un grupo se reúne en el restaurante Brio: Josefina García, de Cerceda; José Ramón Fernández, de A Coruña; Ana Estévez, de Monforte; José Gómez, de Sobrado dos Monxes; Manuel Isorna, de Catoira, y Juan Sánchez, de Mesía. Josefina es práctica: «Inglaterra deunos a vida, adáptaste ao que hai». Isorna: «Isto é como volver ao principio». Gómez: «Eu esperaba que fose peor do que é». Asunción y Ana coinciden en que se pide más documentación para todo. Y que todo ha subido mucho. A Juan, cocinero de casi 63 años, le ofrecen más trabajos porque hay mucha demanda y poca oferta. Es paradójico, pero habitual en varios sectores: ahora se gana más ante la falta de personal.

Víctor Hugo López Borges, de Vigo, jefe de escultura, cerámica y vidrio en restauración y conservación del Victoria & Albert Museum, que entre otros ha restaurado la réplica del Pórtico da Gloria, ve el brexit como un «proceso de desilusión», un alejamiento de Europa, y una multiplicación de requisitos: «A individualidade e o illamento non son bos, pérdese diversidade, e moitos europeos marcharon e marcharán».

 Mónica Villar Pardo, 31 años, nacida en Londres, tercera generación de una familia emigrante de Malpica y Cariño. Trabaja en una oenegé y preside la muy activa peña del Dépor
Mónica Villar Pardo, 31 años, nacida en Londres, tercera generación de una familia emigrante de Malpica y Cariño. Trabaja en una oenegé y preside la muy activa peña del Dépor SANTI GARRIDO

Mónica Villar nació en Londres, pero se siente muy de Malpica, a donde viaja con frecuencia (y a ver al Dépor, como presidenta que es de la peña londinense). Su abuela, que vive en la ciudad, abrió el camino hace 60 años, y después sus padres. Ha optado por tener también el pasaporte inglés, dados los cambios, que no le han gustado nada. «Moita xente marchou por covid e non regresou polo brexit», indica. Le duelen las «mentiras» de la campaña del referendo «que agora se desmontan». Nunca entendió lo de salir de Europa, fue una enorme desilusión.

«Afectou moito, ata os ingleses se dan conta do erro»

Antonio Carreira, natural de Santa Baia (Vilalba), es una de las caras empresariales gallegas más conocidas en Londres, si no la que más, donde lleva ya (los cumple este mes) 52 años. Transporte, lavanderías, restauración sobre todo (tiene dos conocidos locales en una plaza de Portobello), un ultramarinos clásico con productos españoles y gallegos del que se encarga su esposa... Ha dado empleo (y sigue dando) a decenas de personas. Se muestra muy afectado por el brexit. «Se afectou? Moitísimo! Pero moitísimo! Iso é algo incuestionable. Ata os ingleses se dan conta do erro», resume. En la parte comercial que a él le toca vivir más directamente, los efectos los ve constantemente, por ejemplo en la burocracia, papeles y plazos, aduanas... «É que tal e como están as cousas, hai transportistas que xa non queren vir traer mercancía a Londres, non o ven viable», lamenta. Y eso, con los productos con fecha de caducidad, es un riesgo enorme si se demoran más de la cuenta, como ya ha pasado en algún caso y refrendan otros hosteleros consultados. No solo es eso, sino el incremento «incrible» de los precios, porque ahora se encarecen con más tasas y requisitos, «ademais de que necesitas un axente aduaneiro nos dous sitios». Y la incertidumbre: «Todo son folios e folios que cubrir, aínda non sabemos moi ben os papeis que fan falta para axilizar», dice. El personal es otro problema: «Non hai. Marchou moita xente, e non hai. Lembro cando chegaban moitos currículos diarios, na época da crise, podías escoller, e agora, nada. O que hai agora é moito estrés para sacar adiante todo», indica.