El Congreso acusa a Trump de estar en el centro del asalto al Capitolio

Caroline Conejero NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

JONATHAN ERNST | REUTERS

Cree que buscaba anular el resultado electoral al saber que había perdido

11 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El ataque al Capitolio del 6 de enero fue «la culminación de un intento de golpe» que puso en riesgo «siglos de democracia constitucional». Con estas palabras, el presidente de la comisión que investiga la insurrección, Bennie Thompson, inauguró la primera de las seis audiencias públicas históricas transmitidas en directo a los estadounidenses en horario de máxima audiencia.

El veterano congresista de Mississippi situó el contexto histórico del momento político invocando momentos de la «historia oscura» del país. Momentos en que muchos desde el poder justificaron «la esclavitud, el Klu Klux Klan y los linchamientos», como ahora otros tratan de justificar las acciones de la insurrección del 6 de enero del 2021. Y recordó el juramento de defensa de la Constitución, instituido tras la Guerra Civil, al que todos los cargos electos están obligados y que les vincula a la lealtad a la ley y no a las personas.

La vicepresidenta de la comisión, Liz Cheney, recordó a los partidarios del expresidente que algún día Trump se habrá ido, pero su deshonor permanecerá. Cheney fue la encargada de exponer punto por punto el argumento de acusación a Trump de conspiración delictiva. La congresista republicana entró directamente en materia y, citando las palabras de Trump en el discurso que precedió al ataque, estableció la premeditación del expresidente, que no solo incitó a la turba violenta, sino que sabía lo que iba a ocurrir en el Capitolio.

Cheney señaló que el presidente Trump sabía que sus partidarios en el Capitolio estaban «haciendo lo que debían hacer», y aludió a varios mensajes de Twitter en los que invitaba a sus seguidores a la concentración en Washington que iba a ser «salvaje». También se presentó un extracto de vídeo del programa de radio de Steve Bannon señalando que iba a ser «salvaje».

En la presentación del relato de la insurrección, la estrategia de la comisión se enfocó en establecer el argumento de que la Administración Trump, sus aliados y colaboradores sabían que había perdido las elecciones y quería anular los resultados. Se presentaron extractos de vídeo de las declaraciones ante la comisión de Ivanka Trump, su esposo Jared Kushner, y el ministro de Justicia, William Barr, en los que admitían que Trump sabía que había perdido las elecciones, una evidencia que validaría cargos de prevaricación contra el expresidente.

Investigación partidista

El segundo objetivo de la comisión fue contrarrestar las acusaciones de la oposición de que la investigación es partidista. Para corregir esta narrativa se presentaron testimonios de republicano, como el del jefe de gabinete de Pence, Marc Short, que explicó cómo el exvicepresidente se resistió finalmente a la presión de Trump para anular la certificación de los resultados electorales que se llevaba a cabo en el Congreso el día del ataque. En un vídeo grabado, Short señaló haberse sentido orgulloso de la decisión de su jefe al elegir su fidelidad a la Constitución por encima de la fidelidad a Trump.

Cheney, que condujo la mayor parte de la audiencia, continuó el relato de los hechos para establecer un tercer punto clave: que la abdicación de su responsabilidad constitucional de renunciar al poder fue una violación de la ley.

En respuesta a la comisión, el entorno de Trump lanzó su contraprogramación, en la que los acólitos tacharon la investigación de caza de brujas, mientras que el expresidente calificó a la comisión de «matones políticos», y los disturbios del Capitolio como el «mayor movimiento» en la historia del país.