Rusia justifica la ejecución de los tres brigadistas extranjeros condenados a muerte en Donetsk

Rafael M. Mañueco MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov YURI KADOBNOV | AFP

Lavrov considera ajustada a la legislación de la república prorrusa la pena capital dictada contra los británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner, y el marroquí Brahim Saadoun

10 jun 2022 . Actualizado a las 20:19 h.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, respondió este viernes a la ola de indignación internacional por la condena a muerte impuesta por un supuesto tribunal de la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR) contra tres brigadistas extranjeros, los británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner, y el marroquí Brahim Saadoun. Lavrov llamó a la comunidad internacional a «no interferir» en la decisión de un órgano judicial que Kiev considera sometido por completo a la cúpula separatista de Donetsk, un ente territorial que, salvo Rusia, no ha reconocido prácticamente nadie en el resto del mundo.

El jefe de la diplomacia rusa manifestó a la prensa que «por el momento, todos los procesos se basan en la legislación de la DNR, ya que los delitos en cuestión se cometieron en ese territorio. Todo lo demás es tema de especulación». A los tres brigadistas se les acusó de cometer «crímenes» contra la población civil de Donetsk y el jueves fueron condenados a la pena capital, la cual podrán recurrir en el plazo máximo de un mes.

«No son prisioneros de guerra»

La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajarova, por su parte, aseguró a través de un comunicado que «contrariamente a las declaraciones de los funcionarios británicos, los ciudadanos mencionados no son prisioneros de guerra, sino mercenarios. Los mercenarios enviados por Occidente para ayudar al régimen nacionalista de Kiev no son combatientes, según el derecho internacional humanitario, y no tienen derecho al estatus de prisionero de guerra».

Según sus palabras, los reos fueron «acusados de participar en las hostilidades del lado de Ucrania como mercenarios y condenados a muerte por una combinación de delitos».

A mediados de abril, Pinner, Aslin y Saadoun se entregaron por separado en Mariúpol a las fuerzas rebeldes de Donetsk y el jueves fueron condenados a muerte. Ese mismo día, las autoridades británicas expresaron su repulsa por la decisión judicial. «Por supuesto, estamos profundamente preocupados por esto. Constantemente decimos que los prisioneros de guerra no deben ser utilizados con fines políticos», dijo el portavoz del primer ministro británico, Boris Johnson. «Según la Convención de Ginebra, los prisioneros de guerra tienen derecho a la inmunidad, no deben ser juzgados por participar en acciones de combate», señalaba el comunicado.

El propio Johnson afirmó este viernes estar «consternado». «Está claro que servían en las Fuerzas Armadas ucranianas y son prisioneros de guerra», recalcaron desde Downing Street. La ministra británica de Exteriores, Liz Truss, calificó el veredicto de «simulacro de juicio sin legitimidad». Este viernes telefoneó a su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba, para estudiar los pasos a emprender.