El rechazo a Petro relanza las opciones de Hernández a la presidencia de Colombia

Héctor Estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El candidato a la presidencia de Colombia Rodolfo Hernández
El candidato a la presidencia de Colombia Rodolfo Hernández STRINGER | REUTERS

El populista, que fue segundo en la primera vuelta, saca ya entre 2 y 8 puntos de ventaja al líder izquierdista en los sondeos de cara a la nueva cita con las urnas

02 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los colombianos votaron el pasado domingo masivamente por un cambio político, rechazando a los partidos tradicionales, liberales, conservadores y uribistas, y apostando con el 68 % de los votos por dos personas alejadas de las familias que han dirigido el país cafetero desde su fundación.

El izquierdista Gustavo Petro (40 % de los votos) y el populista Rodolfo Hernández (28 %) se disputarán la presidencia este 19 de junio en la segunda vuelta electoral. Las tornas podrían cambiar en esa segunda cita. El progresismo ya no es el claro favorito. Las primeras encuestas muestran una ventaja de entre dos y ocho puntos para Hernández, un constructor de 77 años, exalcalde de Bucaramanga, al que acompaña la polémica y que sorprendió con un magistral desempeño en redes sociales, haciendo campaña contra la corrupción a pesar de que él mismo tendrá que ir pronto a juicio por supuesta corrupción.

La polarización entre izquierda y derecha que se había dado anteriormente en Colombia, sobre todo tras las protestas antigubernamentales del 2019 y el 2021, se ha tornado ahora en petrismo y antipetrismo.

Hernández está recibiendo en masa el apoyo de quienes rechazan al líder izquierdista, aunque no necesariamente se adhieran al programa del constructor, que ha hecho propuestas difíciles de digerir para el conservadurismo colombiano como la adopción de hijos por parte de parejas del mismo sexo o la inclusión del ELN en el pacto de paz con las FARC

Las relaciones con Venezuela

También restablecería el candidato populista las relaciones diplomáticas con Venezuela, algo a lo que también se opone una parte importante de quienes le votarán para evitar que Petro salga elegido. En ese punto concuerda con el líder izquierdista, cuya opción presidencial es escudriñada con mucha atención tanto desde Caracas como desde Washington.

El actual presidente, Iván Duque, no reconoce como jefe de Estado venezolano a Nicolás Maduro, tras dar su apoyo en el 2019 al opositor Juan Guaidó como presidente interino, manteniendo, además, un «cerco diplomático» sobre el país vecino para forzar la ruptura del chavismo.

Petro considera a Hugo Chávez como un «gran líder latinoamericano», pero a su sucesor, Nicolás Maduro, como a un dictador.

Quiere restablecer relaciones para que haya «fluidez en las fronteras», ante los constantes y duraderos cierres que han afectado a la economía y a las relaciones de centenares de familias de la zona.

«Los destinos de Colombia y de Venezuela van por la misma senda, hasta se parecen a sus gobernantes, porque no hay nada más parecido a Maduro en Colombia que Duque», dijo Petro a principios de mayo.

Desde Washington se estará atento a la situación, aunque EE.UU. ya ha relajado algunas sanciones a Venezuela por la coyuntura que se vive en el panorama internacional. Suscita también interés saber cuál sería la postura del líder izquierdista con respecto al gigante del norte, cuya influencia en Colombia es prácticamente estructural y que hace un par de meses llegó a nombrar al país cafetero como «aliado importante no perteneciente a la OTAN», después de décadas de cooperación militar y económica, una distinción que solo comparte en América Latina con Argentina y Brasil.

Petro ha dicho que ya hay «relaciones estrechas» con el presidente Joe Biden y el Partido Demócrata. Llegó a considerar el programa económico del mandatario estadounidense «de la misma estirpe» que el suyo.

El líder progresista está determinado a insistir en un cambio de la política antidroga —propone, como Hernández, la legalización de la marihuana— haciendo hincapié en la responsabilidad de EE.UU. como país consumidor, y también renegociaría el tratado de libre comercio, vigente desde el 2012, algo propuesto asimismo por su rival en las urnas. 

La mayoría de analistas no esperan, en cualquier caso, cambios sustanciales en la relación con EE.UU. si se impone Petro en las urnas, aunque sí, quizás, cierta distancia, comparando el caso con el de Andrés Manuel López Obrador en México.