Las palabras de la demócrata fueron la antesala de la llegada este sábado a Londres de una delegación de nueve congresistas estadounidenses, que antes pasaron por Bruselas, donde se reunieron con el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic para abordar el tema.
Desde el Gobierno británico se han esforzado a fondo en tratar de convertir lo que es una amenaza en su contra en un reclamo a la UE. «Saludamos que EE.UU. comparta nuestro profundo compromiso con los Acuerdos de Viernes Santo y que pida flexibilidad a la UE», dijo el portavoz de Downing Street, quien agregó: «No buscamos romper el protocolo, sino cambiar las partes de él que están causando problemas».