Rusia destina las tropas de Mariúpol a aumentar la presión en el frente este

R. M. Mañueco MOSCÚ / COLPISA, REDACCIÓN

INTERNACIONAL

GLEB GARANICH

Quiere dejar a Ucrania sin la electricidad que produce la central de Zaporiyia

19 may 2022 . Actualizado a las 22:28 h.

La caída de la acería de Azovstal, después de semanas de asedio, permite a Rusia enviar más fuerzas a otros frentes en Ucrania, como a las regiones de Zaporiyia y Donetsk, a fin de reforzar sus tropas allí, estancadas aún en su ofensiva por tomar el control total del Dombás.

En su castigo en el frente este, doce civiles murieron y más de 40 resultaron heridos en un día de fuertes bombardeos en la ciudad de Severodonetsk, en la región oriental de Lugansk. Serhiy Haidai, el gobernador militar de la provincia, controlada en parte por fuerzas prorrusas, escribió en su cuenta de Telegram que los ataques con armas pesadas contra la ciudad habían comenzado a primera hora y que el fuego de artillería impactó sobre todo contra edificios de viviendas, informa Efe .

Según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el enemigo ha tratado de llevar a cabo asaltos en la zona de Severodonetsk, pero «ha sufrido pérdidas y se ha replegado a las posiciones que ocupaba con anterioridad». La ciudad es el segundo mayor núcleo urbano de la provincia, después de la capital, Lugansk, y antes de la guerra contaba con 100.000 habitantes.

Ley marcial

El presidente Volodímir Zelenski firmó el decreto para prorrogar la ley marcial y el plazo de movilización general en el país ante la previsión de que la guerra con Rusia se prolongue.

El ayuntamiento de Mariúpol denunció en su canal de Telegram que el continuo bombardeo ruso sobre las instalaciones siderúrgicas de Azovstal, en Mariúpol, podría haber originado una filtración al mar de Azov de sulfuro de hidrógeno, una sustancia muy contaminante.

Amenaza de Moscú

Las autoridades rusas planean que los consumidores de Ucrania empiecen a pagar por la electricidad que produce la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, la más grande de Europa y en poder de las tropas rusas desde principios de marzo. De no hacerlo, advirtió ayer el viceprimer ministro ruso, Marat Jusnullín, la planta atómica será desconectada de la red eléctrica ucraniana para redirigir su fluido hacia territorio ruso.

Durante una viaje de «inspección» a Melitópol, ciudad del sureste de Ucrania ocupada actualmente por el Ejército ruso, Jusnullín afirmó ante la prensa que «Rusia está dispuesta a vender electricidad a Ucrania» de la planta de Zaporiyia. «Si Ucrania está lista para aceptar y pagar, funcionará para ellos. Pero, si no lo aceptan, funcionará para Rusia», manifestó el viceprimer ministro ruso, constatando una vez más que Moscú tiene planes de quedarse y anexionarse la zonas ocupadas de Ucrania. No solo Crimea y Dombás, sino también la región de Jersón y parte de la de Zaporiyia.

El alto funcionario ruso aseguró que la central nuclear, que se encuentra en la ciudad de Energodar, cerca de Melitopol, «seguirá funcionando y se salvarán todos los puestos de trabajo», en manos ahora mismo de personal ucraniano e instó a la población local a «trabajar en familia con Rusia». «Para eso he venido, para brindar la máxima asistencia y oportunidades para la integración [en Rusia]», precisó.

De momento, según la agencia de energía atómica ucraniana, Energoatom, la central de Zaporiyia continúa suministrando exclusivamente a Ucrania la electricidad que generan sus seis reactores. Su portavoz, Leonid Olynyk, respondió este jueves a Jusnullín que «técnicamente ahora mismo no es posible abastecer electricidad a Rusia» de Zaporiyia.

Los comandantes del batallón Azov, en busca y captura

 

 

Ya asciende a 1.730 la cifra de militares ucranianos, muchos ellos miembros del batallón Azov, que han abandonado la acería de Mariúpol, de acuerdo con el parte militar ruso. Moscú sigue sin revelar cuántos defensores quedan en la planta siderúrgica tras tres días de «rendiciones», según denomina Moscú a la salida de los militares, o «evacuaciones», en la jerga de Kiev, que no informa del operativo desde el martes. Tampoco se sabe nada de la suerte de los mandos de los atrincherados.

Rusia puso a dos comandantes del batallón Azov, Serguéi Velichko y de Konstantin Némichev, en la lista de busca y captura por haber atentado supuestamente contra la vida de al menos ocho soldados rusos en la región de Jersón, según recoge Efe de la agencia Interfax. Asimismo anunció la detención de Denís Nuryga, subcomandante de batallón nacionalista Aidar, una unidad paramilitar nacionalista absorbida por el Ejército ucraniano. Con estos anuncios, el Kremlin busca insistir en su letanía de que los nazis controlan Ucrania y que su operación especial solo busca desnazificar el país.

Un tribunal de Rostov del Don, región limítrofe con Ucrania, dictó ayer dos meses de prisión preventiva para Denís Nuryga. De acuerdo con Interfax, este militar, que tiene ciudadanía rusa y ucraniana, fue detenido cuando intentaba cruzar en abril como presunto refugiado la frontera con Rusia en la región de Rostov. Se le acusa de ser miembro de un grupo armado ilegal, de haber destruido en el 2015 un puente en la autoproclamada república de Lugansk y de haber matado a guardias prorrusos en el marco del conflicto en el Dombás.

Acusaciones contra Aidar

Aidar fue un batallón nacionalista que operaba en el 2014 en el norte de Lugansk y fue acusado ese año por Amnistía Internacional de haber estado involucrado en abusos generalizados, que incluyen secuestros. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que tiene registrados ya a «cientos» de prisioneros de guerra que defendieron la acería de Azovstal, insiste en su derecho a entrevistar a los detenidos sin testigos y a visitarlos sin restricciones.

Otros 771 ucranianos defensores abandonaron ayer la planta de Azovstal, con lo son ya 1.730 militares los que se han «rendido» desde el lunes, según informó el Ministerio de Defensa ruso. El líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, Denis Pushilin, aseguró que más de la mitad de los militares ucranianos sitiados se ha rendido.