Por su parte, el viceprimer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, declaró ese mismo día, durante una cena de negocios en Dublín, que el paso dado por Londres estaba «generando desconfianza en las capitales de la UE», una visión que es respaldada por la prensa británica, que este miércoles afirmaba que la decisión del Ejecutivo tory había vuelto a deteriorar seriamente las relaciones entre ambas orillas del Canal, las cuales parecían haberse restaurado tras las largas y tortuosas negociaciones del brexit, debido a las coincidencias a la hora de enfrentar la invasión rusa de Ucrania.
«Uno podría imaginar que la ministra de Exteriores [del Reino Unido, Liz Truss] evaluaría bien las implicaciones geoestratégicas de sus acciones, pero parece que priorizó la política interna sobre la paz y la estabilidad en el continente europeo», dijo un diplomático al diario The Guardian.