«Seguimos discutiendo, por desgracia no ha sido posible llegar a un acuerdo», declaró el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, en rueda de prensa al término del Consejo de Ministros. En cuanto al tiempo de adaptación que pide Hungría para la prolongación de sus oleoductos, Borrell solo dijo: «Lo tenemos que considerar». No obstante, apuntó que espera que las discusiones sobre la sexta ronda de sanciones «no duren mucho». «No se si va a durar una semana o dos», dijo
Entre los países más reticentes también están República Checa y Bulgaria. Sin ir más lejos este último, muy condicionado por la resistencia de Orbán, confirmó que pedirá a la Comisión Europea quedar excluido del planeado veto al crudo de Rusia, debido a que su única refinería solo puede procesar el tipo de petróleo que compra a ese país. De todas formas, Bruselas apunta a que si Hungría cede, esto serviría para despejar tanto las dudas de los checos como de los búlgaros.