Putin avisa que responderá si la OTAN despliega armas en Suecia y Finlandia

R.P. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

De izquierda a derecha, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, y los presidentes de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de Rusia, Vladimir Putin; el de Kirguistán, Sadyr Japarov, el de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, y el de Tayikistán, Emomali Rakhmon, antes de una reunión de los líderes de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) en el Kremlin.
De izquierda a derecha, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, y los presidentes de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de Rusia, Vladimir Putin; el de Kirguistán, Sadyr Japarov, el de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, y el de Tayikistán, Emomali Rakhmon, antes de una reunión de los líderes de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) en el Kremlin. Alexander Nemenov / Pool | Reuters

Turquía amenaza con vetar la entrada de los dos nuevos miembros en la Alianza Atlántica

17 may 2022 . Actualizado a las 15:32 h.

Suecia acabó este lunes con dos siglos de neutralidad al oficializar su solicitud de adhesión a la OTAN, un día después de que emprendiera el mismo camino Finlandia, otro de los países históricamente no alienados que rompen con su política exterior tras la invasión de Ucrania. Ante la expansión de la Alianza hacia las fronteras de Rusia, el presidente Vladimir Putin reaccionó con una amenaza: si la OTAN refuerza la infraestructura militar en Suecia y Finlandia, responderá.

«Rusia no tiene problemas con esos países [Finlandia y Suecia]. La ampliación a esos países no nos crea una amenaza directa», dijo Putin durante la cumbre en el Kremlin de la alianza postsoviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Pero, seguidamente, matizó que si la ampliación va acompañada del emplazamiento de «infraestructura militar en esos territorios, sin duda provocará una respuesta por nuestra parte». «Y cuál será, lo decidiremos partiendo de las amenazas que nos cree» la OTAN, afirmó, según recoge Efe.

Putin insistió en que con la adhesión de estos dos países nórdicos, «se crea un problema de la nada». En su opinión, la ampliación de la OTAN es «artificial» y solo es «en interés de la política exterior de Estados Unidos».

El anuncio de Suecia coincidió con la reunión de la OTSC, una especie de OTAN de cinco repúblicas exsoviéticas (Bielorrusia, Kazajistán, Armenia, Kirguistán y Tayikistán) a las ordenes de Rusia. Tras la grandilocuente declaración final de la OTSC ofreciéndose a cooperar con la OTAN para rebajar la tensión ante la creciente militarización de la región eurasiática, el presidente ruso anunció el suministró de armamento moderno a los países miembros y adelantó la celebración de varias maniobras militares conjuntas en la segunda mitad del año en Asia Central. No obstante, el entusiasmo de Putin no tuvo eco entre sus cinco aliados. Y solo uno, Bielorrusia, mostró un apoyo explícito a la intervención en Ucrania, como resalta The New York Times. 

Pasos hacia la integración

La primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, justificó el cambio de postura de su país aludiendo a las conclusiones del análisis, consensuado por la mayoría de partidos, para resaltar que el ingreso tendría un efecto disuasorio en el norte de Europa, mejoraría la seguridad y reduciría los riesgos, además de apuntar que no hay otra opción «realista», informa Efe.

Tras la formalización de la solicitud de entrada de Suecia y Finlandia se abre un proceso de transición, que en principio pretende ser exprés. La cumbre de la OTAN que se celebrará en junio en Madrid marcará el paso, pero se espera el sí formal de los aliados como muy tarde en el 2023.

La única amenaza es la posición veto de Turquía, ya que a la ampliación de la OTAN debe aprobarse por unanimidad de sus 30 miembros. El presidente Recep Tayyip Erdogan volvió a advertir este lunes que su país vetará la entrada de las dos naciones nórdicas, si mantienen su política de acogida de militantes kurdos, que considera terroristas. Para superar las objeciones del Gobierno turco, una delegación de Suecia y Finlandia viajará en los próximos día a Ankara. Sin embargo, la sensación general entre los aliados es que Erdogan no tensará la cuerda hasta el extremo de romperla.

En cuando a la cuestión de la seguridad de Suecia y Finlandia ante una posible agresión de Rusia mientras no obtengan el estatus de aliado (y, por tanto, la OTAN no pueda activar el artículo 5 de defensa mutua), el secretario de la organización, Jens Stoltenberg, enumeró varias actuaciones como aumentar la presencia aliada en el Báltico y cerca de las fronteras sueca y finlandesa. Dinamarca, Islandia y Noruega se prestaron a ayudar a sus vecinos ante cualquier agresión. La pasada semana, el Reino Unido ya se comprometió a defender militarmente a Suecia y a Finlandia.

Estas promesas coinciden con el comienzo de un ejercicio militar de la OTAN a gran escala, en el que participan 15.000 soldados aliados en Estonia, entre ellos suecos y finlandeses.

La UE, rehén del veto de Orbán al embargo al crudo ruso

 

Jesús Carballo / Bruselas

A punto de cumplirse dos semanas desde que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, propusiera un embargo total del petróleo ruso dentro del sexto paquete de sanciones, los Veintisiete siguen sin llegar a un acuerdo por culpa del veto de Hungría. Los ministros de Exteriores trataron ayer, una vez más sin éxito, de convencer al Gobierno de Viktor Orbán, en el día en que asumía su cuarto mandato consecutivo. El ministro lituano, Gabrielius Landsbergis, lamentó que toda la UE «sea rehén de un Estado miembro que no ayuda a llegar a un consenso».

A Hungría se le ha ofrecido aplazar hasta finales del 2024 la eliminación del crudo de Rusia, dada su fuerte dependencia energética del Kremlin y su falta de salida al mar. Pero su ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, exige más. En concreto la «modernización completa de la infraestructura energética húngara» para desprenderse del petróleo ruso. Un reto que costaría entre 15.000 y 18.000 millones de euros. Szijjártó pidió a la Unión Europea que proponga un plan. «Es legítimo que los húngaros esperen una propuesta», señaló.

«Seguimos discutiendo, por desgracia no ha sido posible llegar a un acuerdo», declaró el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, en rueda de prensa al término del Consejo de Ministros. En cuanto al tiempo de adaptación que pide Hungría para la prolongación de sus oleoductos, Borrell solo dijo: «Lo tenemos que considerar». No obstante, apuntó que espera que las discusiones sobre la sexta ronda de sanciones «no duren mucho». «No se si va a durar una semana o dos», dijo

Entre los países más reticentes también están República Checa y Bulgaria. Sin ir más lejos este último, muy condicionado por la resistencia de Orbán, confirmó que pedirá a la Comisión Europea quedar excluido del planeado veto al crudo de Rusia, debido a que su única refinería solo puede procesar el tipo de petróleo que compra a ese país. De todas formas, Bruselas apunta a que si Hungría cede, esto serviría para despejar tanto las dudas de los checos como de los búlgaros.