La hija de una de las víctimas: «Son verdugos»
La hija de Plyats, Yulia, dijo que no puede soportar ver el vídeo del día en que murió su padre, pero lo está guardando para mostrárselo algún día a sus hijos. «Son verdugos», declaró a la CNN. «Es horrible porque mi padre era un civil, tenía 68 años, un hombre pacífico y desarmado».
Al parecer, mientras los soldados saqueaban los negocios, Plyats seguía con vida. El video lo muestra luchando para ponerse de pie, atar lo que parece un torniquete alrededor de su muslo y cojear de regreso a su puesto de guardia. Allí, consigue un teléfono para pedir ayuda. Finalmente falleció.
La fiscalía ucraniana y diversas ONG y organismos internacionales desarrollan una amplia investigación para tratar de averiguar si durante la invasión rusa de Ucrania, que comenzó el 24 de febrero, se han cometido crímenes de guerra e incluso actos de genocidio.
La Voz
«Por favor, no los dejéis morir». Es la petición durante un breve encuentro con el papa este miércoles de las mujeres de dos oficiales del Batallón Azov atrincherados en los túneles de la acería Azovstal en Mariúpol, bajo asedio ruso. Katerina Prokopenko y Yulia Fedosiuk, esposas de Denis Prokopenko y Arseniy Fedosiuk, respectivamente, afirman que los dos militares están dispuestos a rendirse si se les evacúa a un tercer país. Las mujeres están refugiadas en Roma gracias a la Embajada de Ucrania ante la Santa Sede.
«Ni siquiera puedo explicar lo que sentí en ese momento. Estaba nerviosa porque era históric, y esperamos juntos que pueda ayudar a salvar las vidas de nuestros maridos, de nuestros militares. Estamos agradecidos por las acciones del papa», dijo Kateryna a los medios tras el encuentro de unos cinco minutos con el pontífice.
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