Finlandia acelera el proceso para entrar en la OTAN entre amenazas de Rusia

Valentina Saini VENECIA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Soldados finlandeses cerca de un tanque durante unos ejercicios de la OTAN en marzo de este año
Soldados finlandeses cerca de un tanque durante unos ejercicios de la OTAN en marzo de este año YVES HERMAN | REUTERS

Moscú dice que responderá a la adhesión con medidas «técnico-militares»

13 may 2022 . Actualizado a las 10:58 h.

La entrada de Finlandia en la Alianza Atlántica está cada vez más cerca. El presidente del país, Sauli Niinistö, y la primera ministra, Sanna Marin, declararon este jueves: «El ingreso en la OTAN reforzaría la seguridad de Finlandia. Y, como miembro de la OTAN, Finlandia reforzaría toda la alianza de defensa. Finlandia debe solicitar el ingreso en la OTAN sin demora. Confiamos en que los pasos que aún debe dar el país para tomar esta decisión se hagan rápidamente en los próximos días».

No por esperado, el anuncio ha generado menos rechazo en Moscú, que comparte más de 1.300 kilómetros de frontera con el país escandinavo y con el que siempre había mantenido una relación privilegiada tras la Guerra de Invierno que ambos libraron entre 1939 y 1940. «Rusia se verá obligada a adoptar medidas de respuesta tanto técnico-militares como de otra clase con el fin de contrarrestar las amenazas que han surgido para su seguridad nacional», informó su Ministerio de Exteriores en un comunicado que recoge Efe.

Poco antes, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvedev, alertó de que un posible conflicto entre Rusia y la OTAN podría llevar a una «guerra nuclear» a gran escala y lamentó que suministrar a Ucrania armas «aumenta la posibilidad» de que se produzca.

Las declaraciones del presidente y de la primera ministra de Finlandia han puesto en marcha un proceso político que culminará la próxima semana en un debate en el Parlamento. Hay pocas dudas sobre el resultado, puesto que la mayoría de los parlamentarios están a favor de la adhesión a la OTAN y que, según los últimos sondeos, también lo está el 76 % de la población.

El miedo como motivación

Todavía hay personas mayores que recuerdan los dramáticos días de las guerras de agresión lanzadas por la Unión Soviética liderada por Stalin contra su país, y esos acontecimientos históricos siguen representando un trauma colectivo compartido por muchas personas en Finlandia. La guerra de Rusia contra Georgia en el 2008, la invasión de Crimea en el 2014 y, finalmente, la agresión contra Ucrania lanzada por Moscú en febrero aumentaron mucho la preocupación de los finlandeses.

«Mientras que una parte importante de la élite política es favorable a la entrada de Finlandia en la OTAN desde hace mucho tiempo por razones políticas e ideológicas, para la mayoría de la población el principal motivo ahora es el miedo», afirma Heikki Patomäki, profesor de política mundial y economía política global de la Universidad de Helsinki. «La entrada de Finlandia en la OTAN es el resultado de las acciones del régimen de Putin», dice.

Pasi Ihalainen, profesor de historia europea comparada en la Universidad de Jyväskylä, considera la OTAN y la UE organizaciones internacionales «de importancia decisiva», necesarias para defender los valores occidentales, «incluida la democracia parlamentaria». «Al igual que la gran mayoría de los finlandeses, ser parte de la OTAN me parece la mejor opción política de seguridad en las circunstancias actuales y, de hecho, lo pienso desde hace unos veinte años», asegura.

Ahora bien, para que una nación se adhiera a la Alianza, es necesario el consentimiento de todos los Estados miembros. Los países más fuertes, como Estados Unidos y el Reino Unido, ya han anunciado su apoyo a la entrada de Helsinki. Fuentes diplomáticas italianas afirman que «si Finlandia entrara en la OTAN, la Alianza saldría ganando. Las fuerzas armadas finlandesas están bien adiestradas y pueden desplegar casi trescientos mil soldados en caso de guerra».

Es probable que Suecia siga el ejemplo finés. «La OTAN es una alianza abierta a todas las naciones democráticas que se defienden, en todas las direcciones», indica Ihalainen. «Como dijo el presidente de Montenegro hace una semana, toda la OTAN se verá reforzada cuando dos democracias parlamentarias estables y con fuertes ejércitos se unan a ella».

Para Kimmo Elo, investigador principal de estudios europeos en el Centro de Estudios Parlamentarios de la Universidad finlandesa de Turku, «lo más probable es que Rusia considere el ingreso de Finlandia en la OTAN como un avance negativo, y esa decisión pondrá fin a lo que quedaba de la relación especial de Finlandia con Rusia».

¿Qué aportará Helsinki a la Alianza Atlántica?

Finlandia dio este jueves un paso histórico para su entrada en la OTAN e inició un camino que previsiblemente seguirá Suecia en los próximos días y que dejará a todos los países nórdicos bajo el paraguas de la Alianza. Con Finlandia, la frontera de la OTAN se acercará aún más a Rusia, más de 1.300 kilómetros de línea común que afianza la posición de la Alianza en una zona próxima de gran interés económico y geoestratégico para Moscú: el Ártico.

«Tenemos un Ejército moderno y podemos trabajar con la OTAN, como hemos hecho durante décadas en ejercicios conjuntos», resaltó a finales del mes pasado la primera ministra del país, Sanna Marin, anticipando la decisión anunciada este jueves.

Las Fuerzas Armadas de Finlandia, que tiene una población de 5,5 millones de personas, pueden movilizar a 280.000 soldados y disponen de unos 900.000 reservistas en un país donde el servicio militar es obligatorio.

De completarse la adhesión de Finlandia y Suecia, vendrán a sumarse a Dinamarca, Noruega e Islandia, miembros fundadores de la OTAN, después de décadas de «no alineamiento». La invasión rusa de Ucrania y las amenazas del Kremlin han provocado un giro en la postura de Suecia y Finlandia hacia la OTAN. En Finlandia los acontecimientos se han desarrollado más rápido y en este giro ha acabado arrastrando a Suecia.

Cambio de postura

La primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, sostenía a principios de marzo que la entrada en la alianza empeoraría la seguridad en la zona, y los contrarios a la OTAN eran clara mayoría en el Parlamento sueco. Pero a finales de ese mes, Andersson planteó por primera vez la posibilidad de un ingreso sueco, su partido inició una discusión interna —pese a que en noviembre había aprobado en congreso mantener la no alineación— y el giro de la ultraderecha, tercera fuerza parlamentaria, dio mayoría en la Cámara a los partidarios de la OTAN.

El Gobierno socialdemócrata y el resto de los partidos presentarán hoy un análisis sobre la nueva situación de seguridad provocada por la guerra, en el que se explicarán pros y contras de un hipotético ingreso en la Alianza.

Dinamarca, por su parte, afrontará en menos de un mes un referendo sobre su excepción a la política comunitaria en defensa de la UE, vigente desde hace 30 años.