Comienza el asalto ruso a la acería de Mariúpol

R.P. REDACCIÓN / LA VOZ, EFE

INTERNACIONAL

Tropas prorrusas lanzan un misil cerca de la planta de Azovstal
Tropas prorrusas lanzan un misil cerca de la planta de Azovstal ALEXANDER ERMOCHENKO | REUTERS

La artillería y la aviación bombardean la planta donde aún se refugian unos 200 civiles, tras la salida de un centenar , que el martes llegaron  a Zaporiyia tras dos días de viaje

03 may 2022 . Actualizado a las 22:13 h.

La conquista de la acería de Mariúpol, el último reducto de la resistencia ucraniana en la ciudad, parece ser el principal trofeo que Vladimir Putin pretender presentar a los rusos el próximo 9 de mayo, Día de la Victoria de la URSS sobre la Alemania nazi. El subcomandante del Batallón Azov, Sviatoslav Palamar, anunció en una declaración en vídeo el inicio del asalto final de las tropas rusas a la planta siderúrgica Azovstal, precedido por fuertes bombardeos desde tierra, mar y aire».

«Durante toda la noche nos bombardearon desde el aire, murieron dos mujeres y más de diez civiles resultaron heridos», afirma Palamar en el vídeo colgado en Twitter por UkraineWorld. El militar asegura que en el bombardeos participan vehículos blindados, tanques, barcos y aviones, y un número largo de infantería. «Nos será imposible repeler el asalto», reconoce, tras lo que pide la evacuación de los 200 civiles que aún permanecen atrapados en los búnkeres subterráneos. Solo un centenar de civiles han logrado salir el domingo en la operación respaldada por la ONU.

El jefe de la policía de patrulla en Mariúpol, Mijailo Vershinin, aseguró por su parte que cuando los autobuses se marcharon con los evacuados, los rusos «comenzaron a atacar de día y de noche, ahora iniciaron el asalto a la planta por varios lugares. Mantenemos la defensa y combatimos».

La planta siderúrgica, cercada desde varias semanas por la fuerzas Ejército ruso y las milicias prorrusas de Donetsk, se ha convertido en un foco de resistencia numantina, que llevó en su momento a Putin a desistir de su asalto para evitar bajas propias. Pero, por lo visto, ante la falta de avances en algunos sectores del frente de guerra y repliegues en otros, el mando ruso apuesta por la captura de la simbólica Azovstal.

La excusa que aduce el Ministerio de Defensa ruso es que las tropas tuvieron que entrar en acción debido a que los soldados ucranianos aprovecharon la tregua para la evacuación de civiles para ocupar posiciones de combate, según recoge Efe.

Un hombre da la bienvenida a Anna y a su hijo Svyatoslav, a su llegada a Zaporiyia desde Mariupol.
Un hombre da la bienvenida a Anna y a su hijo Svyatoslav, a su llegada a Zaporiyia desde Mariupol. ROMAN PILIPEY | Efe

Llegada a Zaporiyia

La primera parte de la operación para evacuar a civiles de la acería concluyó este martes con éxito con la salida de la planta de 101 personas, de las que 69 optaron por desplazarse hasta Zaporiyia y el resto decidieron quedarse en la asediada Mariúpol, de la que la ONU logró unir a su convoy a otras 58 personas que se encontraban en el distrito de Manhush, en las afueras de la ciudad, informa la enviada especial de Efe, Lourdes Velasco.

Fue la primera operación de rescate de gran calado gestada con el acuerdo de los Gobiernos de Ucrania y Rusia con la colaboración de la ONU y el apoyo de Cruz Roja, con la que se logró la salida de 137 personas en total de la zona de Mariúpol, de donde llegan relatos terroríficos de devastación.

El viaje fue extremadamente complicado y estuvo lleno de riesgos: durante el camino se encontraron minas, municiones sin explotar y ataques de mortero. «No tengo ni idea de dónde venían», explicó Sebastian Rhodes, de la ONU, al ser preguntado sobre si los atacantes eran rusos.

Aunque la operación comenzó oficialmente el viernes, no fue hasta este martes por la tarde cuando los evacuados salieron de Mariúpol. Durmieron en el camino y llegaron a Zaporiyia sobre las cuatro de la tarde.

Tardaron por tanto más de 24 horas en recorrer los 220 kilómetros que unen las dos ciudades y que en condiciones normales se realizan en tres horas. Incluso tuvieron que cambiar el trayecto. «Fue una operación extremadamente complicada», aseguró sobre el terreno una portavoz de Naciones Unidas.

«Estamos preocupados porque hay más civiles que siguen allí. Esta operación muestra que es posible entrar allí y entrar con seguridad, y mi esperanza es que podamos entrar lo más pronto posible», explicó a los periodistas una portavoz de las Naciones Unidas, que mostró también su preocupación porque se escuchó fuego cruzado en la fábrica.

Con los civiles rescatados se coló una infiltrada rusa, una combatiente que fue identificada durante el proceso de evacuación y posteriormente retenida. Naciones Unidas revisará su situación, dónde está y en qué condiciones es tratada.

Otra de las rescatadas explica cómo fue el intercambio: los militares ucranianos los subieron a la superficie, hasta un puente de Mariúpol donde los entregaron a los militares rusos.

En el camino, según explica una de las evacuadas, los militares rusos en los puestos de control chequearon sus teléfonos y les interrogaron en busca de información sobre las posiciones de los soldados ucranianos.

Así son los refugios de Azovstal

En el interior de Azovstal quedan aún centenares de personas. Había, según explicó Ekatherina, 30 refugios y algunos de ellos han sido destruidos. No se sabe si quedan en ellos personas vivas o están todos muertos.

Hasta allí muchos llegaron huyendo de la destrucción de sus casas. Al inicio una mujer se encargaba de preparar y controlar la comida de todos. Los adultos solo comían una vez al día, en el desayuno, mientras que los niños comían más veces. Llegaron a alimentarse de productos que habían perecido porque tenían hambre, relata una mujer de unos 60 años llamada Elina.

En el interior de la planta quedan también numerosos soldados ucranianos que, según relató una joven de unos 20 años, están heridos sin acceso a medicamentos. «Mueren cada día», explicó esta joven.

Ekatherina se muestra aliviada por haber logrado salir del refugio con sus hijos, que estaban muy asustados aunque, explica, «son niños», y por eso en ocasiones también jugaban en el interior. Estuvieron en el refugio desde el 10 de marzo , y aunque tenía esperanzas de salir, cada día que pasó allí pensaba que moriría.

No ha sido así y ahora planea irse hacia el oeste de Ucrania, como según las estadísticas harán el 90 % de los que en estos más de dos meses de guerra han llegado al centro de refugiados de Zaporiyia.