Macron, a por la mayoría parlamentaria

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Emmanuel Macron, este domingo, saludando a sus simpatizantes en el acto de celebración en el Campo de Marte de París
Emmanuel Macron, este domingo, saludando a sus simpatizantes en el acto de celebración en el Campo de Marte de París Christophe Petit Tesson | EFE

El presidente francés se enfrenta en las legislativas de junio al reto de controlar la Asamblea Nacional y evitar la cohabitación con un primer ministro de distinto color político

26 abr 2022 . Actualizado a las 08:52 h.

Al elegir a Emmanuel Macron, los franceses han optado por la continuidad. Ahora, el mandatario deberá dar respuesta a todos esos desafíos que han permitido su reelección.

Cuestiones como la guerra en Ucrania, el reto del cambio climático, que preocupa sobre todo a los más jóvenes, la inquietud ante una pandemia que no ha desaparecido todavía y el temor a la inflación que se extiende como una gangrena han terminado convenciendo a una mayoría de franceses de que la persona adecuada para hacer frente a todo ello es el actual presidente de la República, porque conoce estos problemas mejor que Marine Le Pen, ofrece una gran credibilidad económica y dispone de un indiscutible liderazgo internacional.

El 12 y el 19 de junio, los franceses tendrán que acudir de nuevo a las urnas para elegir una Asamblea Nacional (la Cámara baja del Parlamento galo) que permita a Emmanuel Macron gobernar o, por el contrario, optar por una cohabitación con un Ejecutivo de distinto color político.

Las elecciones presidenciales han puesto de relieve que Francia está dividida en tres bloques, el de los votantes de Macron, la extrema derecha y la izquierda. Pero las posibilidades que tienen Marine Le Pen o Jean-Luc Mélenchon de obtener una revancha en las elecciones legislativas parece poco probable porque los franceses, hasta ahora, siempre han otorgado al presidente recién elegido una Asamblea que le permita ejercer su mandato. 

Alianzas complejas

Además, mientras los macronistas parecen estimulados tras la victoria de su líder, Mélenchon debe convencer a ecologistas, comunistas y socialistas para aunar fuerzas y lograr controlar la Asamblea. Y Marine Le Pen se enfrenta a un problema más grave. Nada más conocer los resultados de las presidenciales, Eric Zemmour tomó la palabra para decir que «es la octava vez que la derrota golpea el apellido Le Pen», y se presentó como principal opositor a Macron, unas declaraciones que no parecen las más apropiadas para tejer una alianza entre las dos fuerzas de ultraderecha.

Aunque siempre puede haber una sorpresa. En estos comicios, Emmanuel Macron ha quedado primero en 256 circunscripciones, mientras que para obtener la mayoría absoluta en la Cámara necesitaría ganar al menos 289 escaños, y las ganas de castigarle siguen siendo fuertes en parte del electorado.

Entre tanto, Macron perfila el que será su nuevo Gobierno, con el que quiere lanzarse a la campaña de las legislativas. Se comenta que la primera ministra podría ser una mujer, y de izquierdas, aunque de momento Macron solo ha dado una pista: «[el jefe del Ejecutivo] estará directamente encargado de la planificación ecológica».

Desde el extranjero, han ido llegando numerosas felicitaciones al presidente. Los primeros en manifestarse fueron los dirigentes europeos, y este lunes fue el turno del presidente chino, Xi Jinping, que durante una intervención en la televisión expresó su deseo de «seguir trabajando con el presidente Macron para defender los principios de independencia, comprensión mutua y claridad».

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, felicitó a su homólogo francés haciendo referencia a la guerra en Ucrania. «Estoy impaciente por continuar nuestra estrecha cooperación, especialmente para apoyar a Ucrania, defender la democracia y frenar el cambio climático», apuntó Biden, que calificó a Francia de «socio clave para enfrentarse a los retos globales».

Tampoco faltó la enhorabuena del presidente ruso, Vladimir Putin, que le escribió un telegrama para desearle «un sincero éxito» en la acción pública y «buena salud». Y ello, a pesar de las tensiones generadas por la invasión de Ucrania por parte de Moscú, así como el hecho de que Macron haya atacado con insistencia a Le Pen durante la campaña acusándola de ser complaciente con el Kremlin, y de estar influenciada por Putin debido al préstamo que todavía debe a un banco ruso, deuda que contrajo para financiar la campaña electoral del 2017. Aunque Macron no se ha privado de hablar en numerosas ocasiones con el presidente ruso, antes y después de la invasión de Ucrania, para intentar negociar una salida diplomática al conflicto.

El presidente captó votos de la izquierda, el ecologismo y la derecha tradicional

Emmanuel Macron contó el domingo con el respaldo de una gran parte de los votantes del 2017 que le siguen siendo fieles. El resto de apoyos viene en gran parte de los simpatizantes de partidos de izquierdas que ahora han optado por frenar a Le Pen.

La noche de la primera vuelta, Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, dijo al 22% de franceses que habían votado por él que en la segunda vuelta no se podía dar «ni un voto a Le Pen», aunque no pidió que se votara por el presidente de la República. No todos, pero la  mayoría sí le han hecho caso. Este domingo, el 38% de esos 7,7 millones de votantes de izquierdas depositaron en las urnas la papeleta de Emmanuel Macron, otro 44% prefirieron abstenerse, mientras que el restante 18% de votantes insumisos hicieron honor a su nombre, e ignorando a Mélenchon, apoyaron a Le Pen, según un sondeo de Elabe para la cadena BFM TV.

Emmanuel Macron logró también el respaldo de los fieles del líder ecologista Yannick Jado. De sus electores, el 63% votaron al presidente de la República, el 24% se abstuvieron y el 8% optaron por la líder de la extrema derecha francesa.

En cuanto a los electores de la líder conservadora Valérie Pécresse, el 51% se decantaron por Emmanuel Macron, el 22% por Marine Le Pen y el 27% de Los Republicanos se abstuvieron o votaron en blanco para evitar el triunfo de Le Pen.

Al contrario que Mélenchon, Eric Zemmour, fue claro el 10 de abril. Tras conocer los resultados de la primera vuelta, llamó a sus 2,5 millones de votantes a que apoyaran a Le Pen. El gesto fue apreciado por el equipo de la Agrupación Nacional, pero Marine Le Pen prefirió seguir en solitario su campaña y llegó a decir que no llamaría a Eric Zemmour para formar parte de su Gobierno si era elegida presidenta.

Muchos de los votantes del líder de Reconquista, que procedían en su mayoría del terreno abonado por Le Pen durante los últimos diez años, han vuelto a la fórmula original: el 80% optaron por la líder de la extrema derecha, pero otro 20% prefirió votar por Macron (11%) o abstenerse (9%).