India y China, los dos únicos grandes aliados fieles a las teorías del Kremlin

maría puerto PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Un miembro de la guardia de honor china  extiende una bandera rusa durante los preparativos de una visita de Vladimir Putin en el 2018
Un miembro de la guardia de honor china extiende una bandera rusa durante los preparativos de una visita de Vladimir Putin en el 2018 JASON LEE | REUTERS

Pekín se muestra neutral en el exterior y prorrusa dentro de sus fronteras

07 abr 2022 . Actualizado a las 08:59 h.

La postura de neutralidad ante la guerra de Ucrania que China defiende en el exterior contrasta con el mensaje prorruso y antioccidental que se difunde en el interior del país a través de los medios de comunicación, las redes sociales y el discurso político.

En Weibo (el Twitter chino) circula la versión rusa de las matanzas de civiles en Bucha. Las victimas son población prorrusa asesinada por milicias nazis ucranianas y las fosas comunes, montajes de la prensa occidental. La cuenta de un profesor universitario, con cerca de dos millones de seguidores, incluso justificaba la posible masacre de civiles ucranianos por parte del Ejército ruso aduciendo que el Gobierno les había dado armas.

La India, por su parte, se mostró ayer «profundamente» preocupada por la masacre de Bucha en Ucrania, que condenó «enérgicamente» sin mencionar a Rusia ni a la supuesta participación de Moscú en los asesinatos, al tiempo que volvió a recordar su «neutralidad» en el conflicto.

Aunque la potencia ha hecho llamados a un alto el fuego y el diálogo, se abstuvo en la votación de la ONU para condenar la invasión rusa o atribuirle la responsabilidad de la crisis humanitaria.

En China ni siquiera se habla de guerra. Diplomáticos, dirigentes políticos y medios se refieren a la invasión como «operación militar especial». En la televisión china la información sobre Ucrania se relega al final del informativo y la población no ve las imágenes de ciudades bombardeadas, civiles muertos y refugiados huyendo del país. Los pocos enviados especiales han seguido la guerra desde el Dombás y con las tropas rusas. En cambio, se ha difundido profusamente la acusación de que en Ucrania había una treintena de laboratorios de armas biológicas financiados por Estados Unidos, aunque sin aportar pruebas.

Desde el inicio de la invasión, Pekín ha culpado a EE.UU. y a la OTAN de instigar el conflicto, ha presentado a Moscú como una víctima y ha defendido respetar sus necesidades de seguridad. China compara la supuesta presión de la Alianza Atlántica en las fronteras rusas con la que ejerce EE.UU. en el mar de China Meridional y vendiendo armas a Taiwán. Ha dejado claro que rechaza la ampliación de la OTAN, que considera las sanciones internacionales ilegales y que mantendrá la alianza con Rusia, que firmaron a principios de febrero.

El martes, desde las páginas de opinión del Global Times, un diario de referencia del Partido Comunista chino, se advertía de que aprobar nuevas sanciones contra Rusia por «los presuntos crímenes de guerra no verificados en Bucha» dañarían más a Europa y «evitarían que la crisis termine». Una clara referencia a que las sanciones y la venta de armas a Ucrania prolongará el conflicto en vez de solucionarlo.

El mensaje antioccidental convive con la defensa de la neutralidad. El lunes, en una conversación telefónica, el ministro de Exteriores Wang Yi transmitió a su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, que «la postura básica de China sobre el tema de Ucrania es facilitar el diálogo para promover la paz», pero Pekín no ha concretado en ningún momento ninguna acción para impulsar negociaciones de paz.

En cambio, a nivel interno sigue rearmando el mensaje prorruso. En algunas universidades se han empezado a dar charlas y seminarios a los estudiantes sobre las causas del conflicto destacando las reivindicaciones de Moscú.

La versión prorrusa también se hace llegar a los cuadros del Partido Comunista chino. El New York Times asegura que se han organizado sesiones para que los funcionarios vean y debatan un documental sobre Rusia y la figura de Putin bajo el título de El nihilismo histórico y el colapso soviético. En las webs de varios gobiernos locales aparece la actividad. El documental es anterior a la guerra, pero exalta la figura de Stalin y la de Putin como el líder fuerte que necesita Rusia y atribuye el declive de la Unión Soviética a la liberalización política y las presiones de Occidente.

China siempre ha tenido muy presente el colapso y desintegración de la URSS para no cometer los mismos errores.